"Cuanto más lo discutíamos en la sala de guionistas, más claro tenía que esta secuencia de eventos con la muerte de Logan, el dilema sobre si vender Waystar o no, cruzado con las elecciones y el funeral, era el final de la serie". Así explica Jesse Armstrong, el creador de Succession, su decisión de terminar este gran drama familiar en la cuarta temporada.
En su punto más alto de popularidad y con todo el favor de la crítica, el británico puso el punto final a la historia de los Roy. Reconoce que es algo que se siente "muy perverso" porque aquí ha pasado "los momentos más felices de su carrera", pero lo hizo porque siempre ha sido muy firme a la hora de "proteger la integridad de la serie".
Tal como explica en el vídeo de detrás de cámaras del episodio 4x10, tomó la decisión porque sintió que todo lo que ocurre en este final, con la venta de Waystar, y los tres hermanos fuera de la compañía, era inevitable. Este momento tenía que llegar, y una vez materializado, "la serie pierde interés en ellos porque han perdido lo que querían", por lo que para él no había continuación posible.
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Lo que querían Kendall, Shiv y Roman era ser nombrados presidente de la empresa que fundó su padre. Un cargo que él les había prometido a todos alguna vez, y que para ellos era una muestra de validación personal, que en el lenguaje emocional de los Roy podían traducir como el afecto paterno que nunca recibieron.
Ninguno de ellos lo consiguió. "La idea de Tom siendo el sucesor fue algo que pensé como el final correcto hace mucho tiempo", confiesa Armstrong. "Tom respeta las decisiones del jefe y sigue la estrategia de la empresa y la implementa", como le dice a Lukas durante la cena. "A a pesar de que no es exactamente el monarca más poderoso que conocerás jamás, su poder viene de Matsson", porque Tom, como dice Shiv "está a dispuesto a chupar la polla más grande de la habitación".
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Qué pasa después del final
Armstrong reconoce que ha pensado cómo continúan las vidas de sus protagonistas, porque el final de Succession no está escrito con un punto final, sino con puntos suspensivos. No porque haya planes de continuar la historia, sino porque la vida de los personajes continúa fuera de plano.
Para él, Roman acaba exactamente donde empezó. "Fácilmente podría haber sido un vividor gilipollas con instintos ligeramente desagradables y capaz de hacer bromas bastante divertidas. Podría haber estado siempre en un bar siendo ese tipo, todo esto ha sido un pequeño desvío en su vida".
Sobre Shiv, Armstrong dice que aún tiene espacio para jugar alguna carta. "Está en un lugar estéril y congelado emocionalmente que es bastante aterrador. Pero para ella esto ha sido un caso en el que no ha ganado, pero tampoco puede decirse que ha perdido. Hará algún movimiento, pero parece que es difícil que su relación con Tom progrese adecuadamente dadas las cosas que se han dicho".
El de Kendall es el caso más trágico, según explica el creador, porque él había soñado con ser CEO de Waystar toda su vida. "Para Ken lo que ha pasado en este tiempo nunca dejará de ser el evento central de su vida. Tal vez podría seguir adelante y crear una empresa, pero las posibilidades de que alcance el tipo de estatus corporativo que alcanzó su padre son muy bajas. Y creo que eso marcará toda su vida".
Sobre lo que sigue para él, Jesse Armstrong afirma que no cree "que pueda volver a escribir algo tan bueno como esto. Es un campo que me interesa mucho y toda la gente con la que he trabajado tiene mucho talento". Y añade, "se siente realmente aterrador y tonto finalizar la serie, pero lo hago con la sensación de que aquí debía terminar, así que supongo que a eso me aferro".
'Succession' está disponible en HBO Max.