Alcarràs ya está aquí. La película de Carla Simón que hizo historia con su histórico Oso de Oro en la Berlinale (el primer gran premio para una mujer española en cualquiera de los tres grandes festivales internacionales y nuestro primer éxito en Venecia, Cannes o Berlín desde hace cuarenta años) se estrena en los cines españoles este viernes, 29 de abril.
En la primera película de la directora catalana desde su triunfal debut con Verano 1993 (2017), el abuelo ha dejado de hablar. Nadie en la familia Solé sabe por qué. Como cada verano, en Alcarràs, una pequeña localidad rural de Lleida, la familia cultiva una gran extensión de melocotoneros. Después de ochenta años cultivando la misma tierra, la familia Solé se reúne para realizar juntos su última cosecha.
"Tenía claro que tenía que mantener la manera de hablar de esta zona de Cataluña que es muy específica. Aún así vimos actores de la zona, pero no funcionaron mejor que la gente no profesional, nos explicaba Simón sobre su decisión de escoger un reparto amateur para su segunda película como directora. "Había muchos niños y adolescentes y eso marcaba el tono que íbamos a necesitar. Con el abuelo yo tenía claro que era mejor que no fuera actor y con el padre agricultor también, porque los agricultores en general tienen algo como en la piel y en las manos por como trabajan que se nota que son de ahí".
Alcarràs fue noticia en la primavera de 2020 cuando decidió retrasar un año entero su rodaje por culpa del coronavirus. "Para mí fue como una catástrofe, pero siempre pienso que hubiera sido peor hacer el casting en la pandemia. Durante la cuarentena seguimos buscando, pero no se podía hacer lo mismo. Íbamos a las fiestas mayores, donde había mogollón de gente sin mascarilla. Lo primero en lo que nos fijamos eran las caras. Invitamos al casting a las personas que nos llamaban la atención. Era absolutamente imposible hacer todo eso durante la pandemia. Tuvimos suerte. Al final acabamos viendo a 9000 personas. Fue un casting muy largo".
En el Festival de Málaga hablamos con seis de los actores no profesionales que forman parte de la familia Soler. SERIES & MÁS ha revivido con todos ellos la experiencia de rodar una película que ya ha hecho historia.
El abuelo Rogelio, el padrí que todos respetan delante y detrás de las cámaras, está interpretado por Josep Abad, un agricultor jubilado que empezó a trabajar en el campo antes de cumplir 10 años. “La agricultura aún me llama, pero los jóvenes me dicen que les deje hacer lo suyo”, reconoce afable.
Su hijo Quimet es un “agricultor enfadado”, según Jordi Pujol Dolcet, un hombre que había trabajado como agricultor durante toda su vida hasta que hace 14 años dejó el campo. “Tengo un trozo de tierra porque ese mundo cuesta mucho dejarlo, pero ya no me dedico a la agricultura”. Ahora Jordi trabaja en la brigada del ayuntamiento de su pueblo, Soses. “No había actuado nunca. No me disfrazo ni por carnavales. Me iba muy grande, pero aquí estamos”. El heredero del negocio familiar natural de un negocio a punto de desaparecer sería Roger, también conocido como Albert Bosch. “Estoy estudiando Mecánica Industrial y también soy payés con mi familia”. La ficción imita a la vida en Alcarràs.
Las mujeres también tienen mucho que decir en la película de Carla Simón. Anna Otins es Dolors, la mujer de Quimet. “Soy maestra de infantil, eso es lo más parecido que he hecho actuar”, ríe la más resuelta de todo el elenco de Alcarràs. Su hija en la ficción, Xènia Roset, iba a clases de teatro cuando se enteró de que en su pueblo iban a rodar una película. Es la única con experiencia parecida a la interpretación. El joven Bosch también hizo sus pinitos en el pasado. “Hice una obra de teatro en 4º de la ESO. Lo petamos un colega y yo porque íbamos un poco pedo, pero nunca, nada más”, bromea. Montse Oro, Nati en el universo creado por la directora de Verano de 1993, jamás había actuado. “Yo soy ganadera”, aclara.
Destino Alcarràs: "Me presenté casi por hacer un favor y al final el favor me lo han hecho a mí"
Anna: Carla empezó el casting antes de la pandemia. Iba por las fiestas mayores y hablaba con la gente del pueblo con la esperanza de encontrar a los perfiles que necesitaba para la película.
Montse: Me enteré por una app que se llama eBando de que Carla Simón iba a hacer una película en Alcarràs y que quería reunirse con cualquier vecino que quisiera participar. Allá que fui.
Albert: Venía de coger fruta un día y me vinieron a buscar Berta, la hermana Carla, y Albert Baldomà. Me hicieron allí mismo un primer casting, pero no tenía nada que ver con la película.
Xènia: Mi padre se enteró de que lo estaban haciendo y fuimos. Empezamos a pasar pruebas.
Anna: En el caso de Quimet y mío, nosotros no fuimos a un casting. Mi llegada a la película me hace mucha gracia. La de casting estaba en el pueblo hablando con la gente, pero yo no quería. “Déjalo estar, bastante tengo con mi trabajo y con mis hijas”. Como se estaba encargando una chica del pueblo, le dije: “si no encuentras a nadie y crees que te van a pegar bronca, yo vengo y lo hago”. Un día estaba en el gimnasio y coincidió que Carla estaba ahí. Se me quedó mirando y me dijo: “esta es la actitud que estoy buscando”. Me vinieron a buscar, me presenté casi por hacer un favor y al final el favor me lo han hecho a mí.
Jordi: Yo fui a una manifestación, Salvemos a la agricultura, porque las cosas estaban muy mal antes de esto que retrata la película. Antes de la pandemia hubo dos años malísimos en el sector. Allí estábamos y vino una chica a hablar con nosotros. Nos dijo que iba a grabarnos porque iban a hacer una película. La mandamos al pairo. La echamos a la pobre, pero sin querer, sin querer, sin querer… aquí estamos.
Josep: Me enteré porque me llaman la presidenta de la Asociación de Vecinos. Me dijeron: “ven que están haciendo un casting”. Mi mujer se entera. Los nietos también. Me obligaron a ir. ¿Qué iba a hacer yo allí? Si yo no sé hacer nada de eso. Hice un casting y fue bien. Me hicieron dos o tres pruebas más y estaba dentro de la película.
Montse: La primera prueba era simplemente una presentación. El proceso se paró por culpa de la pandemia. Cuando empezaron otra vez, empezamos los castings. Te pedían que pusieras en X situación. Recuerdo una en la que tenía que reñir a mis hijos. Teníamos que hacer situaciones cotidianas.
¿Quién es Carla Simón?: "No vi Verano 1993 antes de hacer el casting. Todavía no la he visto. No me gusta ver la tele, ¿sabes?"
Albert: No conocía a la Carla antes de hacer la película. No vi Verano 1993 antes de hacer el casting. Todavía no la he visto. No me gusta ver la tele, ¿sabes?
Montse: Yo no la conocía personalmente, pero sí sabía que había hecho Verano 1993 y había triunfado con ella.
Jordi: Yo no había visto Verano 1993. La vi un día antes de que nos pusieran por primera vez Alcarràs.
Josep: Yo la vi dos veces, también unos días antes de ver Alcarràs. La primera vez…
Jordi: Conocía a mucha gente que había visto Verano. Algunos me decían que les había encantado. Otros me decían que no habían podido terminar de verla. Había de todo. ¿Qué me pasó a mí? Como yo ya había rodado Alcarràs, entendí perfectamente la forma de contar las cosas de Carla. Estoy seguro de que habrá mucha gente que si ve Alcarràs volverá a ver Verano 1993, o la verá por primera vez.
3, 2, 1, ¡acción!: "Hemos aprendido lo que es hacer una película rodando una película"
Montse: El rodaje empezó el 1 de junio de 2021, pero antes de eso había un proceso previo estuvimos trabajando todos en una casa que alquiló Carla. Ahí donde fuimos creando el vínculo familiar. Cuando llegamos el rodaje los compañeros ya eran familia.
Jordi: Lo más fácil fue olvidarse de las cámaras.
Anna: Eso fue fácil porque nosotros estuvimos juntos desde febrero. Ahí empezó un juego, como nosotros lo llamábamos. Un día estábamos Josep y yo, otro día el abuelo con la niña, otro día los chicos… Si Quevedo era un hombre a una nariz pegado, Carla es una mujer pegada a una cámara. Siempre llevaba una cámara con ella. Nos hizo ver que la cámara era una parte más de ella en el rodaje, como si fuera un ojo que todo lo ve.
Montse: A mí lo que me impresionó fue la cámara, la luz, toda esa gente trabajando. Como son tan cercanos, como la propia Carla, son muy cercanos y llega un momento en que ni los ves.
Xènia: Al principio dices: “¿y si me equivoco, qué hago?”. Carla nos dijo que fuéramos con la calma y que repitiéramos lo que tuviéramos que repetir.
Albert: El primer día llegas y ves tanta gente y tantos aparatos que no sabes para qué sirven… Yo iba a dar lo mejor de mí. Quería demostrar el poderío que tenemos todos. Todos los actores que hemos hecho esta película hemos sacado lo mejor de nosotros para hacer la película lo mejor que podamos. Desde el principio fue espectacular.
Anna: El primer día te quedas en shock. El equipo nos mandaba callar mucho al principio. La verdad es que nosotros hemos aprendido lo que es hacer una película rodando una película. Entendimos lo que era la producción al verla en marcha y ahora estamos entendiendo lo que es vender una película, aunque yo creo que Alcarràs se vende sola. Nos han cuidado mucho y explicado las cosas. “Tienes que llegar aquí”, nos decían, mientras nos ponían una marca en el suelo. Éramos muy preguntones.
Montse: Carla tenía un superequipo. Era un engranaje muy grande. A mí me daba la sensación de que si llega a fallar algo y no llegamos a Berlín. Ella es muy cercana. Te explicaba lo que iba a pasar, te contaba lo que había que sentir y transmitir en la escena. Te acompañaba durante todo el proceso. Si te equivocabas, otra vez y ya está.
Josep: Carla ha sido muy paciente con nosotros.
Buscando la perfección: "Comí caracoles durante todo un día. No les he cogido manía, menos mal"
Anna: Carla sabía muy bien lo que quería. Hasta que no conseguía lo que quería no paraba.
Montse: Una cosa es repetir porque no te sale o te equivocas y otra por los planos que tiene que hacer ella. Carla es muy meticulosa. Tiene muy claro en la cabeza lo que quiere hacer. Había cosas que podíamos hacer 20 o 25 veces.
Josep: Algunas escenas las repetimos mucho, sí. Hacíamos una toma y nos decían “ha salido guay, vamos a hacer otra”.
Anna: ¿Te acuerdas que alguna vez hacíamos porras para ver cuántas tomas iban a hacer falta? Esta siete, esta ocho…
Josep: Hubo una escena que estuvimos toda una jornada con la misma secuencia. Una noche de verano, así que el día era aún más largo. Una escena muy normal en la que cogía los guantes de trabajo y me iba. No tenía misterio, pero la acabamos haciendo no sé… ¿18 o 20 veces?
Albert: Recuerdo la cena en la que toda la familia toma caracoles. Comí caracoles durante todo un día entera. No les he cogido manía, menos mal.
Anna: Acabamos muy hartos en esa secuencia, pero es que fue en ese momento aprendimos lo que era una claqueta. La veíamos y no entendíamos muy bien qué significaba. En esa escena hubo una compañera que se desesperó un poco. “Lo acabo de decir. Llevo diciendo lo mismo toda la mañana. Lo estoy haciendo mal”. Entonces Carla le explicó cómo funcionaban las cosas. Pensábamos que nos estaban grabando a todos en el mismo momento y no era así. Fue una libertad cuando nos enteramos de que no teníamos que comer todo el rato. Acertamos a preguntar: “¿salimos en plano? ¿No?” Entonces nos relajábamos.
La hora de la verdad: "La primera vez que vi la película pensé 'boh, no he entendido mucho'”
Montse: Nosotros pudimos ver la película en Berlín, pero antes se hizo un pase en Lleida para la gente que no podía ir y sus familiares.
Jordi: Bueno….
Anna: ¿Te decimos la verdad?
Jordi: La primera vez que vi la película solo era capaz de centrarme en los momentos que salía yo. Como no había hecho nunca algo así la cabeza te hace malas pasadas y te dice: “a ver si has hecho un desastre”. Me perdía cosas sobre la marcha porque estaba más pendiente de lo que hacía yo que de la película.
Montse: La primera vez que vi la película pensé “boh, no he entendido mucho”, pero claro… no me dedico a este mundo y yo estaba pendiente más de la experiencia que habíamos vivido haciéndola. Claro, no se rueda de forma cronológica. Salí con una sensación rara.
Anna: Después de ver la película acabé con dolor de cabeza. En mi cabeza tenía todos los recuerdos. Me ponía a pensar en lo que había pasado los días que habíamos hecho cada escena. Me venían a la cabeza tonterías tan simples: “ese día el catering no me gustó” o “mira, aquí ya no van a poner la otra toma que grabamos”. En cambio, en Berlín la consigna que teníamos era otra: ver bien la película.
Jordi: En Berlín nos dijimos: ¡vamos a ver Alcarràs! Esta vez de verdad.
Montse: Volví a verla en Berlín y me obligué a meterme en la película y la disfruté mucho. Es una película preciosa. Acabé llorando.
Albert: La primera vez pensé: “Está guapa, pero no la he entendido del todo”. Cuando la vi por segunda vez, me metí muy dentro del mundo.
Anna: Te diré que acabé tan dentro de la película que cuando llevaba la mitad me llegué a creer que el final iba a ser otro. La segunda vez fue mucho mejor.
Ver la realidad en pantalla: "Todo lo que enseña Carla es real. Me cuesta hasta verla"
Jordi: Todo lo que enseña Carla es real. Me cuesta hasta verla. Es lo que hay. Te cuenta muy bien la experiencia de la vida que vive de la tierra.
Anna: La película cuenta muy bien el problema que hay en el sector primario. Da igual si es agricultura, pesca o ganadería.
Jordi: Es muy bonito ir a comprar carne, verdura o lo que sea, pero llegará el día en que tengas que ir a comprarla a otro país. Ya nos enteraremos de lo que vale un kilo de pollo, un litro de leche o una caja de melocotones.
Josep: La película me emocionó mucho. Alcarràs representa un trabajo que he hecho durante toda mi vida. Habla de la finca que tenemos que dejar. Esa idea me llegó mucho. Estar viendo la película suponía también recordar lo que había hecho al dejar la tierra.
Albert: Creo que cuenta muy bien la realidad de ser payés. Si yo no lo fuera en mi vida personal, hubiera entendido también esa experiencia.
El Oso de Oro: "Viene la tía, crea una película de la nada y se corona. Es muy importante lo que ha hecho"
Albert: Estábamos volviendo de Berlín. Cogimos el tren y fuimos a Alcarràs a seguir los premios en directo con el equipo.
Anna: Anna: El resto del reparto que no había podido ir al festival estaba en Alcarràs en una gran fiesta donde retransmitían la ceremonia. Cuando llegamos de Berlín nos enchufamos al enlace que había para ver la gala de entrega de premios. Cuando bajamos del avión nos enteramos de que la película iba a ganar. El festival te nomina, pero no dice qué premio vas a ganar. En el camino especulábamos, y lo que más imaginábamos era que ganara el premio de mejor dirección. Carla es lo más. Nosotros no sabíamos bien cómo funcionaba. Estábamos acostumbrados a los premios de aquí, donde tienes unos finalistas y eligen de ahí. Berlín era otra cosa. Carla ya imaginaba que iba a ganar cuando llegó el último premio, pero nosotros no.
Albert: El primer premio, nada. El segundo, nada. Yo pensaba que era imposible ganar con una película sobre agricultura. Fue espectacular. Mi corazón hizo boom.
Anna: Justo cuando llegábamos faltan actriz, actor, dirección… “lo gordo”, por decirlo así. Ahí estábamos tranquilos, porque si no nos hubieran dicho que nos quedáramos. Salió dirección y se lo dieron a otra. Solo quedaba mejor película. Era todo o nada. Yo les traducía del inglés lo que iban diciendo. Cuando escuché las primeras palabras: “Por el amor a la tierra…”. Me dije: ¡ya está! La euforia fue máxima.
Montse: Una mujer, cuarenta años sin ganar, con un idioma que no es el castellano, con un dialecto muy especial. Viene la tía, crea una película de la nada y se corona. Es algo muy importante lo que ha hecho Carla. Las películas, además de transmitir cultura, te están contando algo que está pasando en el mundo.
Jordi: Cuando pasó me alegré mucho por todo el equipo. Nosotros estamos fuera de este mundo, pero para ellos tuvo que ser muy importante. Yo con hacer la película y la experiencia de ir a Berlín me sentía más que satisfecho. En mi cabeza pensaba que sería más fácil cazar un Oso que ganarlo. ¿Cómo iba a imaginarme que iba a pasar algo así?
Lo que está por venir: "Yo estoy muy bien con mi vida. No me hace falta hacer películas, pero me gusta haber hecho esta"
Anna: El mejor recuerdo que nos queda es la familia Solé, ese vínculo que hemos creado entre todos. Cuando un niño de 18 años como tiene Albert, me sigue llamando mamá y me pregunta: “¿voy guapo? ¿voy bien arreglado?” A mí eso me emociona.
Jordi: Hicimos una familia muy guay. Los actores que hacíamos de los Solé y todo el equipo que hicimos la película. Nos trataron genial.
Albert: Me ha gustado mucho actuar. Si pudiese, seguiría haciendo otras películas.
Xénia: El teatro me gusta mucho y disfruté haciendo Alcarràs. Me gustaría seguir haciendo cosas de interpretación.
Montse: A mí sí que me gustaría continuar, aunque no sé cómo ni con qué. Es un mundo que me ha gustado.
Anna: No le cierro la puerta a nada.
Jordi: Yo estoy muy bien con mi vida. No me hace falta hacer películas, pero me gusta haber hecho esta.
También te puede interesar...
- David Shore, el rey de los médicos en TV: "'The Good Doctor' es, sobre todo, una serie sobre la esperanza"
- Crítica: 'Better Call Saul' temporada 6, un regreso excepcional de cara al final
- Cannes 2022: Viejos conocidos lucharán por la Palma de Oro en un festival sin españoles ni David Lynch
- Festival de Cannes 2022: Elena López Riera competirá en la Quincena de Realizadores con 'El agua'
Noticias relacionadas
- Carla Simón, de 'Alcarràs' al cielo: "Invertir más en las películas significa que luego pueden llegar más lejos"
- Carla Simón se consagra con ‘Alcarràs’, primer Oso de Oro del Festival de Berlín para España desde 1983
- Crítica: 'Alcarràs', Carla Simón deslumbra con un drama familiar con vocación de clásico instantáneo