Tras varias semanas teorizando sobre la identidad del supervillano de She-Hulk: Abogada Hulka la serie zanjó el debate en su último episodio. Llevando al límite la naturaleza metareferencial del personaje, Jennifer Walters rompió varias cuartas paredes: la de la audiencia, la de la sala de guionistas, la de Marvel como ente y la del espectador tóxico, revelado como el verdadero antagonista de esta entrega, dejando así el mejor final de una serie de Marvel hasta ahora.
Desde antes de su estreno, y como suele ocurrir con los productos de este género y otros remakes con protagonistas femeninas, la serie de Tatiana Maslany fue blanco del ataque de las reseñas negativas organizadas ("review bombing"). Y sabiendo que eso era lo que se venía, en un movimiento astuto el equipo de guionistas decidió convertirlos en los villanos de la serie.
El grupo de "los inmaduros resentidos" que estaba tras Hulka en la ficción, dispuestos a acosarla, difamarla, destruirla y robarle los poderes eran los verdaderos antagonistas del personaje, trolls trasuntos de sus versiones del mundo real. "Es un asco cómo heroína, ¿ok? Y no lo digo porque sea una fémina, la criticaría igual si fuera un varón", dice uno de los personajes en el último episodio, representando a cualquiera de los trols que decidieron vomitar su odio sobre Jennifer Walters antes de darle una oportunidad.
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"¿Es esto lo que queríais?"
Esto es lo que Jen pregunta directamente a ese grupo de espectadores tóxicos cuando su personaje está en su peor momento en el último episodio. Lo que esperaba fuera un escape de la realidad en el retiro de Emil, se convierte en un conveniente giro de guion que reúne gratuitamente a todos los personajes de la temporada: Intelligencia, su líder Todd, Abominación, Bruce, Titania... En realidad, nada tiene sentido, pero con las escenas de acción que se avecinaban, Marvel le estaba dando a los espectadores lo que pedían. Lo que siempre les ha dado.
Más meta que nunca y abrazando el espíritu autoconsciente del mítico cómic de John Byrne, Jen decide entonces tomar las riendas de su relato, se adapta al streaming y cambia el salto entre viñetas por el salto en la pantalla de inicio de Disney+. Su camino la lleva a la sala de guionistas de su serie. Allí (mientras preparan la temporada 2) los confronta por la falta de originalidad del giro final. Aunque eso sea precisamente lo que quieren los fans, que siempre esperan que los giros vengan de los cómics que ya han leído. ¿Recordáis la insistencia con Mephisto durante WandaVision?
Y de ahí marcha a su encuentro con Kevin: No Feige, sino la inteligencia artificial a cargo del UCM. La serie más divertida de Marvel ha hecho la mejor broma sobre toda la compañía y su representante oficial ante el público, demostrando que el sentido del humor es realmente marca de la casa.
K.E.V.I.N. el algoritmo de entretenimiento más avanzado del mundo.
"Nunca nos hemos prodigado mucho en ese sentido"
K.E.V.I.N (Kit Electrónico Visual de Interconexión Narrativa), se define a sí misma como el algoritmo de entretenimiento más avanzado del mundo, la entidad encargada de planificar todas las fases del UCM y cómo se conectan todas las tramas de cada una de sus producciones. Que siempre acaban igual: con un clímax en el que hay un gran enfrentamiento con efectos visuales y la introducción de algún personaje o trama que veremos en la siguiente producción de la fase que toque en el momento.
Asumiendo una realidad indiscutible, Jen consigue que K.E.V.I.N se cargue todos los clichés de su historia y, además, que confiese cómo ahorran en CGI, que reconozca que los superhéroes de Marvel parecen asexuados, que confirme una segunda temporada de She Hulk, una película de Hulk y se hace la primera mención oficial de los X-Men en el UCM.
Todo en solo media hora, que se reservó para su epílogo el regreso de Matt Murdock como el interés romántico de Jen, después del revuelo que causó la aparición de Daredevil en el episodio anterior como si fuera el protagonista de la serie. Un Matt Murdock más doméstico que nunca respondiendo a las preguntas incómodas de la familia.
Hulk y su hijo Skaar en el final de 'She-Hulk'.
Y para cerrar, la vuelta de Bruce, que según el planning de esta fase tenía que explicar en esta serie lo que viene para su personaje en Marvel: que estaba en Sakaar buscando a su hijo: Skaar. La escena poscréditos solo revela que Abominación se escapa de su cabina de seguridad con la ayuda de Wong y se dirige a Kamar Taj, pero todo lo mejor ya había pasado.
Un episodio caótico de forma intencionada, pero muy entretenido, en el que She-Hulk fue fiel a su propia historia y a lo que la hacía especial en el cómic. De paso, demostró que hay otra forma de contar historias de superhéroes, en las que no hace falta una gran batalla final, porque las cosas contra las que lucha pueden ser muy cotidianas. Esperamos con ganas la segunda temporada de "La difícil diva de la ley", la comedia legal de Marvel.
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