El cine español vivió un año complicado en la taquilla. 2021 no fue el año de la vuelta a las salas para nadie, pero menos para nuestras películas. Sólo, de nuevo, Santiago Segura, lo logró. Sin embargo, el resultado en las salas no tuvo nada que ver con el de la calidad de nuestras películas. Nuestra industria demostró una vez más que tiene nombres consagrados que siempre cumplen, pero también descubrió a autores que darán mucho que hablar en el futuro. Estas son las diez mejores películas españolas de 2021.
10.'Destello bravío'
Una de las películas más inclasificables del cine español de este año (y ha habido unas cuantas). Ainhoa Rodríguez debutó con una película que escapa de cualquier definición y que mezcla lo rural y lo surrealista, como un Twin Peaks cañí sobre la España vaciada y, sobre todo, sobre sus mujeres y su liberación (también la sexual). Hipnótica, sugerente y con un imaginario propio que hace de Rodríguez una de las directores a las que seguir en el futuro.
9. 'Un efecto óptico'
Juan Cavestany es capaz de entregar una serie que conquista a todo el mundo como Vergüenza, y una película con un humor que no se parece al que producen las cadenas de televisión privadas y que pueblan normalmente la cartelera. Con Un efecto óptico regresa a su cine más personal y ofrece un bucle temporal en el que Burgos y Nueva York pueden ser la misma ciudad y en la que Carmen Machi despliega su talento como una turista en su propio mundo.
8. 'Maixabel'
La ficción española ya se atreve con ETA. Hasta hace unos años sólo excepciones con Imanol Uribe a la cabeza abordaron un asunto que dejó una herida profunda en nuestro país. Si el año pasado fue la adaptación en HBO de Patria, la novela de Fernando Aramburu, este año ha sido Icíar Bollaín la que ha abordado las consecuencias de la violencia de la banda terrorista en Maixabel. La historia real de Maxiabel Lasa y su encuentro con dos de los terroristas que asesinaron a su marido es el centro de un filme valiente, que afronta la convivencia en Euskadi y que cuenta con unas interpretaciones vibrantes (Luis Tosar y un descubrimiento para el recuerdo, Urko Olazábal) y un guion que hace de la austeridad virtud coescrito junto a Isa Campo.
7. 'Seis días corrientes'
La clase obrera no suele estar representada en el cine, tampoco en el español, por eso es de destacar miradas como la de Neus Ballús, que pone la lupa sin paternalismos ni excesos. Seis días corrientes es un trabajo concienzudo que mezcla la ficción y la no ficción para contar el día a día de dos fontaneros, uno inmigrante y otro que compra los discursos populistas. La evolución de su relación, sus trabajos… todo está contado con una aparente livianidad que sólo es un espejo de la cotidianeidad. Emocionante, divertida… un trabajo que confirma a Ballús como una gran directora.
6. 'Tres'
Sólo dos directores tienen la Palma de Oro en Cannes. El primero, Luis Buñuel, que la logró con Viridiana. El segundo, Juanjo Giménez, que en 2016 la logró con su cortometraje Timecode, por el que también optó al Oscar. En su primer largo desde entonces vuelve a jugar con uno de los elementos esenciales del cine, en este caso el sonido. Presenta la historia de una mujer que comienza a escuchar el sonido con retardo. El espectador se colocará en su lugar y el director aprovechará para jugar con la desincronía entre imagen y sonido en un filme sobre encontrar su lugar. Un filme imaginativo, original y con una Marta Nieto estupenda.
5. 'Espíritu Sagrado'
Chema García Ibarra ha construido gracias a sus anteriores trabajos uno de los universos propios más originales y reconocibles del cine español. Ahora afronta su primer largometraje canónico (realizó un mediometraje de 60 minutos llamado Uranes y varios cortos) y ha dejado con la boca abierta a todos con una mezcla de ciencia ficción, drama, humor negro y cine social. Una obra en la que los Sobraos emocionan y el leopardo es el mejor vestuario.
4. 'Libertad'
El nombre de Clara Roquet lo conocían los cinéfilos por ser responsable de algunos de los mejores guiones del cine español de los últimos años. Ella fue autora de Petra, junto a Jaime Rosales, y de 10.000 Km y Los días que vendrán, junto a Carlos Marqués-Marcet. Ahora debuta en la dirección con un guion propio en el que cuenta la historia de dos adolescentes. Una, la hija de una familia burguesa en una masía catalana. La segunda, la hija de la criada. Libertad es mucho más que un ‘coming of age’, es una película sobre el privilegio y el momento en el que lo descubrimos. Una mirada diferente a la diferencia de clases que bebe del cine de Lucrecia Martel y que confirma a Roquet no sólo como una gran guionista, sino también como una gran directora.
3. 'El buen patrón'
Fernando León de Aranoa ha escrito la mejor comedia española en mucho tiempo y su mejor película desde Los lunes al sol, con la que El buen patrón tiene mucho que ver. Aquí se mete en el fango del empresariado español para radiografiar a ese jefe “hecho a sí mismo”, “que quiere lo mejor para su equipo” y que considera a sus empleados “su familia”. Lugares comunes para mostrar el lado oscuro del trabajo, de las relaciones laborales, marcadas por el abuso de poder y la falta de colectivismo que impera en nuestra sociedad. Ácida, divertidísima y triste. Javier Bardem vuelve a demostrar que es el mejor actor español (puede que de la historia).
2. 'Madres Paralelas'
Pedro Almodóvar ha escrito y rodado su película más política hasta la fecha. Madres Paralelas es un retrato sobre la maternidad, sí, pero también sobre la Memoria Histórica. Ambas tramas se unen gracias a un concepto: la verdad. La verdad íntima y la verdad histórica, las dos necesarias para seguir adelante. Una película valiente, en la que el director da un paso atrás en lo visual y se entrega a un guion en el que presenta una España aspiracional en la que las fosas se abren, las familias no son patriarcales y las relaciones son fluidas sin etiquetas. Por si fuera poco, Penélope Cruz entrega una de las mejores interpretaciones de su carrera y Alberto Iglesias una de sus mejores partituras.
1. 'Quién lo impide'
Jonás Trueba ha seguido durante cinco años la vida de un grupo de adolescentes. La idea no era hacer un documental al uso, sino simplemente escucharles y con sus experiencias jugar, reflexionar, abordar los límites entre ficción y no ficción. El resultado es el mejor acercamiento a la adolescencia que ha dado el cine español. Una mirada sin prejuicios, profunda, que les presenta no como una panda de descerebrados, sino como una generación que ha vivido ya dos crisis y que no tienen esperanzas, pero que sin embargo si tienen ilusiones y compromiso político y social. Lo hace en una obra destinada a ser recordada, que juega con los géneros y se aleja del documental al uso. La mejor película española del año y una de las que se recordarán dentro de unos cuantos.