Han pasado 17 años desde que el fenómeno Camera Café llegó a nuestra parrilla televisiva, haciéndose un hueco entre el resto de ficción y programas que se emitían a través de una serie de capítulos cortos y sketches que lograron ser todo un éxito en cifras de audiencia. En apenas 10 minutos, los caricaturescos personajes lograban hacernos reír, dejando marcado en nuestra memoria el icónico color amarillento del pasillo de esa oficina y traspasando la pantalla con el olor a café recién hecho.
Recordando un tiempo pasado con algo de nostalgia y adaptándose al humor actual, los protagonistas de la serie han regresado, dando el salto a la gran pantalla y contándonos sus nuevas aventuras en Camera Café, la película, un largometraje dirigido por Ernesto Sevilla que se estrena en cines el viernes 25 de marzo.
Desde SERIES & MÁS tuvimos la oportunidad de hablar con Ernesto Sevilla, que se atreve con este proyecto para iniciarse como director de cine tras su recorrido en televisión; y también con los protagonistas Arturo Valls, Ana Milán, Carlos Chamorro y Esperanza Pedreño, que nos cuentan todos los detalles del rodaje y cómo se han adaptado al paso del tiempo.
Un reencuentro como el de 'Friends' a la española
Al preguntar a los actores protagonistas sobre las sensaciones que tuvieron al reencontrarse después de tanto tiempo, todos ellos coincidieron en que reunirse fue tan divertido como emotivo. Arturo Valls, que interpreta a Quesada en la serie y la película, recordó lo fantástico que fue, riéndose al compararla con otras icónicas reuniones como la de Friends o Harry Potter y pensando en "lo mucho que han cambiado todos los miembros del reparto, siempre para mejor" y en lo impresionante que ha sido para él "volver a tener al lado a personajes como Julián Palacios o Victoria de la Vega".
Otros actores como Carlos Chamorro, que interpreta a Julián, explicaron que las redes sociales han facilitado el contacto y que ha ocurrido como con los amigos del instituto, "con los que te encuentras después de 30 años y te sigue saliendo esa complicidad que había cuando tenías 14".
La primera vez de Ernesto Sevilla como director
Después de participar en otros proyectos televisivos como La hora chanante, que coincidió en la misma línea temporal que Camera Café, Ernesto Sevilla se estrena tras las cámaras como director de su primera película, reconociendo que "fue un encargo que le ofrecía muchas posibilidades y que al mismo tiempo también fue muy divertido". Esta experiencia también resultó gratificante para los actores, donde Ana Milán supo ver a "un director muy inteligente, capaz de aparcar el ego y respetar que ellos conocían a los personajes mejor que nadie". Para ella, "la ópera prima de cualquier director debe implicar mucho susto al dar el salto al vacío, y aunque ese miedo hace que el director se quiera imponer, en este caso no ha sido así". Además, Carlos Chamorro añadió que "las dos partes que puede tener un director, dirigir actores y dirigir a nivel técnico, las dos las ha hecho de maravilla".
Por si fuera poco, Camera Café, la película llega a los cines para aportarle algo más al universo de la serie, obligando a la cámara a salir de la máquina de café y haciéndola moverse por el pasillo para mostrar por primera vez cómo son las oficinas donde trabajan los protagonistas. Arturo Valls habló de cómo dieron ese paso, tomando una decisión creativa que, en definitiva "puede ser un aliciente para el espectador, porque para ellos será como volver a ver la serie". Además, este regreso a lo grande permitirá a la audiencia conocer más a ciertos protagonistas como es el caso de Cañizares, a la que la Esperanza Pedreño, la actriz que la interpreta, define como "un personaje muy particular que, cinematográficamente hablando, no sabía muy bien cómo iba a funcionar, ya que se comporta como una payasa". Pedreño aprovechó para hacer hincapié en el hecho de que las mujeres "no tienen la oportunidad de hacer este tipo de trabajos", agradeciendo la oportunidad e incidiendo en que su personaje es "muy físico y elástico, pero también muy original" y que también ha podido evolucionar a través de un tipo de escenas que se suelen ver más en teatro que en el cine.
Adaptándose al paso del tiempo
Con el paso de los años, la forma de hacer reír y el lenguaje audiovisual han ido evolucionando, incorporando cambios y tratando de adaptarse a la sociedad a la que se dirige. El propio Arturo Valls explicó cómo la marca de Camera Café se ha adaptado al paso del tiempo, ya que "la forma de hacer humor y el lenguaje audiovisual han evolucionado, al igual que la sociedad" y que esto "también ha cambiado cómo es y cómo se consume el cine y el audiovisual". Para él, "había que actualizarlo todo desde la forma" y reconoció que "desde el momento en el que se despegaba la cámara de la máquina de café, ya sabían que eso iba a cambiar", y se rió al pensar en la posibilidad de rodar "una hora y media con una cámara fija", preguntándose "si eso hubiera sido cine experimental".
Tal y como supo detallar Ernesto Sevilla, este gran salto que da la cámara da pie a que se pueda "conocer más a los personajes. Es un poco como si fuese una tira cómica, como si fuesen 2D. Y si nosotros movemos la cámara, lo convertimos en 3D y podemos conocer las tres dimensiones de los personajes. Podemos conocer más detalles, casi como si se fuera una metáfora". "Esto también tiene un riesgo", dijo Arturo Valls, "porque como ocurre en las adaptaciones de los libros o de los cómics, cuando has leído un libro o que ves la peli, tienes ganas de ver cómo han representado a ese personaje. Yo me imaginaba cómo sería la casa de Marimar, o cómo sería la casa de Quesada, donde la furgoneta es la caravana de la que tanto se hablaba en la serie, y ahora la vemos".
Este gran cambio y decisión creativa también supuso una gran modificación en la manera de rodar y en la dinámica de trabajo. Esperanza Pedreño describió cómo fueron los rodajes con Ernesto Sevilla, donde ya no hacía falta filmar las escenas como un plano secuencia y todo seguido y donde se puede "diseccionar la escena y entrar fácilmente en el tono del proyecto", una manera de dirigir que Carlos Chamorro definió como "a trocitos".
De esta manera, y conociendo a fondo a los personajes después de tantos años, los actores pudieron aportar algo más a la historia. Así ha sido el caso de Ana Milán, que dejó claro "que no se puede no utilizar lo que has aprendido durante años" y que "desaprender en esta vida es muy difícil". Ella dijo que "una década te da para cambiar y que, si no lo has hecho, tienes un problemón", por lo que "inevitablemente, inviertes lo que has aprendido en la vida". Sin embargo, para ella, los personajes han mantenido la esencia y son capaces de convivir en ella. De hecho, Chamorro estuvo de acuerdo con su compañera, agregando que "no se puede olvidar cómo montar en bici y que aunque se pierda un poco de agilidad y reflejos, no se puede desaprender y son personajes que se quedan en el disco duro".
Toda una mezcla de estilos y géneros cinematográficos
Durante los 90 minutos que dura la película, el espectador se encontrará todo tipo de sorpresas y una de ellas será la gran mezcla de elementos que han sido capaces de combinar a través del lenguaje audiovisual. Ernesto Sevilla contó que "ha podido hacer casi todo lo que le ha dado la gana, con muchos homenajes a directores a los que admira muchísimo" e incluso "copiando directamente planos de películas como Casino o El Club de la Lucha".
El director también anticipó que hay una escena especialmente cómica, guardándose los detalles pero adelantando que incluirá mucha agua y una canción. Al recordar la secuencia, Arturo Valls se rió, recordando lo duro que fue rodar esa escena y entusiasmándose al rememorar la gran acogida que tuvo la película cuando se proyectó en el Festival de Málaga.
Un producto para fans y para nuevos espectadores
A la hora de dirigirse a su público, uno de los objetivos que tuvieron claros los creadores de Camera Café, la película fue tener en cuenta en la audiencia tanto a los fans de la serie como los que lleguen de nuevas. El propio director desarrolló esta idea, dejando claro que "querían conservar la esencia de la serie en el largometraje" y que tenían claro "que debía ser una comedia de aventuras, una película lo más espectacular que se pudiera y que mereciese la pena ir al cine para verla". Después "encontraron un denominador común entre entre Camera café y su estilo más chanante", ya que para él "la serie ya era muy surrealista", y siguieron por esa línea. Por otro lado, quisieron centrarse en un producto que "funcionase independientemente", y es por ello que se preocuparon en presentar a los personajes en el primer acto de la película.
Una vez tuvieron claro el punto de partida, el rodaje fue sobre la marcha y se fueron introduciendo las escenas más sorprendentes del guion. Arturo Valls anticipó que la producción lo que hace es "proponer muchas cosas todo el rato, lanzando los dados para ver lo que ocurre" y logrando envolver un producto y "una película que se convierte en un parque de atracciones".
Cuando recibieron la propuesta de regresar a la serie, los actores reconocieron que su primera impresión fue la sorpresa. Así lo explicó Esperanza Pedreño, que después pensó en el acierto que suponía un reencuentro como este y lo más importante: "no querer competir con el potencial que tenía la serie a nivel de guion y buscar otra cosa, con un lenguaje cinematográfico diferente". Para ella, "se mantiene a los mismos personajes, que siguen siendo los que recordamos de la serie", pero al mismo tiempo "se hace una película con un valor artístico y visual propio que no va a decepcionar al espectador ni a los fans, ya que revisarán el trabajo y encontrarán una fusión de buena música". Por su parte, Ana Milán añadió que volver a su personaje ha sido fantástico y que lo que más va a disfrutar la gente será "volver a un sitio donde fuimos felices", explicando que, "aunque Sabina diga que no debemos volver allí, en esta ocasión hay que contradecirle y hacerlo".
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