Entre todas las películas que destacan en el mes de mayo, una de las propuestas más interesantes es Asedio, un largometraje dirigido por Miguel Ángel Vivas (La casa de papel) y escrito por Marta Medina que acaba de estrenarse en cines.
Según la sinopsis oficial, Dani (Natalia de Molina) tiene muy claro qué es ser español: servir a su país como antidisturbios, honrar su bandera y hacer cumplir la ley. Siempre pensó que ser policía era una forma de proteger a la gente, de hacer justicia. Pero durante un desahucio en un barrio conflictivo de Madrid, Dani se encontrará con un dinero escondido, una trama de corrupción policial y un crimen que harán que tenga que huir por su vida en un territorio hostil, en el que no conoce el idioma, no es bien recibida y su autoridad no vale nada.
Sólo podrá contar con la ayuda de Nasha (Bella Agossou), una joven nigeriana a la que acaba de desahuciar, y su hijo Little. Y será entonces cuando se dé cuenta de que si el sistema para el que trabaja no sólo no es la solución, sino que quizás siempre fue parte del problema.
Con motivo del estreno en cines de la película, SERIES & MÁS | EL ESPAÑOL hablamos con el director Miguel Ángel Vivas y sus actrices protagonistas Natalia de Molina y Bella Agossou. Nos cuentan cómo fue participar en un proyecto tan reivindicativo y hablan sobre la necesidad de ser rompedor y cuestionar el sistema en el que vivimos.
El origen de la historia
"Quería hablar de los desahucios, es un tema que a mí me sigue doliendo muchísimo", expresó Miguel Ángel Vivas sobre la iniciativa de este proyecto. "Creo que, si todo el mundo tenemos derecho a una vivienda digna, que te quiten eso es como una prueba no superrada muy grande de decir 'no me lo merezco', 'no he llegado ni siquiera a lo mínimo', 'me han quitado algo que en teoría no me pueden quitar', 'muy mal lo tengo que haber hecho'".
"Recuerdo ver una noticia de desahucios y ponerme a llorar. Quería hablar de ello. Y también, el thriller es un género en el que me siento muy cómodo, me encanta. Y aparte de esa idea, había una imagen que tenía también clara: el final de la película. Sabía que tenía que acabar con eso. A partir de ahí nos pusimos a trabajar y salieron otras cosas", contó.
La manipulación de los medios
El director también quiso explicar cómo ha cambiado la manera en la que los medios de comunicación se refieren a los desahucios. "Después del coronavirus, la gente se quedó sin trabajo. Sabemos que muchas personas van a perder sus casas, que van a irse a la calle. ¿Y qué hacen los de arriba? En vez de hacer algo para que eso no pase, empiezan a hacer creer que los okupas son los malos", describió Vivas.
"Sabemos que en breve vamos a echar a cientos y cientos de personas de sus casas. Por eso 'vamos a poner a esta sociedad biempensante, a esas buenas personas -como dicen algunos partidos- vamos a manipularles y a decirles que los otros son los malos para que no se sientan mal cuando vean que están echando a la gente a sus casas. Porque mañana te echarán a ti", continuó.
Por esta razón, el cineasta quiso centrar la narración al principio desde el punto de vista de la víctima. "La ficción es muy interesante para que veamos las cosas desde un sitio emocional y nos identifiquemos con las personas con las que solemos hacerlo. Me destroza ver a políticos y a la gente en cualquier conversación, hablando y dando sus opiniones. 'Que si son muy malos, que si los MENAS...' Y yo digo: qué vas a saber si nunca te has parado a mirarles, si nunca has hablado con ellos", añadió.
Dos protagonistas similares
"Siempre defino la película como 'dos mujeres contra el sistema'. Cuando las dos [Dani y Nasha] deciden hacer eso [lo del final], se miran y se sienten reflejadas la una en la otra. Dani se da cuenta del daño y de que tiene más en común con esa inmigrante ilegal que viene de otro país, a la que nunca se ha parado a mirar, que con un vecino, un compañero de trabajo o un familiar. Eso es lo que queremos contar en la película: si no nos miramos, ¿cómo somos capaces de opinar?", describió Vivas.
En favor de una representación mejor
Sobre estas protagonistas, también hablaron las actrices que las interpretan. Bella Agossou quiso destacar el hecho de que "haya una mujer negra haciendo un personaje que tiene un arco, que es algo muy sencillo pero a la vez algo escaso [en pantalla]".
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"Creo que hay que felicitar y animar a los directores que hacen cosas distintas, que tienen ideas revolucionarias y que arriesgan", agregó, a lo que su compañera de reparto Natalia de Molina respondió: "está bien que se nos dé nuestro lugar. ¿Por qué no voy a poder yo ser un antihéroe? ¿Por qué no podemos darle estos referentes a las niñas más allá de que necesiten ayuda para que las protejan? Es que incluso cuando adquieres roles de acción tienes que estar siempre como sexualizado...".
Intentando cambiar el sistema
"Existe una denuncia clara, porque todos sabemos que el sistema no funciona", identificó Natalia de Molina. "No sé hasta qué tenemos que llegar para que realmente reaccionemos, quememos todo y empecemos de nuevo de cero, ya no solo por nosotras sino por las generaciones futuras", expresó.
"Es que si no lo verbalizamos las cosas como son, es como ponerle una una venda al problema y hacer como que no existe", relacionó Agossou. "No es fácil verse y asumir que tenemos comportamientos racistas, que podemos llegar a ser clasistas, machistas, a asumir que lo somos como sociedad. Hay mucha falta de autocrítica en general en este país y no pasa nada. Para cambiar las cosas hay que asumirlas", siguió diciendo De Molina.
Las posibles críticas
Al igual que ocurrió con Antidisturbios, Asedio también ha empezado a generar mucha crítica y hay sectores de la sociedad que es posible que no estén de acuerdo con la imagen de la policía y los antidisturbios que se representan en la película. "Me da muchísima pena, porque vivimos en un mundo en el que no aceptamos las críticas y lo que es peor, no hacemos autocrítica", opinó Miguel Ángel Vivas.
"Es más fácil enfadarnos y ofendernos que escuchar a los demás. Si no aceptamos la crítica y hacemos autocrítica nunca podemos mejorar y cuando no mejoras como individuo, como sociedad no te quedas donde estás, vas para abajo y a peor. Es necesaria la crítica. Esta película había que hacerla y no tuve miedo, pero no porque sea muy valiente. No soy valiente para nada. Pero sí quería hablar de esto porque me ofendió y me ofende", aclaró.
"Me ofenden las cosas que pasan, me ofende el mundo en el que vivo. Vivo en un sistema corrupto y por eso pienso que la única manera de cambiarlo no es poner parches, sino que hay derrumbarlo o quemarlo".
"Tú decides lo que te hace sentir la película. Pero lo que no vale es acomodarse. Por supuesto que todo ofende a alguien. Oféndete, estás en tu derecho. Pero yo estoy en mi derecho de ofender, porque si no haces una película en la que estés hablando del mundo en el que estamos, no estás intentando contar algo de verdad. Las buenas películas hablan siempre del mundo en el que viven y del momento social en el que viven. Pase en un western, en la Edad Media o en una nave espacial", concluyó Vivas.