Ya llevamos varias semanas diciendo lo mismo, pero La casa del dragón se ha vuelto a superar. El señor de las mareas, como el episodio anterior, queda registrado como el mejor episodio de la serie hasta ahora. Una vez más, tuvo toda la emoción, drama y giros, dejando escenas memorables sin necesitar la presencia de dragones.
Se retoma la historia con un nuevo cambio de parte del elenco (los actores que interpretan a los hijos de Rhaenyra y Alicent) después de otro salto temporal, esta vez de seis años, período de tiempo en el que han nacido nuevos bebés y se ha producido la alianza matrimonial entre Aegon II y su hermana Helaena. Hasta ha habido tiempo para la redecoración de la Fortaleza Roja con el estilo de la Fe de los Siete, de la que Alicent es ahora más devota que nunca.
La división entre los bandos negros y verdes continuó estando latente a través de las diferencias entre la princesa y la reina, y la amenaza de lo que puede ocurrir cuando llegue el momento de que un gran concilio decida quién se sentará en el trono de hierro, pero marcada más por la distancia que por un enfrentamiento real y concreto.
['La casa del dragón' (1x08), Viserys, la última cena y una profecía malentendida]
Pero después de la muerte de Viserys, ocurrida al final de este episodio, empieza ahora sí la tormenta. El rey ha muerto después de una larga y agónica enfermedad. Lo hizo en paz, creyendo que dejaba unida a la familia y que había tenido tiempo de darle a "su única hija" la respuesta y confianza que necesitaba. Pero no se dio cuenta de que al enunciar sus últimas palabras estaba condenando su casa y haciendo sonar los primeros acordes de la Danza de dragones.
Las últimas palabras de Viserys
Lo último que dice Viserys cuando se queda solo y en su último aliento es "Mi amor", palabras que dirige a su difunta esposa Aemma. Una alucinación o anhelo que es comprensible por su estado agónico y los efectos sedantes de la leche de amapola, pero en última instancia un estado de confusión que lo llevó a cometer un error irreparable e involuntario antes de morir.
"¿Crees que es cierta la canción de hielo y fuego? Me dijiste que mi deber era mantener el reino unido contra un enemigo común y al nombrarme heredera dividiste el reino. Creí que lo quería, pero es una pesada losa. Muy pesada".
Cuando Alicent se le acerca para darle consuelo en sus últimos momentos, Viserys cree que es Rhaenyra quien se sienta a su lado y hace un esfuerzo para responder a la pregunta que le hizo su hija la noche anterior: "La Canción de hielo y fuego es cierta. El príncipe que fue prometido. Unir al reino contra el frío y las tinieblas. Eres tú... Tú eres la elegida. Debes hacerlo".
La interpretación de Alicent
Viserys está hablando de Aegon el Conquistador, pero Alicent entendió lo único que se podía entender de las confusas palabras de su agonizante esposo: que el príncipe Aegon, el hijo primogénito de ambos, era el elegido. "De acuerdo, mi rey", dijo antes de marcharse, dispuesta a hacer cumplir su último deseo.
"Entonces estalló la tormenta y danzaron los dragones"
Estas son las palabras finales del capítulo del libro de George R.R. Martin que culmina con la muerte de Viserys. Aunque su muerte no se produce en la misma situación, ni al lado de Alicent ni se hace mención a la profecía, las consecuencias serán las mismas: una encarnizada lucha intestina por el Trono de Hierro de Poniente librada entre dos ramas rivales de la Casa Targaryen -los negros y los verdes- entre los años 129 y 131 d.C.
Aunque durante la cena Alicent había aceptado a Rhaenyra como su futura reina de forma totalmente genuina, y la puerta para una restauración de su relación como aliadas estaba abierta por ambas partes, lo que Alicent ha interpretado como el último deseo de Viserys, unido a lo que siempre ha anhelado su padre, partirá por la mitad los Siete Reinos y hará danzar a todos los dragones en una guerra de fuego y sangre.
[Cómo reclamar un dragón: Así se rodó la escena de Aemond y Vhagar en 'La casa del dragón']
Promo del episodio 9
'La casa del dragón' está disponible en HBO Max.