Ha pasado una semana desde que Lightyear, la nueva película de Pixar, aterrizó en los cines y viajó hasta el infinito y más allá para contar la historia de uno de los personajes más emblemáticos del cine de animación: el guardián del espacio Buzz Lightyear.
Después de conocer de primera mano el testimonio de los creadores del largometraje, SERIES & MÁS habló con el técnico de iluminación Alfonso Caparrini y el animador Lluis Llobera, que trabajaron en el equipo de artistas del estudio para dar vida al icónico personaje que luego inspiró al muñeco de Toy Story.
Formando parte del universo de Pixar
Como ya sabemos, Lightyear nos cuenta la historia de Buzz Lightyear, un piloto en periodo de pruebas que con el paso del tiempo llegó a convertirse en un héroe del espacio que inspiró al muñeco que Andy pidió para su cumpleaños y dio origen a uno de los protagonistas de Toy Story.
Alfonso Caparrini comentó que, en efecto, "Toy Story no solo es una idea emblemática, sino que además, es casi la firma de la empresa por completo" y, en su caso también "la razón y la inspiración que le hizo dedicarse a esto". Lluis Llobera coincidió con su compañero, añadiendo que "Toy Story fue la peli que le hizo querer ser animador cuando era pequeño".
Escogiendo la estética de Lightyear
Aunque hable del personaje que posteriormente inspiraría al muñeco, Lightyear parte de una idea completamente distinta y mantiene la distancia con la saga Toy Story. De hecho, esto se aprecia especialmente en la estética del nuevo largometraje, en el que viajamos al espacio y al género de la ciencia ficción.
Esta distancia con respecto a la saga original era algo que querían respetar los creadores, que como Alfonso Caparrini explica, tenían "la idea de hacer algo más similar a un entorno y a un universo de ciencia ficción y en un planeta desconocido".
Además, Lluis Llopera comentó que "la gente que vaya a ver la peli reconocerá a Buzz, porque tiene muchas cosas que ver con el juguete, pero encontrará un personaje más humano. Veremos sus dudas y sus pasiones y veremos también los problemas que tiene, haciendo aun más grande el mito del personaje y que la gente lo conozca más por dentro".
Caparrini recordó también que se puede ver la historia del juguete de Buzz en el lado de la caja cuando aparece en Toy Story y confesó que "le pareció una grandísima idea cuando se propuso en la compañía hace años".
La única manera de trabajar es haciéndolo en equipo
Una de las claves para sacar adelante una película de manera eficiente es el trabajo en equipo, pero en el caso de las producciones de Pixar, es no existe otra forma de trabajar. Así lo describió Lluis Llobera, dejando claro que "las películas de animación son colaborativas por definición".
"Todos los departamentos y toda la gente dentro de estos está constantemente colaborando, proponiendo ideas... Y al final es todo el mundo aporta", explicó el animador.
"Es difícil dejar tu propia huella, pero en mi caso, al ser del equipo de animadores, soy uno de los que mueve a los personajes. Me dieron en su momento una serie de planos de la escena y mi tarea fue animar a los personajes de estas escenas, como el gato Sox y algunos de los reclutas o compañeros de viaje", recordó Llobera, agregando que "su trabajo habría sido inferior de no haber tenido el feedback de sus compañeros".
Alfonso Caparrini suscribió las palabras de su compañero, contando que "son cientos de personas para trabajar con una sola imagen, contando las decenas y decenas de personas que han tocado esa imagen y el otro grupo de personas que han sido los que han dado feedback aprobado". Sin embargo, también reconoció que "es importante reconocer que cada uno es un artista y el tener tu pequeña piececita que puedas reconocer y poder decir 'esto es mío'".
La animación no es un género cinematográfico
El cine de animación ya nos ha regalado grandes historias, y cada vez hay más películas que cuentan historias diferentes. Sin embargo, aún se le considera como un género en sí mismo, incluyendo en el mismo grupo una lista de títulos que siguen parámetros de narración distintos.
"En el género de la animación, o el computer graphics o el 3D solo son un medio artístico, y en el fondo estas películas siguen siendo obras cinematográficas", argumentó Alfonso Caparrini, reconociendo que es algo en lo que siempre ha pensado. "A mí me da absolutamente igual si está narrado con dibujos animados, con 3D, con corchos o con una cámara real y actores. En el fondo, lo que estamos creando es una obra cinematográfica con las mismas estructuras y bases que cualquier otra película".
Por su parte, Lluis Llopera añadió también que "Lightyear es para todos los públicos, aunque seguramente se considere como una película infantil, y abre un poco las puertas también a esta visión global".
Un paso más hacia el futuro
Después de convertirse en la primera película de Pixar con un protagonista gay y en la que se muestra un beso entre dos personas del mismo sexo, Lightyear ha sido vetada en hasta catorce países. Sin embargo, los creadores tienen claro que quieren "representar a todos los tipos de personas que hay en este mundo" y este solo es el primer paso hacia un reflejo más realista de una sociedad diversa.
En el equipo de Pixar tienen claro este mensaje y Alfonso Caparrini confirmó que "solo es un paso más en un trabajo que llevan años haciendo. Se tiene en cuenta la inclusividad, el incorporar todo tipo de visiones en nuestras películas y todo tipo de personas y simplemente ha sido un paso más hacia el futuro y a la comprensión".
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