Martin Scorsese, que próximamente estrena Los asesinos de la luna, ha confesado que Warner Bros. le llegó a proponer convertir la película ganadora del Oscar Infiltrados (2006) en una franquicia. La compañía incluso llegó a plantearse mantener vivo a uno de los personajes -a pesar del trágico final- con tal de llevar a cabo una secuela. Sin embargo, Scorsese se negó en banda y la idea finalmente no salió adelante.
Protagonizada por Leonardo DiCaprio y Matt Damon, la película cuenta cómo el Departamento de Policía de Massachussets se enfrenta a la mayor banda de crimen organizado de la ciudad de Boston. El objetivo será acabar desde dentro con Frank Costello, el poderoso jefe de la mafia irlandesa (Jack Nicholson).
Y el encargado de infiltrarse en la banda es el joven novato Billy Costigan (DiCaprio), que intenta ganarse la confianza de Costello, otro joven policía, mientras Colin Sullivan (Damon) sube rápidamente de categoría y ocupa un puesto en la unidad de Investigaciones Especiales, grupo de élite cuya misión también es acabar con Costello. Lo que nadie sabe es que Colin es un topo infiltrado en la policía por el propio Costello.
Infiltrados fue la tercera película consecutiva que llevó a Scorsese a pensar que ya no podía trabajar en Hollywood y aunque el final fuera tajante y trágico, no impidió que Warner Bros. quisiera continuar con la historia. Así lo reveló el propio cineasta en una entrevista con la revista GQ.
“Lo que querían era una franquicia. No tenía que ver con la cuestión moral de una persona que vive o muere", dijo Scorsese, señalando que al público de la proyección de prueba le encantó su versión de la película en la que ambos personajes morían.
"Y después, los del estudio se marcharon [de la misma proyección de prueba] muy tristes, porque simplemente no querían esa película. Querían la franquicia. Lo que significa: ya no puedo trabajar aquí".
Otras ocasiones en las que se cuestionó a Scorsese
Scorsese comenzó a plantearse su papel en Hollywood con el estreno de Gangs of New York (2002), donde tuvo que enfrentarse contra el entonces productor Harvey Weinstein -que actualmente cumple condena por abuso sexual-. Fue por el montaje final de la película, aunque el cineasta logró que no se cortara finalmente la hora de metraje que pretendía eliminar el productor.
"Me di cuenta de que no podría trabajar si tuviera que hacer películas de esa manera nunca más", expresó Scorsese. "Si esa fuera la única manera en la que me iban a permitir hacer películas, entonces tendría que parar. Porque los resultados no fueron satisfactorios. A veces era extremadamente difícil y no habría sobrevivido. Estaría muerto. Así que decidí que, de verdad, se había terminado".
Después de esta película, Miramax Films -la compañía que todavía gestionaba Weinstein-, coprodujo su siguiente proyecto, El aviador. Todo ello a pesar de que él estuviera "en contra".
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"Hubo una reunión y me obligaron a ocupar esa posición. Ya me había 'quedado embarazado', como decían. Y no hay manera de que puedas salir de ahí. Pero el rodaje fue bien, el montaje fue bien hasta las últimas semanas. Y ellos entraron e hicieron algunas cosas que sentí que eran extremadamente mezquinas".
Según la revista GQ: "Warner Bros. y Miramax acortaron la financiación para la película y Scorsese finalmente tuvo que aportar de su bolsillo los 500.000 dólares restantes" para poder terminarla.
El éxito de 'Infiltrados'
Aunque Infiltrados fuera un dolor de cabeza y la tercera vez que se cuestionaba el criterio de Scorsese, terminó siendo un gran éxito entre la crítica y el público, llegando a recaudar casi 300 millones de dólares en todo el mundo. Además, ganó hasta cuatro premios Oscar, incluyendo el de mejor película y mejor director.
"Siempre me gustó estar nominado en la Academia... [pero] cuando no obtuve el Oscar por Toro salvaje, entendí que ese no era mi destino en la vida", observó Scorsese en la misma entrevista.
"Pero siempre dije esto: cállate y sigue haciendo películas. No se puede hacer una película para ganar un premio. Claro que me hubiera gustado, pero ¿y qué? Quiero decir, tuve que continuar haciendo películas. Yo no vivo, y hay que vivir en una comunidad que sea realmente una industria. Tienes que ser parte de la industria de esa manera... No sé si pienso como ellos. Aquí sólo me ocupo de mis propios asuntos".