"Después de una devastadora pérdida, Esteban "La Máquina" Osuna (Gael García Bernal) atraviesa un mal momento en su carrera de boxeador. Por suerte para él, su manager y amigo Andy Luján (Diego Luna) está decidido a ayudarlo para que vuelva a lo más alto". Así comienza La Máquina, la nueva miniserie que acaba de estrenarse en Disney+.
En ella, se cuenta cómo, cuando aparece una misteriosa organización criminal, lo que está en juego en esta revancha se convierte en un asunto de vida o muerte. Además de luchar por volver al cuadrilátero, Esteban también tendrá que hacer malabarismos con sus propios demonios personales y proteger a su familia, incluida su exmujer Irasema (Eiza González), una periodista sumida en un enfrentamiento con el lado oscuro del mundo del boxeo.
“Esteban tiene que perder”, se oye decir al otro lado del teléfono cuando descuelga Luján. “Y si no, ¿qué pasa?”, le pregunta el boxeador a su amigo. “Lo que pasa es que nos matan”, le responde antes de subir al ring.
Escrita por Marco Ramirez (Daredevil) y dirigida por Gabriel Ripstein (Narcos), esta serie también cuenta en el reparto con Jorge Perugorría, Andrés Delgado, Karina Gidi, Dariam Coco y Lucía Méndez.
Se trata de una producción de Searchlight Television y La Corriente del Golfo, la productora de Gael García Bernal (Y tu mamá también, Coco) y Diego Luna (Y tu mamá también, Rogue One: Una historia de Star Wars, Pan y Circo, Andor). Marco Ramírez (Daredevil) ejerce de productor ejecutivo y showrunner, junto a Bernal, Luna, Gerardo Gatica, Leandro Halperín, Adam Fishbach y Kyzza Terrazas como productores ejecutivos.
Regreso al mundo del boxeo
Antes de interpretar al protagonista de La Máquina, Gael García Bernal ya se subió al ring y se puso en la piel de otro boxeador. Lo hizo en Cassandro, un entretenido biopic que está disponible en Prime Video.
En él, da vida a Saúl Armendáriz, un luchador aficionado gay de El Paso, que salta a la fama mundial después de crear el personaje de Cassandro, el 'Liberace de la Lucha Libre'. En el proceso, no solo le dará una drástica vuelta al tradicionalmente masculino mundo de la lucha libre, sino también a su propia vida.
Este luchador desafió todos los estereotipos de un mundo tradicionalmente heteronormativo y homofóbico que enaltecía y celebraba la "cultura del macho". Y también cambió las reglas del juego, porque fue el primer "exótico" que le ganó en el cuadrilátero a un luchador tradicional, demostrando que no eran ningún chiste.