Una vez han dejado que su trayectoria deslumbre al público y que la luz inunde cada rincón de su filmografía, Javier Calvo y Javier Ambrossi -también conocidos como Los Javis- han querido mirar a la oscuridad cara a cara y asomarse al abismo a través de la pantalla.
Y lo han hecho a través de una historia como la que se narra en La Mesías, una serie que, tras su paso por el Festival de San Sebastián, se estrenará el próximo 11 de octubre en Movistar Plus+.
Aunque es más recomendable atreverse a verla sin saber mucho más y dejando a un lado las referencias y visiones preconcebidas, la serie se sitúa en el preciso momento en el que el vídeo viral de un grupo de música pop cristiana compuesto por varias hermanas llega a la vida de Enric (Roger Casamajor), un hombre atormentado por una infancia marcada por el fanatismo religioso y el yugo de una madre con delirios mesiánicos.
Para celebrar el estreno de esta ficción tan desgarradora, explosiva, reflexiva y poliédrica, y de una serie que sin duda se recordará entre los mejores estrenos del año, SERIES & MÁS | EL ESPAÑOL habló con Javier Calvo y Javier Ambrossi, guionistas, directores y productores de La Mesías en colaboración con Suma Content.
Ambos cuentan cuál es el verdadero origen del proyecto, cuáles fueron las distintas fuentes de inspiración e imaginario del que terminó surgiendo y comentan también cómo se llevó a cabo el proceso de dar forma al personaje de Montserrat (que es interpretado por Ana Rujas, Lola Dueñas y Carmen Machi en las distintas etapas de su vida).
Cuando se anunció el proyecto, muchos pensaron que La Mesías sería un biopic de las Flos Mariae -el grupo musical católico y viral-. Y hasta que no salió el primer tráiler, las opiniones no cambiaron. ¿Cuál fue el punto de partida en realidad?
Javier Calvo: Nosotros miramos mucho a nuestro alrededor. Hay cosas que nos obsesionan y nos gusta incorporarlas a lo que creamos. De alguna manera, la viralidad es una manera de hablar de nosotros mismos y también de las opiniones del resto, de cómo la gente te concibe con sólo verte un minuto en televisión.
Y el encierro que hay en la serie también habla de nosotros, de nosotros como personas LGTB+, de la necesidad de irse de casa, de cómo una película o una canción pueden ser como un virus que se te mete en el cuerpo para que quieras escapar y para que quieras conocer qué hay más allá y descubrir quién eres.
Todo habla de nosotros, a través de pequeñas cosas que vamos viendo en nuestro alrededor. Y un grupo católico, como pueden ser las Flos Mariae, evidentemente es una inspiración, pero al final de lo que hablamos en la serie es de nosotros mismos.
"Hemos explicado bien que esa necesidad de poder lo que oculta es una grandísima decepción contigo mismo".
Javier Ambrossi: Creo que con Veneno la gente ya se sorprendió viendo el enfoque. Quizá la gente esperaba algo más como Paquita Salas, una Veneno desde la parte más lúdica, festiva y divertida. Y podía haber sido así, pero le dimos una vuelta y ahora vuelve a pasar lo mismo.
La gente puede acercarse a la serie buscando algo, pero eso no es lo que va a encontrar. No es una biografía, no está inspirada en hechos reales. Tiene tintes y tiene guiños a historias reales, a cosas que la gente quiere o puede conocer. Pero la gracia de la serie es que es puramente original.
Javier Calvo: Es como lo que se pudo hacer en Elephant, que empezó siendo una tragedia y se le dio humanismo para que nosotros imaginemos qué hay detrás.
La vida del personaje de Montserrat se retrata a través de tres fases distintas y tres actrices diferentes. ¿Qué buscábais contar a través de ella?
Javier Calvo: Una de mis películas favoritas es The Master, de Paul Thomas Anderson. En ella se cuenta el principio de la Cienciología y quién es el creador de la Cienciología, pero lo muestra como un tipo perdido, alcohólico, que conoce a un maestro y que a través de todo lo que aprende de él, encuentra su lugar en el mundo a través de la Cienciología.
Esa persona no es ni sería la más adecuada para ser un gurú, porque es un desastre y es impulsivo. Y esto nos interesaba de los gurús, como lo es Montse. Empiezan un punto radicalmente distinto a lo que sería una gurú y jamás te esperarías que acabara siendo así. Pero es como suele ser. Los que están más en un extremo suelen ser los que se van al otro.
Nos interesan mucho las sectas, también nos fascinaba El Palmar de Troya, [la serie documental]; Wild Wild Country nos voló la cabeza en su momento y quisimos contar esto: ¿de dónde viene la líder de una secta, aunque sea de una secta familiar? Todo surge de esa necesidad de entender y de contar de dónde nace una secta y una líder de una secta.
"Montse es tan consciente de sus propios demonios que tiene volverse radical para que nadie los vea".
Javier Ambrossi: Creo que el personaje de Montse también explica muy bien ese tipo de perfil que se quiere erigir y decir 'Yo soy quien mando. Yo puedo decirte lo que sí y lo que no'. Es como el tipo de político que se pone a intentar señalar cuáles son los derechos que pueden tener y no las personas, lo bueno y lo malo, e intentar tener ese poder. Y creo que hemos explicado bien que esa necesidad de poder lo que oculta es una grandísima decepción contigo mismo.
Montse representa muy bien ese tipo de persona que quería que le hubiera ido bien en la vida, que quería haber sido feliz y libre, que quería haber tenido lo que deseaba. Pero como no lo tiene y tiene un pensamiento de ella tan negativo, se agarra a lo que sea para sentirse poderosa. Eso es lo que tienen en común los líderes que intentan decirle a los demás lo que pueden hacer o no y es que, en el fondo su mirada hacia ellos mismos es muy triste.
Javier Calvo: Los líderes de sectas nunca son ni los más cultos, ni los más católicos -o de ninguna religión-, ni los más espirituales, ni los más perfectos. Y precisamente esa concepción de sí mismos y saber quiénes son en realidad hace que lo tapen más y hace que se vuelvan más radicales y más exigentes con los demás. Ese extremismo es por inseguridad, por saber que es mentira. Ella sabe que no es santa y, como lo sabe, exige más porque no le pueden pillar.
Javier Ambrossi: Montse es tan consciente de sus propios demonios que tiene volverse radical para que nadie los vea. Porque ella sí los ve. Creo que es una explicación bastante cercana a lo que es el radicalismo, que el más radical es justamente el que menos lo es y es justo el que, en el fondo, más libre querría ser. Y ese es el demonio y ese movimiento interno que le dice 'te van a pillar, van a ver que tú en el fondo, eres de otra manera', les hace que sean más y más grandes y que se llenen la boca de más odio y de fascismo también.