“Venga, tenías una columna sobre sexualidad en un periódico nacional en los putos años 90. Eres la [experta en sexo] original”. Con una escena en la que piden a Carrie Bradshaw que sea más cañera si quiere mantener su nuevo trabajo, el guionista Michael Patrick King verbaliza una de las preocupaciones que persiguen a And Just Like That… desde el anuncio del regreso de unos personajes que lideraron la revolución feminista que estaba a punto de invadir la cultura pop en pleno cambio de siglo.
17 años después del final de Sexo en Nueva York, HBO Max recupera una marca icónica que estuvo a punto de convertirse en un chiste por culpa de unas películas -en particular la segunda- que echaron por tierra el legado de un clásico. Los dos primeros episodios dejan claro que Sarah Jessica Parker y compañía buscan recuperar el respeto de la original mientras encuentran su propia personalidad. Las primeras sensaciones son esperanzadoras. And Just Like That… no es exactamente la serie madre. Ni debería serlo. La vida pasados los 50 presenta nuevos conflictos y caminos vitales que esta continuación ha decidido abordar de lleno desde su presentación.
Muchos criticaron que en sus últimas temporadas de la comedia de HBO habían llegado a ser aquello de lo que precisamente quería huir. La decisión de que Mr. Big rescatara a Carrie en las calles de París traicionaba el espíritu transgresor de la ficción en favor de un final feliz acorde a los cánones de la comedia romántica. Ni siquiera es fácil para los pioneros caer en las contradicciones. And Just Like That… tiene sus propias batallas por delante. King es consciente de que 2021 no es 1998 y que los nuevos tiempos piden una historia que esté dentro de los códigos actuales.
El reto de esta secuela será estar a la altura de unas exigencias más complejas de lo que parece a simple vista (para algunos será un giro oportunista, para otros una concesión políticamente correcta) sin olvidarse de los ingredientes que convirtieron en un referente, a muchos niveles, a la original. "Creo que estaba tan preocupada de decir algo incorrecto en este clima que dije todas las cosas incorrectas", dice Miranda después de una hilarante escena en la que cae de lleno en aquello que precisamente buscaba evitar a toda costa.
And Just Like That… sigue siendo una fantasía aspiracional (ignorando otra de las clásicas críticas a la serie original), pero la llegada de dos mujeres afroamericanas y una persona no binaria al universo de Carrie, Miranda y Charlotte es un evidente guiño a una realidad social y cultural que nada tiene que ver con el Nueva York de los 90. A diferencia de lo que hizo Friends en un reencuentro en el que optó por pasar por alto los dardos que le habían lanzado desde el presente, la serie de HBO Max decide no ignorar el elefante en la habitación.
Aunque es demasiado pronto para emitir juicios sobre si los nuevos fichajes van más allá de lo cosmético, las primeras escenas de Sara Ramirez (Callie en Anatomía de Grey) como jefe de Carrie y Karen Pittman (Mia en The Morning Show) invitan a la esperanza. En la misma dirección apunta la incómoda conversación de Miranda y la referencia de Anthony a “la Charlotte negra”. La mejor forma de abrazar los nuevos tiempos es reírse con ellos y no de ellos.
La otra cuestión que necesitaba abordar And Just Like That… antes de que se convirtiera en algo incómodo es la ausencia de Samantha Jones. Los guionistas han resuelto de forma elegante, concisa y, finalmente, emocional la decisión de Kim Cattrall de no volver a interpretar a la inolvidable publicista. No podemos decir más sin entrar en el terreno de los spoilers, pero los nuevos personajes deberán rellenar el vació de la más sexual y abierta de mente de las chicas de Sexo en Nueva York.
La estupenda secuencia que abre el piloto apela al ADN de los clásicos encuentros de las amigas en los lugares más chic de Manhattan mientras deja claro que Carrie, Miranda y Charlotte están en otro momento vital. Pese a que siguen hablando de sexo, la primera referencia al ingrediente que colocó en el mapa a la comedia creada en 1998 por Darren Star llega a través de un incidente protagonizado por el hormonado hijo de Miranda. Si aún recuerdas como si fuera ayer el parto de Brady, puede que sientas un pinchazo cuando descubras que ahora es un adolescente de 17 años que mantiene relaciones sin parar con su novia.
El tiempo ha pasado, por los personajes y por los espectadores. Al menos Charlotte ya no se levanta de la mesa al escuchar obscenidades, pero los espectadores pueden estar tranquilos: las chicas siguen siendo las mismas, como dejan claro las constantes dudas de Miranda, el cuidado por las apariencias de Carrie (incluso en los momentos o más difíciles) o el sufrimiento de Charlotte al ver que sus hijas no encajan necesariamente en el molde que ella tenía previsto.
A partir de un renovado formato de más de 40 minutos que la acerca al drama, And Just Like That… toma una arriesgada decisión de guion en su presentación que dividirá a los fans. En el dilema entre volver al pasado o mirar hacia adelante, Michael Patrick King y Sarah Jessica Parker abrazan un horizonte lleno de incertidumbre que puede resultar tan agridulce como interesante si juegan las cartas con destreza. Después de ver esta introducción a una nueva fase en la vida de los personajes, se entiende el cambio de nombre de la marca.
Incluso sin Samantha, los seis años de la original y los ramalazos que ya hemos visto en los dos primeros episodios de su secuela me llevan al bando de los creyentes. Solo pido que no se olviden del humor por el camino. Ahora necesito un cosmopolitan, por favor.
Los dos primeros episodios de 'And Just Like That…' están disponibles en HBO Max. Todos los jueves se estrenará una nueva entrega de la serie.
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