El Festival de San Sebastián suele dejar películas muy interesantes a las que seguir la pista cuando se estrenan después en cines. Una de ellas es El sueño de la sultana, una película de animación y la ópera prima de Isabel Herguera, que debuta en el formato del largometraje tras varios cortos, y que se estrena en cines el 17 de noviembre.
Se basa en un relato feminista indio escrito en 1905 por Begum Rokeya Hussein y cuenta la historia de Inés, una directora de animación española de 30 años que se dirige a Ahmedabad para romper con su amante indio. Casualmente entra en una librería donde descubre esta novela, en la que se narra un país imaginario gobernado por mujeres. Fascinada por la historia y la actitud transgresora de la autora, Inés decide hacer una película.
Una fascinación similar fue la que sintió Isabel Herguera al descubrir la novela, una directora veterana en el terreno de la animación tras varios cortometrajes y que se lanza a reflexionar sobre este mundo utópico donde reinan las mujeres y que relega a los hombres a quedarse en casa. Con ella habló SERIES & MÁS | EL ESPAÑOL, queriendo profundizar en las reflexiones que se plantean a través de la película.
Cine de mujeres animado
Después de conseguir que se hable de las mujeres desde la pluralidad, empiezan a ponerse sobre la mesa otros terrenos que pueden ser los siguientes en conquistar. Uno de ellos puede ser el llamado cine de mujeres, un concepto asociado a un tipo de cine que algunos consideran como una etiqueta o como un paso previo a incluir a las directoras dentro del cine como algo más generalizado.
"Me gustaría que se pudiera hacer solo cine y hablar de él sin etiquetas, pero en estos momentos quizás sea necesario, simplemente para que en un futuro, dentro de 20, 30 o 50 años, ya no haga falta hacer referencia a él", expresó Isabel Herguera al respecto.
"Hace falta educar en esto al igual que hace falta educar en el sentido de que el cine de animación no es para niños", agregó. "Quizás llegue un día en el que no sea necesario. Pero ahora, sigue llamando la atención cuando en un festival de cine se incluye una película de animación. Y no debería ser así. La animación no es un género, es una herramienta, una técnica como cualquier otra y debería estar considerada incluida dentro de todo ese paquete de audiovisual".
"Pero también es cierto que clasificarlo todo, pues en cierta medida, a veces ayuda. Esperemos que no haga falta dentro de unos años. Pero hace falta todavía esa concienciación. Y si es a fuerza de eso, de hacer discriminación o reivindicación positiva, pues mira, genial".
Cameos sorprendentes
En El sueño de la sultana hay dos cameos importantes y para nada fortuitos. Se trata de la académica Mary Beard, y el ensayista y filósofo Paul B. Preciado, dos personas que le aportan un gran valor a la película y que también son especialmente valiosas para la directora.
"Lo de Mary Beard fue totalmente anecdótico para mí y esta película es un homenaje que le hago, porque para mí redescubrió el mundo clásico. Me encontré con ella en el Museo Capitolino en Roma, y me acerqué a ella para agradecerle lo que había aprendido a través tanto de sus documentales como de sus libros. Y pensé en incluirla en la película por encontrar el equilibrio con Occidente", contó Herguera.
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"Y con Paul B. Preciado ocurrió que estábamos escribiendo el guion cuando él dio unas conferencias en Donosti, creo que fue alrededor del 2015, en torno a la utopía. Me pareció también una revelación extraordinaria y le escribimos unos diálogos y le pedimos que si no le importaba, los grabase", terminó de recordar.
Reflexionar con la animación
Desde la animación se pueden plantear reflexiones muy interesantes. En el caso de El sueño de la sultana, se habla de la violencia sistemática que sufren las mujeres y la desigualdad que sigue existiendo, aunque hayan pasado más de cien años desde que se publicó el relato de Begum Rokeya Hussein.
Sobre esto mismo habló Herguera, pensando en cómo ha cambiado el mundo desde ese año hasta el día de hoy. "Me encantaría ser optimista y, de hecho, ese también ha sido el motor de esta película, ese optimismo y deseo que las cosas cambien", señaló la cineasta.
"Por supuesto que hemos avanzado y por suerte hay leyes que nos protegen a las mujeres, pero hay todavía un larguísimo camino por recorrer. Porque el patriarcado está tan impreso en nuestras tradiciones, en nuestro comportamiento, en nuestra cultura, que no nos damos cuenta... Y hablo de mí misma también. Porque muchas veces asumo un rol para el cual he sido educada, pero que va totalmente en contra de mis propias convicciones".
"El libro de Rokeya me ha ayudado muchísimo a reinventarme, a verme desde el punto de vista de un hombre, y así enterarme que estoy repitiendo el canon de algo con lo que no estoy de acuerdo", observó.
Perspectiva actual
Entre todas las cuestiones que se abordaron durante la entrevista, Isabel Herguera imaginó qué pensaría la autora del relato Begum Rokeya Hussein si pudiera ver cómo es el mundo actual y cuánto ha cambiado con respecto a la época que le tocó vivir a ella.
"Imagino que se alegraría. Y me imagino qué diría con relación a ciertos aspectos, como el hecho de que la mujer tenga acceso a la educación, que ahora es normal y esencial, que haya más mujeres con una profesión o que sean independientes económicamente. Porque ella decía que 'hay que ser económicamente independiente para conquistar tu libertad'. Me imagino que estaría contenta de verlo, pero también se quejaría y diría '¿pero todavía estáis ahí? ¡Qué lentas!', expresó.