Los años pasan y cada semana se estrenan nuevas series, pero muy pocas consiguen alcanzar los niveles de excelencia de propuestas como Barry. Después de un largo parón, por fin ha llegado a HBO Max la tercera temporada de este, uno de los títulos más destacados de su catálogo, que cuenta con el consenso de público, crítica y premios.
"Cuando un asesino a sueldo llega a un grupo de teatro a cumplir un encargo, descubre que quiere dejar atrás su pasado criminal y explorar una nueva vida como actor". A partir de una premisa que sobre el papel suena a chiste, y que en otras manos podría haberse quedado en una anécdota de corto recorrido, Bill Hader y Alec Berg han construido uno de los dramas psicológicos más complejos y, a la vez, más divertidos del panorama televisivo.
Con su inesperada evolución, Barry fue toda una sorpresa en su estreno y con cada nueva entrega se ha consolidado como una de las series imprescindibles del siglo, esas que destacan entre el resto y marcan una época. Una joya narrativa y técnica servida en dosis de 30 minutos que combinan con maestría drama, comedia, thriller y acción.
Hemos tenido que esperar tres largos años para ver cómo continuaba la historia después de que Gene descubriera que Barry asesinó a Janice, que Sally consiguiera reconocimiento a cambio de una mentira, y que Barry confirmara que, por mucho que lo intente, no puede escapar de quien es. Mucho menos ahora que Gene, la persona que le hizo creer que cambiar era posible, conoce su lado más oscuro.
Juntos y por separado los personajes de esta serie son una receta perfecta para la depresión. Afortunadamente tenemos a NoHo Hank y sus aventuras para darnos un respiro, porque aunque ese trasfondo serio y deprimente siempre está presente, también lo está el humor. A veces tontorrón, otras sutil e inteligente, pero siempre efectivo. El humor es la válvula de escape momentáneo para la olla de presión constante de su trama. Un equilibrio que parece imposible, pero es real.
En los primeros seis episodios a los que la prensa ha tenido acceso hay espectáculo visual, estudio psicológico del trauma, tensión, violencia, humor, cliffhangers de infarto y una capacidad infinita para sorprender. Esta serie nos hace reír; a veces a carcajadas a veces con incomodidad. En otras ocasiones nos asusta. O nos retuerce el estómago. Barry lo tiene todo. Y siempre nos lo da sin reservas. Para muestra, el espectacular y elocuente plano secuencia del rodaje de Sally en el 3x01.
En esta entrega los personajes están más perdidos que nunca y en fase de negación. Son narcisistas necesitados de aprobación externa y cada uno vive en su propia burbuja. Es incómodo ser testigos de su desconexión con la realidad. Especialmente, en el caso de Sally. Su trama profesional nos deja comentarios graciosos sobre las compañías de streaming y sus algoritmos, pero la personal nos rompe el corazón y nos revuelve el estómago, porque entendemos perfectamente de dónde viene, y es tan realista que resulta perturbador.
Si el cambio, las segundas oportunidades o el perdón son posibilidades reales en el universo de Barry (sin la necesaria ayuda psicológica que todos claman a gritos con solo mirarlos) eso es algo que está por descubrir. Mientras tanto, el círculo se está cerrando alrededor del protagonista de forma que parece imposible que pueda seguir viviendo en la mentira de su doble vida sin pagar las consecuencias.
Lo único que puedo decir con seguridad es que la espera por la tercera temporada ha valido la pena y que es una suerte que exista Barry. Acordaos de mí cuando veáis el final del 3x06. Pensad que yo habré tenido que esperar seis semanas para resolver ese cliffhanger.
Los nuevos episodios de 'Barry' están disponibles los lunes en HBO Max.
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