El cine juega constantemente entre la realidad y la ficción. El uso de armas reales, explosiones y la recreación de peligrosas escenas pueden poner en riesgo a especialistas, actores y miembros del equipo por igual. Así ha sucedido con el terrible accidente que ha acabado con la vida de la directora de fotografía Halyna Hutchings durante el rodaje de la película Rust. Alec Baldwin manipulaba una presunta arma de fogueo cuando esta se disparó provocando la muerte de la mujer de 42 años e hiriendo al guionista y director Joel Souza, de 48.
A pesar de que no se han presentado cargos penales contra Baldwin, la Policía ya está investigando las circunstancias de la muerte y tratar de determinar qué ocurrió exactamente para que el arma de fogueo estuviese cargada con la munición real que ha acabado con la vida de Hutchins. Este día se suma a la historia más negra de Hollywood, aquella que ha dejado víctimas mortales durante sus rodajes.
El cuervo (1994)
Quizás el caso más conocido de todos. No solo acabó con la vida de Brandon Lee, hijo del actor y artista marcial Bruce Lee, también con una prometedora carrera que se estrenaba con esta película del director Alex Proyas. El cuervo narraba la resurrección de entre los muertos de su protagonista en busca de venganza, una temática extrañamente cercana a sus fatales consecuencias. Para una de las escenas, los actores contaban con dos pistolas, una real y otra de fogueo. Sin embargo, acabaron intercambiadas, matando en el acto a su protagonista en una de las escenas.
Paradójicamente, Lee conducía un coche fúnebre todos los días al rodaje, casi vaticinando un final trágico. El legendario actor John Polito supo que acabaría mal cuando durante una de las escenas, el protagonista se cortó la mano accidentalmente, aprovechando para dibujar sobre el suelo con la sangre. Tras el fatal accidente, el resto de la película tuvo que rodarse utilizando extras y efectos especiales para poder terminarla.
En los límites de la realidad (1983)
La popular saga televisiva The Twilight Zone ha sido la fuente de inspiración de buena parte del terror contemporáneo en Estados Unidos y Europa. Las historias nacidas de la imaginación de su creador, Rod Serling, pertenecen al imaginario colectivo de varias generaciones. En 1983, con el éxito que la serie había cosechado en décadas anteriores, los productores decidieron rodar una película ambientada en el mismo tipo de historias que habían hecho tan popular a la serie de televisión, invitando a un elenco de directores y actores de lujo: John Landis, Steven Spielberg, Joe Dante y George Miller.
Cada uno de los capítulos de la película se centraba más o menos en episodios de la serie original. El actor Vic Morrow debía viajar en el tiempo hacia épocas oscuras de la historia de la humanidad, sirviendo en su desarrollo para denunciar grandes injusticias históricas. Uno de estos escenarios transportaba a los espectadores hasta la guerra de Vietnam.
Morrow interpretaba a un soldado que debía salvar a dos niños de una aldea en llamas mientras un helicóptero sobrevolaba la escena. Una bola de fuego envolvió al helicóptero mientras volaba a baja altura. La nave se precipitó contra el suelo frente al centenar de personas que componía el equipo de rodaje. Morrow quedó decapitado por las hélices junto con los dos niños de seis y siete años que participaban en la escena. Una muerte que provocó un cambio en la legislación estadounidense en lo referente a la contratación de niños en los sets.
El exorcista (1973)
Aunque no se cobró víctimas mortales durante el rodaje, El exorcista podría perfectamente haber sido una continuación de la novela original, llevando a muchos a pensar que su grabación estuvo marcada por una maldición similar a la de su historia. En mitad de la noche un pájaro se estrelló contra la caja de fusibles del set de la casa, provocando un incendio que milagrosamente quemó todo excepto la habitación donde se da la archiconocida escena del exorcismo. El miedo empezó a correr como la pólvora entre el equipo, que llegó a llamar al sacerdote jesuita Thomas M. King para que bendijese el lugar.
Aunque aún hay más. Jack MacGowran y Vasiliki Maliaros, dos de los actores cuyos personajes mueren durante la película, fallecieron a los pocos días de terminar el rodaje. Linda Blair y Max Von Sydow, perdieron a su abuelo y a su hermano respectivamente mientras grababan. Y Jason Milller, el inmortal Padre Karras, tuvo un accidente con una motocicleta en el set de la película que casi le cuesta la vida.
Top Gun (1986)
Arthur Everett Scholl era uno de los pilotos encargados de realizar las complicadas maniobras aéreas de la película. Scholl gozaba de una impecable reputación como piloto. Había trabajado como instructor, piloto de acrobacias y cámara. Murió a los 54 años durante la grabación.
Durante una de las escenas, perdió el control de su Pitts S-2 durante un giro, precipitándose al océano Pacífico. Las causas del accidente no se aclararon nunca, tampoco se pudo recuperar el cadáver del piloto ni la aeronave que tripulaba. Las últimas palabras de Scholl en la radio fueron "tengo un problema, tengo un serio problema". La película se dedicó a su memoria.
Dobles y accidentes
De todas las profesiones en el cine la de los dobles de acción se lleva la palma por peligrosidad. Expuestos a escenas potencialmente letales y manteniendo la compostura en cualquier situación, estos actores especializados se juegan la vida para que otros no lo hagan. Sin embargo, a veces las medidas de seguridad o protocolos resultan insuficientes, una situación que los sindicatos denuncian y que podría estar vaticinando una huelga como la de guionistas vivida entre 2007 y 2008.
Joi Harris era la doble de acción de Zazie Beetz, Domino en la saga Deadpool. Mientras rodaba una de las escenas de persecución de su segunda entrega, perdió el control de su moto, estrellándose contra un edificio. Su protagonista, Ryan Reynolds, se dirigió a Twitter para anunciar que durante el rodaje un miembro del equipo había muerto, sin especificar nombres y dando sus condolencias.
En 2019, 20th Century Fox pagó 300.000 mil dólares como indemnización por poner en riesgo la vida de Harris. La escena del accidente se había repetido cuatro veces previamente y la actriz no llevaba casco ni existían barreras de contención en el set, medidas de seguridad esenciales que provocaron el fatal desenlace.
En xXx (2002), Vin Diesel interpreta a un stuntman, un doble de acción que se gana la vida realizando acrobacias. Su homólogo durante las escenas más peligrosas era Harry L. O'Connor, un exmarine que ya había trabajado en varias películas con anterioridad. Las últimas escenas rodadas en la República Checa requerían de O'Connor lanzándose con un paracaídas hacia el agua. A pesar de que la primera toma había funcionado, se tomó una segunda en la que el paracaídas no se abrió y el hombre de 44 años cayó sobre el puente, muriendo en el acto.