Cuando alguien menciona la palabra ‘Palomares’, como si fuera un truco de magia siempre surge la misma imagen en la mente de todo el mundo, la de Manuel Fraga bañándose en una playa el 8 de marzo de 1966. Muchos ni siquiera se acordarán que a su lado estaba el embajador de EEUU, Angier Biddle Duke, y que lo que hacían era una de las campañas de propaganda más surrealista de la historia de España… y de la Guerra Fría.

El franquismo ganó el relato, y la imagen campechana de Fraga saliendo del mar en una playa cercana a la localidad almeriense de Palomares quedó como lo importante. Lo que hacían allí era mostrar al pueblo español que no había nada que temer, que las cuatro bombas termonucleares que habían caído dos meses antes allí y que podrían provocar una explosión mayor que la de Hiroshima no eran importantes. Una de aquellas bombas ni siquiera se había encontrado todavía y seguía pululando por el pueblo.

No podían permitir que bajara el turismo, no podían consentir que se extendiera una mala imagen del franquismo fuera, y EEUU sabía que la guerra fría podía perderse. Aquellas cuatro bombas eran parte del juego maquiavélico que tenía con la URSS. El miedo a ser atacados les hacía sobrevolar el cielo con aviones armados hasta los dientes para responder si los soviéticos bombardeaban… hasta que uno de esos aviones cayó sobre España.

Han pasado 55 años, y la verdad de lo que ocurrió en Palomares sigue siendo desconocida para casi todo el mundo. Eso es lo que intenta solucionar la serie documental Palomares, días de Playa y Plutonio, creado por los responsables de El Palmar de Troya y que se estrena este jueves en Movistar+. Reconstruye, en forma de thriller, aquellos días en los que hasta 1.600 soldados americanos llegaron para deshacerse de los elementos radioactivos que nunca limpiaron del todo, de hecho, España tiene hasta finales de 2021 para informar sobre la contaminación nuclear real en Palomares a día de hoy.

Esa es una de las cosas que más llamaron la atención al director de la serie documental, que tras tantos años “se sigue leyendo en la prensa temas relacionados y piensas que si sólo recordamos la foto de Fraga junto al embajador bañándose es que algo no se ha entendido”. Por eso han realizado un trabajo que quiere poner luz a “uno de los sucesos más importantes de la Guerra Fría, y uno de los más secretos, porque estaba mucho en juego, querían que no se supieran las cosas, tapar el material porque era alto secreto”, explica Álvaro Ron a este medio.

Palomares fue uno de los sucesos más importantes de la Guerra Fría, y uno de los más secretos, porque estaba mucho en juego, querían que no se supieran las cosas

Él cree que hubo dos factores que consiguieron desviar la atención. “Esto sucedió en medio de la Guerra de Vietnam, y el foco estaba en otro lado”, recuerda. En España estábamos en medio de una dictadura que necesitaba vender una imagen aperturista. “Aquí estaba el Franquismo, es una combinación de elementos tremenda, porque estaba la nacesidad de EEUU de tener bases en España, la necesidad de España de abrirse a EEUU… nosotros no pretendemos hacer juicios de los hechos, sino mostrar el momento histórico, porque es muy fácil echar la vista atrás y decir cómo pudieron hacer esto, pero queríamos mostrar lo que ocurrió”, apunta.

Un trabajo ingente de documentación que les ha llevado a material inédito, desclasificado y a viajar por todo el mundo para entrevistar a todos las personas que lo vivieron. Desde la gente del pueblo de Palomares a los militares de EEUU que quedaban vivos. “Ha sido brutal el trabajo de Daniel Boluda, que es el guionista e investigador y que ha buscado debajo de as piedras. Ha sido muy complicado, con gente que está en ciudades muy alejadas, y ha viajado de norte a sur del país, otros se prestaron a viajar ellos para ser entrevistados… pero creo que es de las cosas que tiene más valor. Hay algunos que no están vivos ya, pero hemos conseguido entrevistas inéditas”, cuenta sobre el trabajo de investigación.

Otro de los diferenciales de esta serie documental es que ha logrado que la gente del pueblo se abra y comparta sus experiencias. Personas que vivieron todo en primera persona y las consecuencias en la actualidad. “Son gente extraordinaria, y estaban hartos de los medios, de la prensa que va todos los años en la fecha del aniversario a seguir dando la noticia, pero vienen con la alcachofa, sacan un total y no se ven reflejados. Les daba miedo que fuera algo sensacionalista, pero quiero agradecer a la gente del pueblo, que habían contado su historia muchas veces, pero no se les había dado el espacio ni la calma para contar cómo lo vivieron, ellos salvaron la vida de muchos soldados y nos han contado uchas cosas, y también la evolución de este shock cultural”, zanja el realizador.

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