Daniel Scheinert y Daniel Kwan decidieron decir no a Marvel. El todopoderoso Kevin Feige quería contar con ellos para dirigir Loki, pero estos viejos amigos que se conocieron estudiando cine en una universidad de Boston se la jugaron y apostaron por su propia historia ambientada en el multiverso. Entonces no lo sabían, pero estaban a punto de convertirse en la gran esperanza de un nuevo Hollywood que sueña con ser comercial desde los márgenes de la industria. Todo a la vez en todas partes llega a los cines españoles como la nueva obsesión de Letterboxd (la red social favorita de los cinéfilos) y el mayor éxito de taquilla de la historia de A24.
El nuevo oasis del cine independiente estadounidense ya había lanzado las carreras de directores como Robert Eggers, Barry Jenkins, Greta Gerwig y Ari Aster. Ninguno de ellos había sido tan popular como Daniels, el nombre artístico de una pareja forjada detrás de las cámaras en la industria del videoclip y que ya habían dejado caer su potencial y falta de prejuicios con otra propuesta radical recordada por ser la película en la que Daniel Radcliffe interpretaba a un zombi que no dejaba de tirarse pedos: Swiss Army Man.
Su segundo largometraje es un salto mortal con tirabuzón que deja al multiverso del Doctor Strange en un simple artificio. Cuando una ruptura interdimensional altera la realidad, una madre e inmigrante china llamada Evelyn (Michelle Yeoh, la eterna protagonista de Tigre y dragón) se ve atrapada en una aventura salvaje en la que solo ella puede salvar el mundo. Perdida en los mundos infinitos del multiverso, esta heroína inesperada debe canalizar sus nuevos poderes para luchar contra los extraños y desconcertantes peligros del multiverso mientras el destino del mundo pende de un hilo.
Todo a la vez en todas partes es la respuesta a la revolucionaria Matrix de la primera generación de la historia que ha crecido con internet. Tras un estupendo arranque en la taquilla, el alucinógeno cóctel multigénero ha resistido semana tras semana en la cartelera sin perder fuelle. En un momento en el que solo los blockbusters parecen llevar espectadores a las salas, los Daniels han recaudado más dinero en Estados Unidos que nueve de las últimas diez nominadas Oscar hasta confirmarse como dos de las voces más prometedoras de su generación.
SERIES & MÁS habló de su deseo de no renunciar al encuentro de la filosofía y el espectáculo en su cine, la negativa de Jackie Chan que llevó la película a un lugar más interesante, la única idea que sus productores insistieron en eliminar de Todo a la vez en todas partes y sus motivos para no estar interesados por ahora en dar el salto a las grandes superproducciones de Hollywood.
Empezasteis a investigar el concepto del multiverso hace diez años. ¿Fue difícil dar con la historia adecuada para explorarlo?
Daniel Scheinert: Fue un proceso tan divertido como complicado. Había muchas cosas en la película que nos tenían muy emocionados desde el principio. Al poco de empezar a desarrollar la historia nos dimos cuenta de que el multiverso en realidad era una excusa para hablar de otros temas y jugara con los elementos. Teníamos muchas ganas de jugar con los géneros y hacer una película de acción que nos permitiera experimentar con montajes vertiginosos. Queríamos hacer yuxtaposiciones salvajes con el tono, la estética y los diferentes mundos.
Algo como un multiverso nos permitía explorar ideas filosóficas y que nos imponían mucho respeto. La falta de sentido en la vida, por ejemplo. Escribir y rodar esta película fue difícil, pero en cierto modo fue algo terapéutico para nosotros. Todo a la vez en todas partes nos ha ayudado a entender el mundo durante los últimos cinco años. Ha sido un momento sobrecogedor para todos. Está siendo muy emocionante ver la clase de respuesta que ha tenido la película en la gente. Esta experiencia me ha ayudado a sentirme más visto y entendido por el mundo.
25 millones de dólares no es mucho dinero para una película de esta escala. ¿Fue complicado levantar la financiación del proyecto?
Daniel Kwan: Sí que fue complicado. Pase lo que pase, siempre es complicado encontrar el suficiente dinero para hacer una película. Al principio pensábamos que la película iba a tener un presupuesto mucho más grande porque iba a ser una producción de ciencia ficción y con mucha acción. Son elementos que siempre cuestan mucho dinero si quieres hacerlo bien. A lo largo del proceso de escritura veíamos como nuestro guion se volvía más ambicioso mientras nuestro presupuesto cada vez era más pequeño.
Al final creo que se convirtió en algo positivo. Cuando tienes menos dinero tienes más libertad para poder hacer la película que quieres. Tener un presupuesto más grande también implica recibir más notas y estar supervisado por más gente. Que Todo a la vez a todas fueras fuera una producción más pequeña nos permitió hacer lo que queríamos y experimentar sabiendo que no el riesgo era menos elevado. Fue algo liberador. El dinero nos dio muchos quebraderos de cabeza, pero al final creo que ayudó a la película.
En Swiss Army Man estaban los pedos. En Todo a la vez en todas partes hay un gag muy sorprendente con unos tapones anales. ¿Os habéis acostumbrado a escuchar durante las reuniones con ejecutivos que algo es demasiado o que hay cosas que no se pueden hacer en una película?
Kwan: Lo bueno de nuestro trabajo es que creo que es bastante elocuente por sí mismo. La gente de la industria tiene acceso a nuestros vídeos musicales o a Swiss Army Man. La mayoría de la gente con la que nos reunimos parece ser consciente de cómo es nuestra visión. No solemos escuchar esa clase de comentarios. Sí que pasan de vez en cuando, pero nos lo suelen decir después de la reunión y de una forma más coloquial. Te pueden decir que no quieren asociarse contigo en una película o que ya no quieren formar parte de ella, pero no te lo suelen decir así. Esas cosas siempre pasan a nuestras espaldas (ríe).
Scheinert: Sí que había una idea en los primeros borradores de Todo a la vez en todas partes que no le gustaba a nadie. Nuestros productores se dieron cuenta de que la mejor forma de lidiar con ella era decirnos que no terminaban de verlo y que quizás era mejor volver a hablar de esa idea cuando hayan pasado unos meses. Si entonces encaja mejor, se puede hacer. Si no, la dejamos fuera. No vetaron una idea, pero sí que insistieron que quizás no era lo mejor para la película.
Kwan: En el primer borrador había un universo donde había cerdos con penes retraibles. Los cerdos podían moverlos como si fuera una extremidad más, como una pierna o un brazo. Los productores nos dijeron "¿hace falta?"
Michelle Yeoh protagonizó un momento viral en una entrevista al emocionarse por tener la oportunidad de hacer una película como esta. Escribisteis la película pensando en ella. ¿Fue complicado explicarle vuestra visión en una película tan particular?
Kwan: Michelle es una persona fascinante. Ella tiene una presencia de superestrella internacional. Tiene una imagen casi regia, pero en realidad es una persona muy normal y con un sentido del humor muy absurdo, como nosotros. Quiso conocernos físicamente para hablar de la película. Fue muy receptiva y desde el principio nos hizo sentir que éramos uno más de su familia. Creo que una de las razones por las que se emocionó en esa entrevista es que por fín tenía entre manos un guion que le permitiría mostrar tanto a sus fans como a un público más general todos los registros que podía hacer y que no le habían dejado mostrar antes. Nos emocionó mucho que aceptara hacer la película. Estábamos seguros de que nos iba a decir que no o que iba a tener muchas preguntas. No fue el caso.
Fue un primer encuentro perfecto. Ya había visto Swiss Army Man, así que podía imaginarse qué cosas nos interesaban. Es uno de los procesos de casting más fáciles que hemos tenido nunca. Dijo que sí inmediatamente. Estamos muy agradecidos de que quisiera hacer la película, pero al mismo tiempo creo que ella también vio una oportunidad en el guion. Todos ganamos y estábamos a favor de obra y de poder hacer una película como esta. Estamos felices con la recepción que estamos teniendo hasta ahora.
Jackie Chan fue vuestra primera opción para protagonizar la película, antes de que decidierais cambiar el foco de la historia y que la protagonista fuera Evelyn. ¿Cómo de diferente creeis que hubiera sido el proyecto si Jackie hubiera dicho que sí?
Scheinert: Creo que hubiera sido una película extremadamente diferente. No estábamos destinados a colaborar en esta película y creo que acabó siendo beneficioso. Como decía Dan, buscas el colaborador perfecto para la historia que quieres contar. Jackie tiene una forma personal de ver las cosas. Después de reunirnos por primera vez con él hicimos una reescritura de guion y Evelyn pasó a ser el personaje principal. Fue el cambio más importante escribiendo el guion. De repente la película creció en muchos frentes y era mejor. Dejamos de pensar en Jackie para el papel y seguimos con la película. Ahora han pasado tres o cuatro años y hacer la prensa de Todo a la vez en todas partes nos ha hecho recordar esa parte del proceso. Y lo cierto es que ese guion no era bueno.
Hoy en día muchos blockbusters no van más allá de los fuegos artificiales. Esta película no es así. ¿Cómo afectó el viaje emocional de Evelyn a las escenas de acción?
Kwan: Una de las cosas que siempre queremos hacer es entrelazar todo lo posible la parte más emocional con la más espectacular de una historia. Creemos que es lo que más llega a la audiencia, cuando esas dos patas de la película funcionan por igual. Con esta película lo que nos llevó a esta premisa es el hecho de que cada vez que salta a otro universo pasarían dos cosas: el personaje gana un poder divertido que nos sirve para jugar con la acción, pero también se enfrentaría a una crisis existencial distinta que le lleva a reevaluar cosas de su vida y de sus decisiones. Cada salto funciona a dos niveles, una más divertida y otra más emocional. Nos ayudó que esos dos elementos no pudieran separarse, hizo que la premisa fuera mucho más estimulante para nosotros.
Esa clase de dicotomías es lo que buscamos, jugar con elementos contradictorios que nunca esperarías ver juntos. Eso es lo que que algunas películas sean maravillosas. Mira Matrix. Al mismo tiempo que Neo ganaba poderes descubría que todo podía ser una ilusión y que la realidad tal y como la conocía no existía. Una película de palomitas siempre va a ser más estimulante si es capaz de dar con esa sinergia. Va a ser mucho más interesante y creo que las audiencias van a agradecerlo, porque muchos otros blockbusters no llegan tan lejos ni se permiten entrar en lo filosófico.
Compraron los derechos de Swiss Army Man después de verla en Sundance. Con esta película ejercieron también como productores. Habéis firmado hace poco un contrato de desarrollo de contenido para televisión. ¿Cómo es vuestra relación con A24?
Scheinert: Nos encanta trabajar con la misma gente una y otra vez si nos caen bien. A24 están haciendo algo maravilloso con la industria y el público de Estados Unidos. Están consiguiendo que el público más generalista se acerque al cine independiente y de autor. Están ayudando a que el cine indie sobreviva. Tenemos una conexión muy especial con ellos porque creen que la mejor forma de trabajar es empoderar a los directores para que puedan hacer la película que quieren hacer. Su trabajo es hacer posible la producción, controlar el presupuesto y, sobre todo, saber cómo venderla. En ese sentido sí que tienen muchas ideas y opiniones. En lo creativo te dejan el espacio para que puedas hacer la película que quieres hacer. Como director, es todo lo que puedes pedir.
El algoritmo es el rey en muchos despachos de Hollywood ahora mismo. ¿Es un momento difícil para ser creativo y original en la industria del cine?
Scheinert: El algoritmo es un problema, pero lo cierto es que hay toda una generación de directores como nosotros que ha crecido con internet en sus vidas y siendo una parte fundamental de su desarrollo creativo. Muchos están haciendo sus primeras películas, pero estoy seguro de que hay muchos más como nosotros. Desde fuera parecemos originales, pero sé que hay mucha más gente de nuestra generación con nuestras ideas. Muchos de ellos están trabajando todavía en formatos más cortos.
Kwan: Recuerdo leer un artículo que decía que A24 era en realidad el estudio del algoritmo, porque lo que están haciendo con sus películas es intentar encontrar las películas más raras y originales que sean capaces de destacar. Vivimos en un momento en el que hay muchísimo contenido: películas, series,... Cada vez es más difícil que lo que haces destaque. A24 son expertos en eso. Si te fijas, sus campañas de marketing apuestan mayoritariamente por medios no tradicionales. Han descubierto cuál es su audiencia y crean una publicidad pensada directamente en ellos. No intentan apelar a un público más general. Una parte importante de su éxito es cómo A24 ha cosechado su propio algoritmo. Han encontrado la forma de dirigirse a la gente que quiere ver cosas distintas. Hemos visto tantas cosas iguales que cuando te encuentras con una película sobre una mujer que da luz a un cordero te llama la atención. Fíjate en Swiss Army Man, nuestra primera película. Se vendió con la idea de ver a Daniel Radcliffe tirándose pedos. Ideas así generan atención, debate y a veces polémica, y así consiguen que la gente se interese por ellas.
Habéis contado que os llamaron de Marvel para dirigir Loki, pero preferisteis no reuniros con ellos para centraros en esta película. ¿Os veis haciendo una de sus películas o un blockbuster en esa línea?
Scheinert: A corto plazo no. ¿Cuál deberíamos hacer? Respetamos a los directores que se meten en un proyecto tan grande y aún así son capaces de contar algo con esa película que merezca la pena ser escuchado. Nos da miedo ir demasiado rápido y que acabemos haciendo algo demasiado grande y demasiado pronto, y que sea un desastre. Todo a la vez en todas partes nos ha hecho sentirnos muy reconfortados. Que haya encontrado su público y esté yendo tan bien es un alivio. Estamos muy emocionados con la idea de seguir haciendo nuestras cosas, aunque siempre estamos abiertos a desafíos interesantes. ¿Quién sabe? Igual tenemos una reunión interesante y en un mes lees un titular que dice que "Los Daniels están haciendo una nueva versión de Transformers".
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