Los Globos de Oro están al borde de la desaparición después de que la cadena NBC anunciara este lunes que no transmitirá la gala de 2022 hasta que no reformen completamente su reglamento. Es la gota que puede colmar el vaso después de que compañías como Netflix o Warner Bros hayan decidido retirarse de la competición y estrellas como Scarlett Johansson y Mark Ruffalo hayan pedido abiertamente que la industria abandonara estos galardones.
Todo este terremoto viene provocado por la falta de diversidad de sus miembros, que se hizo patente en la entrega de los últimos premios, donde además estuvo acusada de prácticas oscuras y corruptas. Por si fuera poco, el mismísimo Tom Cruise incluso ha anunciado que devolverá sus tres Globos de Oro como protesta.
La Asociación de Prensa Extranjera ha anunciado medidas, y que las implantará más rápido de lo que dijeron en un principio, pero pide tiempo a Hollywood, algo que, de momento, no les concede la NBC: "Seguimos creyendo que la HFPA está comprometida con una reforma significativa. Sin embargo, un cambio de esta magnitud requiere tiempo y trabajo y creemos firmemente que la HFPA necesita tiempo para hacerlo bien. Como tal, NBC no transmitirá los Globos de Oro 2022", explicó en un comunicado el canal, que retransmitía este evento desde 1996.
Eso sí, no se cierran la puerta a seguir emitiéndolos, pero ya en 2023. Un mazazo para los premios y para su supervivencia, ya que la organización de una gala de estas dimensiones depende de lo ingresado por las televisiones. Los Globos sufrieron, además, su peor audiencia en muchísimos años este curso, lo que tampoco ayuda en este frágil momento.
Auge y Caída
En sus orígenes se plantearon como unos galardones en los que los periodistas cinematográficos de fuera de Estados Unidos reconocían los mejores trabajos en Hollywood, una estrategia promocional que interesó a los estudios para publicitar sus títulos en el extranjero. Además, los periodistas accedían a mejores oportunidades para entrevistar a estrellas de cine.
Pero en los últimos años, la reputación del grupo encargado de votar los premios ha ido degradándose hasta convertirse en una de las instituciones más criticadas de la industria audiovisual. En febrero, días antes de la última ceremonia, el diario Los Ángeles Times publicó una investigación que sacó a relucir los trapos sucios de la HFPA, hasta entonces un secreto a voces en Hollywood.
El periódico describió una serie de prácticas de corrupción y tráfico de influencias por parte de sus miembros, entre los cuales hay personas que ni siquiera trabajan en medios de comunicación, para que se aprovecharan de viajes y otras estrategias promocionales ofrecidas por los estudios.
Por ejemplo, en 2019 un grupo de treinta integrantes de la HFPA se hospedó en un lujoso hotel de París dos noches mientras visitaba los escenarios de "Emily en París" a gastos pagados. La serie figuró entre las nominadas a mejor comedia. Ningún medio de la crítica televisiva y ninguna quiniela la situaba entre las posibles candidaturas.
Además, la asociación llevaba años sin admitir a nuevos integrantes para ampliar sus reducidas filas de tan solo 86 miembros, que se aprovechaban de su posición para figurar en eventos exclusivos.
Falta de diversidad
La gota que colmó el vaso fue la noticia, días antes de la gala de 2021, de que en sus filas no había ni un solo integrante negro, algo intolerable para una industria audiovisual comprometida con fomentar la diversidad tras las protestas raciales del año pasado en Estados Unidos. La víspera de la gala, la agrupación Time's Up, que en otras ocasiones había denunciado discriminación y abusos en el mundo del cine, lamentó la falta de diversidad de la organización.
La carta contó con el aval de pesos pesados de Hollywood como J.J. Abrams ("Star Wars"), Amy Schumer y Kerry Washington. En una votación que solo fue rechazada por tres de sus 86 miembros, la HFPA se comprometió la semana pasada a incorporar a veinte nuevos integrantes en 2021, con "especial atención a personas de raza negra".
Pero ese anuncio no fue suficiente y varias de las compañías más importantes de Hollywood han declarado que no trabajarán con la agrupación hasta que se materialicen los cambios. Entre los actores, Mark Ruffalo ha dicho que "no se siente orgulloso de haber recibido el premio" y Scarlett Johansson ha recordado que varios de sus miembros han recibido denuncias por discriminación y acoso sexual.
La última ficha de dominó en caer ha sido la de Tom Cruise, que devolverá los tres Globos de Oro que ganó a mejor actor de drama ("Nacido el 4 de julio"), comedia ("Jerry Maguire") e intérprete de reparto "Magnolia".