Disney se dio cuenta hace años que tenía un problema de diversidad. En toda su historia, sus protagonistas siempre habían sido princesas blancas, guapas y altas. El prototipo que se reproducía en muñecas y que se metía en el imaginario de millones de niñas de todo el mundo. Ahora que se habla mucho de referentes, durante décadas las niñas negras y latinas no tuvieron nunca uno en Disney. Poco a poco las cosas fueron cambiando gracias a personajes como Tiana o Moana, pero ha sido recientemente cuando han puesto toda la carne en el asador para cambiar esa representación de sus películas.
Lo han hecho desde todas sus franquicias. Marvel, Pixar… y también los clásicos Disney. Lo hemos visto en su última película, Raya y el último dragón, donde la inspiración del mundo asiático creo a una heroína que no tenía nada que ver con sus princesas mohínas. Han confirmado esa apuesta en Encanto, su nueva y emocionante película que recupera el espíritu musical del Disney Clásico, pero donde vuelve a cambiar a las princesas. En esta ocasión por una familia colombiana que viven en una villa mágica donde la casa es un personaje más y todos tienen un don con el que conviven. Todos menos nuestra protagonista, Mirabel Madrigal, que también rompe todos los cánones de las protagonistas del estudio.
Dentro de esas referencias a Colombia hay una que no pasó desapercibida desde que salió el tráiler, lleno de unas mariposas amarillas que hacían clara referencia a Cien años de soledad, la obra maestra de Gabriel García Márquez. Una influencia que reconoce su propia guionista, Charise Castro Smith. “Absolutamente, cuando nos dimos cuenta de que la historia iba a tener lugar en Colombia, tuvimos claro que queríamos tomar como inspiración el realismo mágico. Mientras iba escribiendo el guion me sumergí en la literatura de García Márquez, de Isabel Allende, de esos maestros del realismo mágico. Ellos nos inspiraron y usamos esa forma de introducir la magia, que nace de la emoción del día a día, de la gente, de los propios personajes. Más que una magia externa es una magia humana, y eso es lo que queríamos que ocurriera en Encanto”, cuenta la guionista a EL ESPAÑOL.
La idea de este proyecto nació hace cinco años, cuando Jared Bush y Byron Howard terminaron Zootopia y comenzaron a pensar en una nueva aventura para trabajar juntos. “Los dos somos fans del musical, y tuvimos claro que lo siguiente sería uno. Además, yo en Moana conocí a Lin-Manuel Miranda, y me dijo que quería hacer un musical latino para Disney, así que de repente tenía sentido juntar todo aquello y hacer algo que fuera en Latinoamérica”, explica uno de los directores, Jared Bush que se sintió enamorado cuando surgió la idea de ambientarla en una familia colombiana.
Ahí comienza un proceso de vital importancia, el de documentación de la mano de los consultores culturales. En un momento de apropiación cultural hay que demostrar que en esta decisión hay algo más que una estrategia comercial. “La documentación es extremadamente importante. Estas películas tienen cinco años de proceso de aprendizaje. Tenemos consultores culturales, les escuchamos y vamos al sitio en el que vamos a ambientar la historia. Fuimos a Colombia, pasamos tiempo con familias colombianas viendo cómo de maravilloso es el país y nunca dejamos de aprender. Colombia en sí es como cinco países en uno, es tan distinto… pero teníamos que ser específicos y representarlo bien. Podríamos contar 100 historias allí”, añade Byron Howard.
Mientras iba escribiendo el guion me sumergí en la literatura de García Márquez, de Isabel Allende, de esos maestros del realismo mágico
Encanto tiene una escena que actúa como centro emocional de la historia y que hace referencia a la violencia del país, algo que demuestra un riesgo en sus creadores, que afrontan el tema con elegancia y para ilustrar los traumas de la familia protagonista. “Cuando hablamos con nuestros consultores y amigos de Colombia, nos contaron cosas maravillosas, pero también nos hablaron de la violencia que ocurre en el país y cómo ha roto la vida de mucha gente, y pensando en el mito fundacional de esta familia, creímos que este trauma podía ser el centro”, cuenta Charise Castro Smith.
La película se ha estrenado este fin de semana en casi todo el mundo, y lo ha hecho en salas de cine, volviendo a la estrategia original de Disney, que durante la pandemia estrenó algunos de sus filmes directamente en Disney+. Así es como la concibieron sus directores, que recuerdan que cuando empezaron con “este proyecto hace cinco años, el streaming no era ni una opción”. “Con el covid todos tuvimos que meternos en casa, y la película se hizo desde las casas de todo el equipo. La vimos en nuestros ordenadores, y cuando después del confinamiento la pudimos ver en pantalla grande nos voló la cabeza por el nivel de cariño, de detalles en todo, en los tejidos, en los animales… era precioso. Además tiene números musicales enormes, canciones… así que sí, creo que Encanto debe ser vista en una pantalla gigante con mucha gente”.