Candela Peña es un torbellino. Una fuerza de la naturaleza cada vez que aparece en pantalla, donde el espectador no puede apartar los ojos de ella. Todo lo que hace desprende una verdad que no siempre se ve en las actrices. Esa verdad se traslada también cuando hablas con ella. Candela Peña lleva muchos años en esta profesión y muchos tiros pegados. Una profesión en la que si te sales de las normas y de los cánones se te penaliza.
Por eso ella asegura estar viviendo un paseo por la feria con el éxito de Hierro, que demostró que ella era capaz de ser el alma de una serie y echarse a los hombros una promoción para que todo el mundo conociera a su jueza Montes. El thriller de Movistar, creado por los Hermanos Coira, la “sacó de boxes” y le dio el lugar que se merece, el que se ha ganado una mujer trabajadora que también ha sufrido todos los vaivenes de la industria.
No le gusta que le digan que ahora “está en todo”, porque ella no es más que una actriz que busca nuevos papeles y levantar su serie, esa ansiada Puerto y Camino que ha escrito y con la que patea todos los despachos. La segunda temporada de Hierro regresa este viernes, y con ella una actriz única a la que siempre es un gustazo ver y escuchar.
¿Cómo es esta segunda temporada de Hierro?
Pues a nivel interpretativo, para mí, he podido dedicarle más atención a cosas más pequeñas e incluso imperceptibles para el espectador, porque la jueza en esta segunda temporada tiene poco que hacer, porque en la primera como actriz tenías que explicar quién era el personaje que llegaba, la incomodidad de la isla... y eso ya está contado. Aquí es que ni tan siquiera reparto las cartas del Monopoly, reparto un poco el thriller. Para ella el niño empeora un poco y ha pasado dos meses respecto a la primera temporada y sigue siendo igual de incómoda para el sistema, pero está más sola y más enfadada con la vida, porque ha perdido a Reyes y porque está en un momento en el que todo le parece injusto y se hace muchas preguntas.
Creo que la Jueza Montes, al igual que yo, en esta temporada ha aprendido que por muy idealista que seas perteneces a un sistema y ese sistema funciona como funciona. Chim – Pum. Y claro, ella sabe que a veces la justicia no es justa y tiene dudas morales. Aquí impera el thriller, y la tensión está donde tiene que estar, porque esta seria la ha creado Pepe Coira divinamente, y yo como parte de la serie construí en mi cabeza una jueza que pensaba que a veces iba para un lado y resulta que iba para el otro, pero eso es normal porque yo aquí soy herramienta para contar una historia. Por eso he escrito Puerto y Camino, para poder contar lo mío.
'Hierro' me ha sacado de boxes, me ha dado una vuelta por la feria, me han comprado la manzana con el caramelo. Me he merecido una vuelta a la feria que la he disfrutado muchísimo
¿Qué te ha aportado la serie como actriz?
Me ha sacado de boxes, me ha dado una vuelta por la feria, me han comprado la manzana con el caramelo y la nube de algodón, me han dado tres vueltas en los carruseles. Me he merecido una vuelta a la feria que la he disfrutado muchísimo.
¿Y la isla?
La isla… si yo pudiera me encantaría tener un lugar ahí, porque aunque sé que ‘lugar pequeño, infierno grande’, me ha dado la posibilidad de hacer una serie como esta y estar en una pandemia cuatro meses ahí y poder terminar mi propia serie como Puerto y Camino, así que gloria viva para El Hierro.
¿Cómo fue pasar allí el confinamiento?
Yo he convivido con la soledad desde pequeña. Mi madre me parió y me dejó en casa de mi abuela a los tres meses, y mi abuela ya había criado a 14 hijos y yo le importaba un pimiento frito, así que sé convivir con la soledad muy bien. Además, no he estado en un piso pequeño como mucha gente lo ha pasado, así que he tenido mucha suerte de poder estar en una casa, sola, con una plantación de piñas... y al tener otras ocupaciones en Madrid, pues allí pude dedicarme las 24 horas sólo a escribir Puerto y Camino.
¿Cómo van Puerto y Camino, sale adelante?
No sé... a veces me da hasta apuro hablar de ella, pero creo que es necesario para que la gente sepa la dificultad de levantar cualquier proyecto artístico. Y ahora parece que está mal que diga que yo he escrito los ocho capítulos. Me dicen en algún sitio que no lo diga, y yo digo que cómo no lo voy a decir… La serie tiene un concepto que cada capítulo es una historia casi independiente, una sobre terapias, sobre lo que hay que celebrar en la vida… yo he visto muy poca tele, yo era la chica del bar del cine, así que mi cabeza es más de argumento cinematográfico y he hecho como homenajes a un gran cineasta en cada episodio. A los años 20, hay uno en un tanatorio que es Short Cuts de Robert Altman... yo he visto mucho cine. Yo en el único sitio donde siento que no molesto es entre acción y corten.
¡Pero cómo vas a molestar tú!
Es que en eso la prensa tenéis una responsabilidad, porque nos etiquetáis. Yo nunca he leído que Luis Tosar tenga un carácter fuerte, o que Luis callejo está en la mediana edad… ¡Es que ni fuerte ni mediana edad, si a mí todo el mundo me regaña y me da hostias!
Yo no soy lo que la prensa cuenta, o lo que unos señores de despachos en pisos altos cuentan porque nunca han bajado a un rodaje ni saben lo que yo soy
Los periodistas hemos perpetuado actitudes machistas, usando términos como ‘actriz de carácter’.
Es que yo cada vez que oigo ‘Rosa está en su mediana edad’ es que arañaría caras, pero ¿qué es la mediana edad?, ¿cuando me muera van a dividir esa edad entre dos y el cómputo es la mediana edad? Es una cosa que nunca he leído con Javier Bardem o Luis Tosar. Mira, yo ahora que estoy yendo a los despachos por Puerto y Camino, flipo y noto que a una persona, tanto hombre como mujer, a alguien que da su opinión se le tacha de problemático. No. Simplemente es alguien que da su opinión. No entiendo que la gente venda una imagen de los demás que no se corresponde. No quiero que me pillen la matrícula cambiada. Yo no soy lo que la prensa cuenta, o lo que unos señores de despachos en pisos altos cuentan porque nunca han bajado a un rodaje ni saben lo que yo soy.
¿No ha cambiado nada en los últimos años?
¡Es que sois muy brasas!, ¿cómo va a cambiar si me siguen preguntando por el Goya de hace 500 años? Te digo una cosa, es que en esta sociedad es una mentira todo, es un mundo de bienquedismos. Vivimos en una profesión súper liberal, súper progresista y de izquierdas, pero yo nunca he oído todavía a un actor que diga ‘que pongan a la actriz la primera y que cobre lo mismo que yo o no hago la película. No me contéis milongas. Y las mujeres que dirigen revistas de mujeres sólo le dan valor a lo externo... yo sé la cara que tengo, sé que no he nacido con las alas de Victoria Secret, pero valorad el esfuerzo, porque eso es un guiño para las niñas del entorno rural sin wifi, para una niña gorda que quiera ser transexual o que no tenga el cuerpo de las Kardashian. Ahora han sacado una ley que dice que hay que cobrar igual, pues tendrán que explicar porque ellos siguen cobrando más. Ya verás como la excusa ahora es que tendrán más idiomas o más pelo en el pecho.
A mí nunca me han sentado en la mesa de los niños, y a un directivo de una empresa si mi madre me dio el valor de poder hablar, yo quiero hablar, yo quiero dar mi opinión
Hay que decir las verdades del barquero y si las digo no me tachéis diciendo, ‘menuda es Candela...’. ¿Sabes lo que soy yo? Soy la hija de una mujer súper tímida que creció entre 14 hermanos. Una de 14 y tan tímida que nunca le dejaron hablar. Y esa mujer dijo, cuando tenga una hija dejaré que dé siempre su opinión. A mí nunca me han sentado en la mesa de los niños, y a un directivo de una empresa si mi madre me dio el valor de poder hablar, yo quiero hablar, yo quiero dar mi opinión sin que alguien diga ‘uy esta’. Yo sigo siendo en los despachos la problemática y me dan ya ganas de llorar. ¡Uy, Candela!, pues Candela está en su casa, sin trabajo, sin poder levantar Puerto y Camino y escribiendo otra película que se llama Graciosa. Aquí hay que seguir y hay que echarle sentido del humor y ganas, pero yo también quiero que alguien alguna vez me dé un empujón.
No sé si ese empujón ha venido un poco con tu presencia en La Resistencia.
Eso ha sido un empujón de alegría. Lo que ha pasado es que la gente pensaba que yo era una rancia, porque yo no me quiero dar importancia, porque un actor es una herramienta para contar la historia de otro, y entonces yo iba a la promoción y me iba, pero ahora la gente me está viendo como soy, sólo que en vez de hablar de cine pues hablo de lo que me plantean mis compadres y me estoy llevando muchas alegrías porque la gente piensa de mí cosas más bonitas que antes. La Resistencia me ha dado alegría de vivir.
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