“Creo que la comparativa no es justa. Tanto Movistar+ como yo decidimos dar muy poca información de lo que es realmente Paraíso”. Fernando González Molina no tiene problema en hablar largo y tendido de los paralelismos (o no) entre su nueva serie y el fenómeno de Netflix con el que se la ha comparado desde el anuncio del proyecto. “Ojalá seamos el Stranger Things español”. SERIES & MÁS ha desgranado las claves de esta aventura para toda la familia con el principal responsable de la primera serie fantástica de la plataforma.
Hay que viajar hasta los últimos días del verano de 1992 para adentrarse en el universo de su nueva serie. Después de que tres chicas desaparezcan en un pueblo costero de Levante, el hermano de una de ellas, harto de que la policía no encuentre ninguna pista, empieza a investigar con la ayuda de sus mejores amigos. Pronto descubrirán que tendrán que enfrentarse a fuerzas sobrenaturales si quieren que haya final feliz en la historia.
La nueva apuesta de Movistar+ no es, ni mucho menos, la primera incursión en televisión del navarro. Antes de convertirse en compañero de viaje y éxitos de Mario Casas en cuatro películas de gran éxito que ayudaron a consagrar las carreras de los dos, González Molina se había forjado detrás de las cámaras de series como Los hombres de Paco y El barco. Esta vez es diferente. “Paraíso es el proyecto más personal que he hecho y en el que he puesto más de mí”, promete un director y ocasional guionista que acababa de celebrar su decimoséptimo cumpleaños cuando el 13 de noviembre de 1992, el día que desaparecieron las chicas de Alcàsser. Toda una generación de jóvenes quedó marcada por un brutal crimen que González Molina ha revisitado a su manera casi treinta años después.
Los orígenes de un regalo a su yo del pasado
González Molina solo había trabajado puntualmente como guionista cuando empezó a desarrollar un proyecto que ha terminado ocupando cuatro años de su vida. Se puso en contacto con Ruth García y David Oliva, dos experimentados escritores que ya sabían lo que era contar historias de y para adolescentes en clave paranormal gracias a El internado y Los protegidos. “Les dije que me gustaría conseguir provocar en el espectador la sensación que teníamos cuando éramos adolescentes y veíamos V, El equipo A o incluso Sensación de vivir”, explica el director. “Viajabas a otro universo, flipabas y pensabas que podían ser reales”.
El cineasta tenía en mente imágenes como las adolescentes de la época disfrazadas de Ana Torroja (una artista que, cerrando el círculo, ha creado la canción original que cierra cada episodio de Paraíso), los crímenes del Levante de los años 90 o una discoteca abandonada que se acaba convirtiendo en el epicentro de todos los eventos de ponen en peligro las vidas de los aventurados chavales. “Teníamos muchas cosas en la cabeza. Hasta nosotros mismos éramos referentes. Hay algo de ese adolescente algo nerd que éramos en los 90 en los personajes”. Si los espectadores quieren buscar pistas, pueden encontrar restos de Quino en Olivia y el director, con García como inspiración de la tenaz Olivia.
“Hay gente que ha visto la serie y me dice que no es verosímil la obsesión de los personajes con Mecano. Se nota que nunca han sido fans de ellos”, bromea un viejo grupi de la banda que llegó a escribir 400 cartas a Los 40 principales para intentar conocerlos. También intentó escaparse a Ronda cuando Madonna vino a grabar un videoclip. Esa obsesión por la cultura pop está muy presente en cada episodio llena de referencias musicales, cinematográficas y estilísticas destinadas a los espectadores que van de los 35 a los 45 años. “No están ahí como una técnica de marketing, es que queríamos hacer algo más generacional. Seguro que se podría hacer esta historia en el presente, pero yo no sé lo que es Tik Tok”, ríe.
De Alcàsser a Stranger Things
Gonzalez Molina cita el cine de Spielberg, Verano Azul, Compañeros o la citada V como referentes más directos. Sin embargo, no se puede entender Paraíso sin el trasfondo de Alcàsser. “Teníamos muy claro que nos interesaba como punto de partida, aunque luego el desarrollo no tiene nada que ver en el tono. No nos llamaba tanto el crimen en sí, sino todo lo que aparecía a su alrededor y la posibilidad de darle una respuesta en clave fantástico”. Aunque el cine español es un referente en el terror desde los años 70, en España siempre ha habido cierto prejuicio con la fantasía. “No estamos acostumbrados a hacer fantástico puro por falta de presupuesto y tradición, y cuando lo haces te comparan con las series americanas”, lamenta abriendo la puerta para el elefante en la habitación de la campaña de promoción de la serie de Movistar+.
Tras la puesta de largo virtual de Paraíso, quedó la sensación generalizada entre la prensa de televisión que la plataforma de streaming quería evitar una inevitable comparación con la serie de Netflix. “A mí me las preguntas me parecen razonables. El trabajo del periodista es preguntar”, admite afable el director y cocreador de la serie antes explicar cómo se había vivido la situación desde el otro lado de la conversación. “Entiendo perfectamente la comparativa y no me molesta en absoluto, porque es una gran serie y un fenómeno en todo el mundo. Simplemente creo que no es justa porque tanto Movistar+ como yo decidimos contar al espectador muy poca información de lo que es realmente la serie”.
El explosivo final del primer episodio de Paraíso, un cliffhanger que cambia las reglas del juego, da la razón a González Molina. “Entiendo que, cuando no sabes más del argumento, puedas hacer la comparación: las dos son de época, están protagonizadas por un grupo de chavales y tienen un elemento fantástico”. El director lamenta la era de sobreinformación que ha llevado a los tráilers a desvelar más información de la necesaria. “Creo que el giro nos lleva a otras series antes que a Stranger Things. Este caso me recuerda a todo lo que se dijo sobre Vis a vis y Orange is the new black. Cuando la gente la vio quedó claro que eran muy diferentes”.
“Ojalá seamos el Stranger Things español y todo el mundo vea nuestra serie y se abra un detalle sobre ella. Lo importante es que la gente llegue a tus historias. Nosotros la hemos hecho para que la vea todo el mundo”, zanja sobre uno de las grandes incógnitas que ha perseguido a la serie en los últimos meses.
Adiós (por ahora) a las adaptaciones
Entre 2011 y 2020, el director estrenó seis adaptaciones de novelas que se habían convertido, antes o durante el rodaje de sus adaptaciones, en fenómenos literarios. “Tenía ganas de hacer algo original. Sentía la necesidad de cambiar”, reconoce el director. González Molina insiste en el orgulloso que está de sus adaptaciones de autores como Federico Moccia, Dolores Redondo y Luz Gabás. “No me arrepiento en absoluto ni me he sentido menospreciado, porque no ha sido así, pero a veces me he sentido fagocitado por los éxitos de otros. Me apetecía dejar de lado las comparativas para hacer algo especial y mío”.
Alfred Hitchcock decía que un director nunca debería trabajar con niños y animales. El director y creador de Paraíso ignoró el consejo del maestro. “Es verdad que se complica el proceso, pero no por ellos, que son actores y son muy buenos. Las horas de rodaje son menos por ley, no puedes rodar por la noche tanto como te gustaría y los niños tienen que seguir estudiando”. A pesar de que hubiera aligerado las condiciones de la producción, Fernando tenía claro que no tenía sentido rodar la serie con niños que no tuvieran la edad de sus personajes. “No quería contar de forma falseada una historia que habla precisamente de ese momento en que eres adolescente y ves cómo toda tu vida cambia. Quería que la mirada de la serie fuera auténtica y para eso necesitábamos adolescentes de verdad”.
El director no se arrepiente y reconoce que está pendiente de que Movistar+ les pida una segunda temporada después de un final de temporada que deja la puerta abierta a una continuación. “Mi objetivo es hacerla. Empezamos a desarrollar el proyecto en The Mediapro Studios. Cuando fuimos a hablar con la plataforma dejamos claro que para que la historia tuviese sentido totalmente necesitábamos hacer más de una temporada. Se quedaban muchas puertas abiertas y hemos dejado algunos de los grandes giros para más adelante”.
Más allá del paraíso
La continuación de la serie no es la única cuenta pendiente que tiene el cineasta. Hace casi diez años dejó escapar la aventura americana. “Te voy a contar la verdad. Me llamaron de Hollywood sobre todo cuando hice Tres metros sobre el cielo y Tengo ganas de ti”. Al director le entró el miedo, confiesa. “Me costaba imaginarme haciendo una película de estudio, sentía que me faltaba algo de experiencia y tampoco era un gran dominador del inglés”. La aparición de Palmeras en la nieve facilitó su decisión. “Justo en ese momento me surgió la opción de hacerla. Entonces era lo más parecido que puede existir en España a rodar una superproducción y no lo dudé”. González Molina espera que el éxito internacional en Netflix de la trilogía del Baztán le abra las puertas de nuevo a un proyecto en inglés. “Ahora estoy preparado”.
Es posible que llegue antes su reunión con su actor fetiche, que no dudó en hacer un guiño a todos los seguidores de Tres metros sobre el cielo en el discurso de agradecimiento de su Goya al mejor actor. “Lo viví con mucha emoción. Luego lo llamé corriendo para hablar con él, pero sobre todo para felicitarle porque creo que le tocaba ya. Se lo merecía por la película de David Victori y por las diez anteriores. Vi las palabras de Mario como una reivindicación del trabajo que habíamos hecho juntos”. Director y actor están deseando volver a trabajar juntos. Después de dos años buscando el proyecto adecuado, todavía no han dado con el adecuado. Mientras llega ese momento, hay un Paraíso en el que podemos reencontrarnos con en el director.
Los tres primeros episodios de 'Paraíso' ya están disponibles en Movistar+. Los cuatro restantes se emitirán los viernes.
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