Este año la mejor película para ver en Halloween se puede ver desde casa. Disney+ estrenó el pasado miércoles Barbarian, una terrorífica propuesta de Zach Cregger que se ha convertido en la peor pesadilla para Airbnb, HomeAway y el resto de aplicaciones con las que puedes alquilar una casa deshabitada.
Georgina Campbell (una de las protagonistas de la serie Sospechosos, de Apple TV+) interpreta a Tess, una joven que reserva una casa de alquiler para alojarse durante su viaje a Detroit, donde tiene una entrevista de trabajo. Cuando llega a la casa, situada en uno de los barrios más peligrosos de la ciudad, descubre que ésta ya ha sido habitada por un hombre desconocido (Bill Skarsgård, el icónico payaso de la última adaptación de It) que ha llegado antes que ellas. Al igual que Tess, Keith había reservado su alojamiento en otra app. En contra de su primer impulso, la joven accede a pasar la noche con el desconocido hasta que los dos reciban explicaciones del dueño.
Al igual que pasa con la comedia, el cine de terror es un género que depende a menudo del grado de inteligencia de las decisiones que toman sus personajes. Sobre el papel, los protagonistas de Barbarian no prometen demasiado. Los espectadores nos hubiéramos quedado sin película si Tess hubiera seguido los consejos básicos para sobrevivir a cualquier película de terror.
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No hables con desconocidos. No te quedes en un barrio en el que, literalmente, los vecinos te persiguen hasta la entrada. No entres en el sótano y no investigues unos pasadizos de los que no sabes salir ni qué vas a encontrar al otro lado. Parece obvio, ¿no?
Tess hace todo eso y, sin embargo, su personalidad, sus diálogos o sus motivaciones (también los de su nuevo ¿amigo?, un hombre que es capaz de resultar inquietante mientras recita un inquietante monólogo sobre una botella de vino o conectar con Tess o atractivo cuando hablan de las dinámicas de género en la toma de decisiones) están por encima de la media en estás películas. También pasa con AJ, un actor en crisis que tiene su propia conexión con la historia y que supone el regreso al cine de terror de Justin Long, el protagonista de la turbia (delante y detrás de las cámaras) Jeepers Creepers.
Todos ellos son peones en manos de Zach Cregger, un primerizo en el género que crea una apasionante matrioska de horrores que no deja de asustar y sorprender a lo largo de sus precisos y entretenidísimos 100 minutos de duración. Barbarian brilla particularmente en su presentación, un fantástico primer acto que culmina en una terrorífica revelación que ya ha provocado (legítimas) comparaciones con un clásico reciente del cine de terror español. Es mejor no entrar en detalles para no desvelar uno de los spoilers más importantes de una película que se preocupa en construir con cuidado tanto sus sustos como sus giros, pero es difícil imaginarse un escenario en el que el director no ha visto “esa” película.
A pesar de que la propuesta se resiente -moderadamente- pasados los primeros 40 minutos, Cregger se revela como un prometedor creador de atmósferas y sustos (el cineasta juega con la técnica del jumpscare -tan sugerente en la teoría y tan abusada en la práctica por directores que parecen no tener más recursos para asustar al personal) sin renunciar al comentario social y a las reflexiones sobre lo que nos convierte realmente en monstruos.
Ya es mucho más de lo que le pedíamos a la clásica película con la que saciamos cada Halloween nuestras pulsiones más terroríficas. Barbarian es, por méritos propios, una de las sorpresas del cine de género en 2022 y un plan perfecto para esta noche de miedo. Gracias, Tess, por tomar todas esas malas decisiones.