El coronavirus nos obligó a quedarnos en casa. No podíamos salir, pasear. El ocio se convirtió en un escape mental a un confinamiento que ponía en jaque todo lo que dábamos por seguro. Las plataformas se convirtieron en compañeros de viaje, y el sector de la cultura, paralizado y tocado de muerte por esta crisis, se puso a crear desde casa para ayudar a pasar el trago. Lo que al principio fue algo espontáneo y original, pronto se convirtió en una burbuja. Todos tenían algo que decir, todos querían ser los primeros en hacer el libro sobre el coronavirus, la película del coronavirus, la canción para luchar contra el coronavirus…
Antes de esa moda, la plataforma HBO -con Warner y Caballo Films como socios- decidió proponerle a cinco directores y directoras españolas crear un corto desde el confinamiento. Libertad absoluta con sólo una norma: no salir de las paredes de su casa. Así consiguieron ‘engañar’ a Rodrigo Sorogoyen (parte de la productora Caballo y motor del proyecto), Paula Ortiz, Leticia Dolera, Carlos Marqués-Marcet y Elena Martín. Una especie de ‘Vengadores’ de nuestro cine que han dejado clara una cosa: su talento no se puede confinar. Han creado cinco piezas diferentes, únicas, personales. Han reflexionado sobre el encierro, la pareja, las normas marcadas en la convivencia o incluso las relaciones tóxicas, y lo han hecho desde el humor o el fantástico sólo con la ayuda de un móvil. El resultado se llama En casa, y ya está disponible en la plataforma.
Todos se plantearon en algún momento del rodaje que “dónde nos estábamos metiendo”. “Pero es que nos gusta tanto hacer esto… creo que lo hacemos porque estamos un poco enfermos, y si podemos ver la realidad mediante un rodaje es una forma de entender lo que está pasando, pero también una excusa, una coartada para deshacernos de nuestras responsabilidades”, apunta Marqués-Marcet, que el año estrenaba Los días que vendrán. Suyo es Viaje alrededor de mi piso, una adaptación libre de la obra de Xavier de Maistre con voz en off e imágenes grabadas con su móvil fuera. Un recurso que para Sorogoyen, siempre bromeando, es hacer un poco de trampas, y de hecho recuerda que Marqués-Marcet ha usado incluso un guionista que no estaba confinado con él.
El director de El reino es el motor detrás de este proyecto, y además se coloca por primera vez delante de la cámara en su trabajo Una situación extraordinaria, el más largo de todos con 44 minutos en los que coquetea con el fantástico al contar la historia de una pareja en la que él descubre que la mujer que vuelve después de salir a comprar es siempre una chica diferente. Una metáfora de las relaciones que protagoniza Marta Nieto y un trabajo que, según el director, hizo para “competir” con semejantes nombres de nuestro cine. Sorogoyen tira de ironía y sentido del humor y dice que Elena Martín es su némesis en este proyecto.
El trabajo de la directora de Julia Ist -Mira ese vídeo de gatitos- está en las antípodas del de Sorogoyen, y muestra el confinamiento en una comuna -en la que vive su pareja real- para reflexionar sobre si es posible escapar de los cánones y patrones que marcan las relaciones de pareja y la convivencia entre personas. Un trabajo para el que tuvo que convencer a todo el grupo de amigos que se pusieran delante de las cámaras y que aprovechó para desarrollar una idea que ya tenía en la mente.
Para Paula Ortiz este trabajo, llamado Así de fácil, fue una forma de escapar “de la incertidumbre y la angustia que provocó la parálisis de todo”. La directora de La novia se encontraba localizando para su nuevo filme, que se canceló por la pandemia. “A mí estar quieta no me viene bien, estaba en proyectos que no sabía si iban a poder salir adelante y psicológicamente estaba ante una sima, ante lo desconocido. Leer lo que ocurría era una dislocación, mucha angustia, y tener un proyecto que me pudiera dar una vivencia, y un objetivo vital para estas semanas fue una salvación en cierta manera”, explica a EL ESPAÑOL. En su caso ha elegido la comedia (con toques musicales) para “reequilibrar”. Su caso es un doble mortal hacia atrás, ya que dirigió a distancia a Celia Freijeiro y Julia de Castro y las daba las indicaciones por videoconferencia.
La única que dijo ‘no’ de salida fue Leticia Dolera. Fue Sorogoyen el que llamó para convencerla y provocó que la directora se planteara qué historia contaría ella. “Empecé a pensar en cómo una jaula puede ser un lugar físico, emocional o incluso una relación, en cómo vivimos desconectados de nuestro lado mas salvaje y cómo el confinamiento era una forma de reconectar irremediablemente con nosotros mismos. Así nació Mi jaula, y una vez surgió en su mente decidió que ahora había contarla.
Su trabajo mezcla elementos del fantástico con una denuncia a las relaciones tóxicas.
“El tema de la violencia de género y las relaciones de poder que se generan entre personas, ya sea en una relación sexo afectiva o no, me interesa a nivel político y por tanto a nivel artístico, pero no quería hablar de esos casos de mujeres maltratadas, sino de una relación de control, pero es cierto que esta pandemia nos ha puesto en la cara, y de relieve, esas cuestiones sociales a las que no estábamos atendiendo, o lo hacíamos tarde y con pocos recursos, como la violencia de género, la sanidad pública...”, explica.
Al final todos acaban hablando, de alguna forma, de la convivencia, y es que para Sorogoyen al final En casa “va de eso, de la convivencia íntima” o, cómo dice Elena Martín, “no poner el virus en el centro del relato, sino lo colateral de encerrarse en casa, qué pasa dentro”. Para Marqués-Marcet todas sus películas han girado sobre eso, y le encanta esa palabra, ‘con vivir’, “porque significa vivir con, y al final siempre vives con la culpa o con cualquier cosa, y si lo trasladas a un espacio cerrado ahí lo tienes, aunque sea convivir con una memoria que nunca ha llegado”. Cinco relatos que demuestran que el talento de nuestro cine no se puede confinar, y que incluso en las peores condiciones son capaz de contar historias que nos diviertan y emocionen.