El próximo 20 de enero llega a los cines españoles la hilarante comedia Una herencia de muerte, escrita y dirigida por el cineasta británico Dean Craig, también autor de una de las comedias más populares y divertidas de todos los tiempos: Un funeral de muerte, que se estrenó en 2007.

El largometraje está protagonizado por un elenco de lujo y que encabezan Toni Collette (Puñales por la espalda, Pequeña Miss Sunshine) y Anna Faris (Dime con cuántos, Una conejita en el campus). Junto a ellas, el reparto lo completan David Duchovny (Californication, Expediente X), Rosemarie DeWitt (El amigo de mi hermana), Ron Livingston (Tully) y Kathleen Turner, ganadora de dos Globos de Oro y nominada al Oscar.

Se trata de una comedia disparatada en la que un grupo de personas sin escrúpulos estarán dispuestas a lo que sea con tal de hacerse con una preciada herencia.

Más concretamente, la trama gira en torno a las hermanas Macey y Savanna, dos personas que andan bastante justas de dinero y que llevarán a cabo un plan con tal de salir adelante y mantener a flote su estrambótica cafetería.

Un día, a Savanna se le ocurre una idea brillante: ganarse el afecto de su adinerada tía Hilda, que padece una enfermedad terminal, y poder así tener más opciones a heredar un pedazo mayor de su gran fortuna. A Macey no le convence del todo el plan, pero finalmente acepta y las dos protagonistas tendrán que apañárselas para cumplir su objetivo.

Macey y Savanna esperan que, si cuidan de su tía en sus últimos días, se acaben beneficiando de su vasto patrimonio. Sin embargo, terminan enfrentándose a varios obstáculos en el camino que pueden frustrar su plan, incluyendo a otros miembros de la familia con las mismas intenciones que ellas y también a la propia matriarca, que desborda de una personalidad tan absorbente como irritante. 

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Al frente de la dirección de Una herencia de muerte se encuentra encontramos a Dean Craig (The Honeymoon, Amor. Boda. Azar), que también firma el guion de la película. "Dirigir una comedia tiene sus complicaciones", comentaba el director y guionista. 

"Cada persona tiene un humor particular y a cada persona nos hacen gracia determinadas cosas. Por otra parte, los actores tienen también sus ideas y sus sentimientos, así que se convierte en una colaboración para crear un ambiente en el que todos nos sintamos cómodos probando cosas. Lo importante es que yo estuviera ahí para captar la magia cuando ellos se ponían en marcha", concluye.