Will Smith es el hombre del momento, aunque no por las razones que él hubiera deseado horas antes de que el 27 de marzo de 2022, compartieran tiempo y espacio los dos momentos más trascendentales en la carrera de una de las estrellas más populares en la historia. Esa noche, con solo minutos de diferencia, el actor de 53 años asaltó al humorista Chris Rock y recibió el Oscar por su interpretación en El método Williams. Ahora la industria y la Academia se preguntan qué deben hacer ante el mayor escándalo de Hollywood desde el nacimiento del movimiento #MeToo.
“El cambio lleva tiempo y me comprometo a hacer el trabajo para asegurarme de que nunca más permitiré que la violencia supere a la razón”, prometía Smith en un comunicado publicado el pasado viernes en el que renunciaba a su membresía a la Academia y donde cada palabra estaba elegida con precisión por la legión de relaciones públicas y abogados del único intérprete en la historia de la industria del cine capaz de encadenar ocho números 1 consecutivos en la taquilla de Estados Unidos.
Aunque haya recibido un inesperado y perturbador apoyo de parte del público, renunciar a sus derechos como académico y enmendar su bochornoso discurso en los Oscar no va a terminar con la brutal crisis de relaciones públicas de un actor que durante décadas había diseñado su imagen alrededor de su carisma y su cercanía con el público. La Academia todavía tiene que tomar una decisión sobre las posibles sanciones a una estrella que, para lavar su imagen, decidió adelantarse a los lentos procesos de la organización y dimitir antes de ser expulsado disciplinariamente.
Tampoco está claro si Smith será denunciado por protagonizar una vergonzosa escena que incluyó violencia física, verbal y el uso de palabras estrictamente prohibidas en las cadenas generalistas. El intérprete puede acabar pagando caro (literal y metafóricamente) su salida de tiesto. La otra gran pregunta que sobrevuela entre la industria y el público es qué pasará a continuación con la carrera del actor. Las últimas noticias que llegan desde Hollywood apuntan a que seguramente haya que esperar un tiempo hasta que vuelva a pisar un set de rodaje.
Dos (o tres) proyectos paralizados
Uno de los proyectos que estaba manejando Smith era su primera colaboración con Netflix desde Bright, la primera gran superproducción que estrenó la plataforma de streaming en 2017. El actor y la compañía iban a reencontrarse en Fast & Loose, una película de acción que ha dejado de ser prioritaria para Netflix después del incidente protagonizado del 27 de marzo.
El escándalo de su protagonista no es el único obstáculo con el que se ha encontrado el proyecto recientemente. La semana antes de la ceremonia de los Oscar, el director David Leitch (Deadpool 2) abandonaba voluntariamente la película para centrarse en Fall Guy, una producción de Universal protagonizada por Ryan Gosling que empieza a rodarse el próximo mes de agosto. Netflix puso en marcha una búsqueda urgente para encontrar a un sustituto que se hiciera cargo de la primera película que rodara el príncipe de Bel-Air después de ganar la estatuilla dorada. Tras la agresión a Chris Rock, el servicio de streaming ha mandado el proyecto al congelador hasta nueva orden.
Justin Kroll explicaba en Twitter que el parón del proyecto no se debe en realidad al escándalo del ganador del Oscar, sino que venía de antes. Según el periodista de Deadline, una de las razones más importantes por las que Leitch se había decantado por la película de Gosling era que el guion de Fast & Loose todavía no estaba listo y que el propio Smith habría dado señales de querer tomarse un descanso cuando acabara la temporada de premios.
Fuentes de la industria explicaban a The Hollywood Reporter que la producción de Bad Boys 4 se había paralizado temporalmente a pesar de que el actor había recibido 40 páginas del guion días antes de que se celebra la 94 edición de los premios de la Academia. El paso lógico para Sony, el estudio de la saga más longeva en la carrera de la estrella afroamericana, sería esperar a que se calmen las aguas. La cancelación de la producción es altamente improbable después de que Bad Boys for Life se convirtiera en el invierno de 2020 en el último gran éxito de Hollywood antes de la pandemia.
Más revelador para saber cuál es estado actual de la posición en la industria de Will Smith será la decisión que tome Apple TV+ con Hacia la libertad (Emancipation en su versión original), el único proyecto pendiente que ya había sido rodado en verano de 2021. Hace menos de un mes la propia compañía confirmaba que antes de que acabara el 2022 se podría ver en su plataforma una película de Antoine Fuqua (Training Day) sobre un esclavo fugitivo atraviesa los pantanos de Luisiana en un tortuoso viaje para escapar de los propietarios de las plantaciones que casi lo matan.
La flamante ganadora del Oscar a Mejor Película con CODA todavía no ha confirmado qué hará con Hacia la libertad, pero no sería de extrañar que decidieran postergar su lanzamiento al otoño de 2023.
Más que un adiós, un hasta luego
Los seguidores más fieles de Will Smith pueden estar tranquilos. El escenario más plausible para su futuro es que desaparezca temporalmente de la vida pública y se comprometa públicamente a lidiar con sus problemas de ira antes de su inevitable regreso por todo lo alto. Su dimisión de la Academia (algo que no le impediría volver a estar nominado al premio) es la primera piedra del camino a la rendición de uno de los actores más famosos del planeta. Si alguien cree que no va a acabar disculpándose de nuevo ante Oprah Winfrey, es que no entiende todavía cómo funciona la industria del entretenimiento.
La cultura de la cancelación no existe en la industria del espectáculo. Si Louis C.K. ha sido capaz de ganar ayer mismo un Grammy menos de cinco años después de reconocer públicamente que eran ciertas las acusaciones que decían que se había masturbado sin consentimiento delante de varias cómicas, Smith también podrá salir del hoyo en el que se ha metido él solo. La duda es cómo y cuándo.