"Enhorabuena, acabáis de nacer en el mundo de Kendall Roy". La anunciada fiesta del 40 cumpleaños del "chico número uno" nos ha dejado uno de los episodios más complejos en cuanto a diseño de producción y número de escenas de la tercera temporada de Succession. Si os acercáis a esta serie de HBO Max porque os gusta ver historias de pobres ricos sufriendo, disfrutaréis con Too Much Birthday y su elaborado estudio psicológico de personajes. A partir de aquí, seguid leyendo bajo vuestra propia responsabilidad, porque hay spoilers.
Aunque sabemos que Willa es una experta en teatro inmersivo, este épico tinglado autocelebratorio con "exceso a tope" de Kendall quizá estaba por encima de sus posibilidades. Y visto el resultado, casi mejor que haya podido asistir en mera calidad de invitada, y como orgullosa defensora del estatus de Connor, porque uno de los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos está en todo su derecho de permanecer con su chaqueta de señor de cierta edad, si así lo quiere.
Connor fue, gracias a esa pública muestra de afecto, una de las dos únicas personas que sonrieron en el Ken-Fest. La otra es Greg, que consiguió su cita con Comfrey, aunque es consciente de que es más que probable que ella solo haya aceptado por fastidiar a Ken, porque suficientes caprichos suyos ha aguantado y tiene su piso lleno de fiambreras de He-Man por su culpa.
Con la gran crisis de los cruceros casi resuelta con el futuro pago de una cifra indeterminada (y seguramente simbólica), la muerte de la amenaza carcelaria para otros y el montaje del gran evento del año en Nueva York, parecía que todos tenían motivos para celebrar. Pero este episodio no fue una réplica del divertido L to The OG de la segunda temporada (2x08). El sabor que dejó la noche en todos fue amargo, y no por equivocarse de drogas y tomarlas en el orden incorrecto, como le pasó a Tom. También para Roman, aunque se haya apuntado otro tanto como el nuevo favorito de Logan, un título que por experiencia sabemos que es temporal. Todos intentan volar tan alto como Ícaro, pero su padre es el sol que se encarga de quemar sus alas.
Roman, el nuevo chico número 1
"¿Cuándo morirá tu padre? Su muerte liberaría espacio"
No sé si es casualidad, y quizá no tenga nada que ver, pero precisamente en los dos episodios que lo hemos visto sin la tutela de Gerry, Roman ha disfrutado revolcándose en el barro de las movidas rastreras de su padre. Hacerle la cama a un fascista y acosar a los hijos de Kendall, sus sobrinos, parecen líneas que Shiv (la misma que firmó el cruel comunicado de prensa para desprestigiar a su hermano mayor, 2x03), no está dispuesta a cruzar, pero la aprobación paterna los obnubila. Según las reglas del juego, Roman ha vuelto a ganar, pero ser el "emisario del gran duque de Antaño" siempre viene con un precio psicológico y en algún momento tendrá que pasar por caja.
Puede que sean límites de cierta escala moral que aún la acompaña o simplemente rabia por descubrir que, a pesar de todo lo que ha hecho, para las cosas importantes siempre la dejan de lado. Nunca pueden desvincularse de lo emocional, porque es la única moneda de cambio que tiene valor en un mundo en el que el dinero no es un factor, pero sean cuales sean sus verdaderas motivaciones, en esa partida estoy en el equipo de Shiv. Al menos es el equipo antifascista y es lo mínimo que le podemos pedir a esta gente.
Shiv nunca podrá entrar al club de hombres
"Creíste que era noche de chicas y sonaba tu canción. Te equivocaste. Los hombres nos reunimos en el club y decidimos"
Roman acostumbra a ser ofensivo, pero gracioso, sin embargo, en este episodio estuvo especialmente cruel y ruin. Esta frase que le dice a Shiv cuando ella se entera de la oferta de compra de acciones a Ken ("lo hemos hecho papá y yo") y de que la apartara del trato con Lukas Mattson sin ningún pudor, es especialmente dolorosa, porque es 100% real. Y escuchar esa verdad no se sacude ni con mil bailes liberadores en la pista.
No sé si os habéis dado cuenta de que Roman tiene tendencia a cerrar acuerdos importantes en los baños de hombres. Lo hizo con Edward en Agrestes (2x06), con Mencken en el 3x06 y ahora con el "Odin de la programación". Y qué es lo que tiene de especial ese lugar, que allí nunca tiene acceso Shiv.
Ella no puede invitar al señor "privacidad, coños y pasta" a echar orina en su móvil, ni cerrar un acuerdo apretando la mano con la que el personaje en cuestión ha sujetado su pene mientras evacuaba la vejiga. Waystar siempre ha sido y será un club de hombres, y seguirán repitiendo las mismas conductas misóginas por mucho que durante el brindis "por la justicia" ella recuerde que en esta nueva etapa quizá la empresa podría aprender algo.
La destrucción de la casa del árbol de Ken
"Parece la fiesta de un gilipollas y pedí que no pareciera la fiesta de un gilipollas"
No sé si en la historia de la humanidad alguien ha celebrado alguna vez una fiesta adulta tan infantilizada. Con la bienvenida de la azafata vestida de enfermera y Shiv afirmando que la vagina de su madre parecía real porque era "fría e inhóspita", todo parecían risas y no podíamos imaginar que estábamos entrando en el mundo interior de Ken tan literalmente. Esperábamos que el evento acabase con un espectáculo musical con el salvador de la democracia liberal crucificado por el bien de todos bajando desde las alturas, y asumimos que sería incómodo, pero no tanto.
Los planes empezaron a torcerse para el homenajeado con el "caballo de Troya psicológico" en forma de tarjeta de felicitación envenenada. La invitación a salir de la familia con un "Fuck off" de su padre es la representación del último desprecio que Ken es incapaz de ver como la puerta liberadora que realmente puede ser. A esto siguió el descubrimiento de que su padre ha estado acosando a sus hijos, que sus hermanos solo estaban allí para hablar con el dueño de GoJo, y cuando todo se viene abajo, la pérdida de un regalo envuelto con papel de conejitos puede ser una crisis insuperable.
"Qué patético. Ojalá estuviera en casa"
Ken es uno de los personajes más trágicos de la televisión moderna y esta vez lo hemos visto totalmente aniquilado emocionalmente. Como un niño de seis años llorando porque no encuentra el regalo que quería. Es la viva imagen de quien lo tiene todo y a la vez no puede sentirse más solo y derrotado.
Al menos tiene a Naomi. Puede que para su adicción no sea la mejor influencia, y no sabemos realmente lo que ella piensa o siente, pero sí que parece, como le dijo a su padre en el 2x10, buena para él. Tiene la suerte de que esté a su lado en este, uno de sus momentos más bajos. Porque no es casual que la vista que tenga Kendall desde su fastuoso ático sea, precisamente, The Vessel, una icónica estructura del frío Hudson Yards en Manhattan, que ha sido cerrada en más de una ocasión, después de que se produjeran allí varios suicidios.
Los nuevos episodios de la tercera temporada de 'Succession' están disponibles los lunes en HBO Max.
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