Juego de Tronos 6x09: el bastardo que nos dejó
- Hay muchos spoilers. Épico capítulo que cierra varias tramas y que se consagra como uno de los mejores de la serie.
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El noveno episodio de la sexta temporada de Juego de Tronos nos lleva hasta Meereen, donde Daenerys echa la bronca a Tyrion por haber puesto patas arriba la ciudad durante su marcha. Aún así, la reina tiene un plan para volver a poner la ciudad en orden: matar a los Amos que intentan derrocarla y masacrar al pueblo.
Esto no sienta del todo bien al enano, que le recrimina estar actuando de la misma manera que el padre de Daenerys, por lo que Jaime le mató. No obstante, no frena a la madre de dragones, que ni corta ni perezosa lanza a Drogon contra la flota de los esclavistas, un buen trabajo de efectos especiales. Por fin, tras varias temporadas, vemos a los tres dragones juntos y luchando a pleno pulmón. “Mi reinado acaba de empezar”, es la frase con la que Daenerys calla a los Amos.
Una vez instaurada la calma otra vez, aparecen de la nada Theon y Yara para ofrecer sus barcos a Daenerys. Un ejemplo más del poder de la mujer en esta temporada que está a punto de terminar. Theon reclama para su hermana el trono de la Sal y pide a Daenerys que no se case con su tío Euron cuando llegue hasta ella. Daenerys acepta y sellan así la alianza entre la Targaryen y los Greyjoy.
En Invernalia, muerte al bastardo
Los dos únicos escenarios de este capítulo han sido Meereen e Invernalia. El capítulo se titula 'La batalla de los bastardos' y no puede ser otra que la que se libra entre Jon y Ramsay por recuperar el castillo de los Stark. Jon reta a Bolton a un combate singular y éste se niega, interpelando a la batalla entre los dos ejércitos.
Mientras están preparando la batalla, Sansa recrimina a su hermano no haber contado con su consejo ni haber esperado a que llegaran refuerzos. Unos refuerzos que ella pidió sin que Jon supiera de su plan.
En otro momento se ve a Davos caminar por la nieve y encuentra los restos de la pira que mató a la princesa Shireen. Entre esas maderas aparece el juguete que él talló para la princesa. Al final de la batalla, cuando todo está en calma, la mirada que lanza Davos a Melisandre es premonitoria de una tensa conversación.
Pero vayamos a lo importante, el núcleo central de la lucha más épica desde la batalla de Aguasnegras, la Boda Roja y todo lo que se recuerde. Los efectos especiales han hecho mucho por mejorar la calidad de las escenas y hacen que el espectador se sienta casi dentro del capítulo, sólo falta que salte sangre de la pantalla para hacer la experiencia más completa.
El mezquino de Ramsay aparece en el campo de batalla junto a Rickon, el hermano pequeño de los Stark y le libera para que corra hasta Jon. Pero no todo podía ser felicidad. Ramsay lanza sin parar flechas para matar a Rickon, que acaba muriendo a los pies de su hermano. Es entonces cuando da comienzo la batalla. Un ejemplo de las técnicas más depuradas de estrategia de guerra, reducir al enemigo por todos los flancos.
Por un momento el espectador piensa que Jon va a morir de nuevo. Pero es imposible, no puede ser. Jon tiene que vivir y recuperar lo que le han quitado. Tiene que vengar a su hermana. Por eso, resurge de entre el montón de muertos para aniquilar a Ramsay, que huye despavorido y acobardado hasta los muros de Invernalia.
Eso lo hacen posible las huestes de los señores del Valle, que gracias al mensaje de Sansa al Meñique aparecen sin que Jon ni los Salvajes tuvieran idea.
Jon, Tormund y Wun Wun corren hasta las puertas de Invernalia para dar caza a Ramsay. Una vez dentro y aniquilados los enemigos, Jon acaba con el bastardo de los Bolton, el ser que más ha hecho sufrir a los Starks y el hombre al que medio mundo quería ver muerto. Para contentar a Sansa, Jon deja vivo a Ramsay para que ella le retoque. Sin embargo, la pelirroja tiene un plan mejor para él: que se lo coman sus perras.
Como decíamos antes, éste ha sido uno de los mejores capítulos de la temporada y, probablemente, de la serie. Cierra tramas y abre otras nuevas sin haber perdido nunca la esencia de Juego de Tronos. Esa serie que hace que los lunes sean el mejor día de la semana.