Aquí estamos otra vez. El debate sobre si se puede y se debe separar la obra de su autor volverá a hacer acto de presencia en la conversación cultural cuando HBO estrene el próximo lunes The Nevers, el esperado regreso a la televisión de Joss Whedon.
Después de una década en la que solo ha vuelto al medio que le convirtió en un autor para escribir y dirigir el piloto de Agentes de S.H.I.E.L.D., el creador de Buffy, cazavampiros y director de las dos primeras entregas de Los Vengadores ha vuelto con un irregular, sobreproducido e intrigante cóctel de acción, fantasía y empoderamiento que difícilmente puede disociarse de la brutal crisis de relaciones públicas que sufre su principal responsable.
En los créditos finales del primer episodio de The Nevers aparece en pantalla, casi de forma poética, el perfecto resumen de la patata caliente que arrastra desde hace meses HBO. Creada por Joss Whedon. Escrita por Joss Whedon. Dirigida por Joss Whedon. Producción ejecutiva de Joss Whedon. Hasta cuatro créditos solitarios y consecutivos recuerdan al espectador que quien está detrás de la nueva apuesta estrella de la plataforma de Warner es un referente de la industria que pasó a ser cancelado y discutido después de que los actores Ray Fisher, Charisma Carpenter y Michelle Trachtenberg hicieran públicas sus traumáticas experiencias con el realizador en los rodajes de La Liga de la Justicia, Buffy y Angel.
Whedon decidió abandonar The Nevers por “agotamiento personal” y en “un año de desafíos sin precedentes” a finales de noviembre, cuando solo había hablado en su contra Fisher. Desde entonces, la situación solo ha ido a peor. Para el autor y, también, para la propia serie. A pesar de la (comprensible) decisión del servicio de streaming de ignorar el nombre de su autor en toda la campaña promocional de la serie, al final es el sugerente e irregular episodio piloto el que nos deja claro que estamos ante una serie surgida de la complicada, reconocible y ocasionalmente brillante mente del director y guionista.
The Nevers arranca en los últimos coletazos de la era victoriana, cuando la vida en Londres se ve alterada radicalmente el día que un misterioso evento sobrenatural da a un grupo de elegidos una serie de habilidades anormales que les colocará en el centro de todas las miradas… y persecuciones. La casualidad de que la mayoría de los afectados sean mujeres potenciará esa situación de crisis y peligro constante que acompaña a “Los Tocados” desde el día que cambió sus vidas para siempre. La misteriosa y letal viuda Amalia True (Laura Donnelly, la reina de la función en el arranque de la serie) y la risueña inventora Penance Adair (Ann Skelly, un clon de Jodie Comer con facilidad para la comedia ligera) protegen a estos “huérfanos” desde un centro especial que se mantiene abierto gracias a las generosas ayudas de Lavinia Bidlow, una mujer adinerada y postrada en una silla de ruedas que tiene su propia agenda.
Las propias habilidades de los tocados recuerdan al universo de La Patrulla X, la serie de cómics que saltó al cine con la saga X-Men y en la que Whedon ha participado como escritor. Gigantismo, dominio del fuego, flashes del futuro, habilidades sobrehumanas para el canto, control de la electricidad… son algunos de los dones inexplicables que despiertan el interés de los hombres más poderosos del Londres victoriano. Independientemente de si el objetivo es explotarlas económicamente (como el dueño de un prostíbulo que encarna James Norton), entenderlas antes de decidir qué hacer con ellas (un agente de la ley interpretado por Ben Chaplin, que también tiene sus propios demonios que batallar) o jugar con ellas a ser Dios (esa especie de científico loco que da vida el siempre carismático Denis O’Hare). The Nevers es la historia de un grupo de mujeres y seres especiales que quieren ser controladas y explotadas por los hombres que las rodean.
La prensa ha tenido acceso a cuatro de los seis episodios que emitirá HBO en la primera parte de la temporada debut de una serie que, tras la marcha de Whedon, ha pasado a depender de la guionista Philippa Goslett. Los primeros pasos de la serie son caóticos, presentando una compleja mitología y un exagerado número de personajes, acontecimientos y giros por episodio antes de que el espectador sea capaz de aclimatarse al intrigante universo que plantea The Nevers.
Esto no es una novedad en la obra de un guionista que ya había echado un pulso a la audiencia y a la crítica con los comienzos de Buffy, Dollhouse y Angel, pero resulta más frustrante de que antaño. Su estatus en la industria le daba carta blanca para actuar con libertad en su regreso a la televisión. Whedon solo la ha aplicado para incluir escenas de desnudo que no aportan nada a la serie y encadenar larguísimos episodios que llegan a la hora de duración sin necesidad.
Por momentos parece que el creador está adaptando - de forma tan respetuosa para los fans como confusa para el espectador medio- un vasto material original, pero su última creación es una apuesta original. Whedon es el único responsable de un exceso narrativo que acaba jugando en contra de la propia serie. La tranquilidad de estar en una plataforma de prestigio que, salvo hecatombe, garantiza la continuidad de la serie más allá de la primera temporada no ha llevado al creador a reservarse subtramas, personajes y giros para futuras entregas. Al revés.
La serie quiere explotar el festín visual del Londres victoriano; la misteriosa premisa de ciencia ficción; la comedia surgida de los diálogos resabiados de sus dos protagonistas; la investigación en clave noir por parte de un detective atormentado; el empoderamiento de los tocados en un mundo que quiere explotarlos, y la acción a través de las vistosas peleas que protagoniza Amalia True (como esa espectacular pelea bajo el agua que se adueña del tercer episodio de la serie).
Es como si el autor hubiera tirado un plato de espaguetis contra la pared para ver si están hechos: algunos se pegan, otros no. Y muchos, la mayoría de ellos, recuerdan a cosas que hemos visto ya en su obra. Amalia, el personaje más interesante de la función, parece un remedo de heroínas como Buffy, la Viuda Negra o Echo. La impredecible villana Maladie parece un cruce entre Drusilla y Glory, dos de las rivales más conocidas de la cazavampiros.
El nervio y los demonios de Amalia. El timing cómico de Penance. El sugerente misterio que esconden los tocados. Los cuidados valores de producción salidos de los equipos de Expiación o Juego de Tronos. Las escenas de acción. Hay suficientes puntos de interés en The Nevers como para acercarse a la nueva serie de Whedon, pero la incertidumbre de la serie tras la salida del autor al que debe todo su ADN y la sobresaturación de elementos, tramas y personajes tras cuatro episodios dejan finalmente una sensación que se acaba pareciendo más al agotamiento que a la curiosidad.
'The Nevers' se estrena en HBO el 12 de abril.
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