Era cuestión de tiempo que los creadores Dani de la Torre y Alberto Marini volvieran a Movistar Plus+ tras el éxito de La Unidad. El siguiente título que presentan es Marbella, una serie que se acerca a una intricada red de bandas criminales que operan en la Costa del Sol. Se estrena el 2 de mayo en la plataforma.
Más concretamente, dentro de este complejo entramado, la serie sigue a César (Hugo Silva), un abogado de éxito afincado en Marbella, el centro de operaciones de una intricada red de bandas criminales que operan en la Costa del Sol. Un entramado complejo en el que se mezclan múltiples nacionalidades, delitos tradicionales y cibernéticos, capos de la vieja escuela y jóvenes que llegan para imponer nuevas normas.
Con motivo del estreno de la serie, Dani de la Torre y Alberto Marini hablaron con SERIES & MÁS | EL ESPAÑOL. Entre otras cosas, comentaron cómo fue nutrirse para plasmar en pantalla una realidad a través de la ficción, o cómo ha cambiado la Marbella de los años 80 hasta el día de hoy.
Con relación a los orígenes de la serie, ¿cómo supisteis que esta era la idea adecuada para enlazar con un proyecto de éxito como era La Unidad?
Dani de la Torre: A ver, yo creo que, por una parte y siendo sincero, yo me enteré de todo lo que sucedía en Marbella a partir del artículo de El País de Nacho Carretero y Arturo Lezcano. Evidentemente, sí que leía cosas sobre el tema, pero no le das la importancia... Yo soy gallego y también sucede esto en Galicia, así que, al final te anestesia un poco la realidad. Pero al leer el artículo y bajar ahí a conocer todo de cerca, pues nos empezó a volar un poco la cabeza, sinceramente.
Y yo creo que también influye, por una parte, que creo que a los españoles no nos gusta nada mostrar nuestras miserias, y menos en series o películas. ¿Por qué? Porque yo creo que todavía no hay esa confianza de ciertos sectores sociales. De hecho, hay un montón de gente que nos está desprestigiando todos los días para que no crezcamos como sector y también socialmente hablando.
Nosotros hemos contado esta historia de Marbella y se han abierto a contarnos cosas tanto policías como abogados, como los propios narcos. Han confiado en nosotros porque han visto La Unidad, han visto que hemos tratado con rigor el tema... Y yo creo que al final se basa en la confianza.
Nosotros somos un ejemplo, como otros muchos de ficción, en los que la gente confía la gente para contarles su vida. Y creo que al final se trata de ir creciendo todos socialmente, porque esa confianza da pie a poder contar una serie como Marbella, tan controvertida y tan delicada.
Hay ejemplos como Narcos, que se adentran en el terreno en países como México o Colombia, pero en España parece que cuesta más, ¿no?
Dani de la Torre: Claro, ya pasó con Fariña, la serie de Bambú. Cuando se hizo la serie, ya estaban trabajando en un libro real. El problema aquí es que se politiza todo y la gente tiene miedo a que le involucren en determinadas cosas. Al final dices 'en tal sitio, ¿quién gobierna?' Y eso influye en que la gente colabore o no, por el miedo a la involucración.
Pero esto también es contraproducente como sociedad. Si hay un problema de narcotráfico en la Costa del Sol, en Marbella o en Galicia, es un problema social. No es un problema sólo político. Y, al final, creo que para crecer socialmente, deberíamos perder el miedo a contar determinadas cosas y dejar de esconderlas bajo la alfombra.
Cuando se anunció el proyecto, pensé en la Marbella de la época de Jesús Gil, pero se muestra una Marbella actual, la del presente...
Dani de la Torre: Claro, es que lo que ocurre ahora es muy bestia. Ahora todo está copado por estrellas del rap y del pop y estrellas del fútbol. Viven allí con sus coches de lujo, sus yates, y son chavales de veintipico años con chándales imposibles. Yo creo que estamos ante gurús absolutos del dinero rápido y del dinero fácil. De alcanzar el lujo lo más rápido posible. Es lo que le ocurre al personaje principal, que quiere llegar cuanto antes.
Estamos en la sociedad de consumo más bestia de la historia. Nos pasa también a la hora de consumir series y películas. En el mundo real todo es un postureo, mostrar una vida irreal. Y eso es un poco lo que es lo que pasa en Marbella, porque Marbella inventó el Instagram antes de que existieran las redes sociales. Eso es un anexo de lo que pasó en los años 80.
Tanto los policías con lo que hemos podido hablar como algunos fiscales nos han dicho que la situación de Marbella, desde el punto de vista de la criminalidad, es mucho peor ahora que en el pasado. Nunca ha habido tanta criminalidad en Marbella como hoy. Las mafias han diversificado y se ha globalizado el tráfico de drogas como se ha globalizado todo. Un alijo de heroína, cocaína o éxtasis puede venir de cualquier parte del mundo. Se buscan la vida para intentar meterlas de todas las formas posibles y tienen un poder económico tan brutal que la policía no tiene medios para combatirlos.
Llama la atención que el protagonista sea un abogado. ¿Por qué no habéis escogido a un policía o al líder de una de estas bandas criminales como el hilo conductor?
Alberto Marini: Nosotros fuimos a Marbella, totalmente vírgenes, sin saber qué historia contaríamos. Hablando con gente de allí, que nos asesoró y que nos guió pues conocimos a un abogado que no cruza la línea, pero que defiende a esta gente. Y vimos que era el nexo entre todas las personas a las que queríamos retratar en la serie.
Habla con los malos, sabe cómo se mueven, sabe qué hacen, lo que no hacen. Se lo cuentan todo a él, habla también con los policías, con los jueces, con la fiscal... Esta figura nos permitía llegar a todos los sitios que queríamos contar y además la tarea de abogado es una tarea interesante porque tiene que ver también con la ética y la moralidad. Para nosotros era un vehículo interesante para poder contar y explicar Marbella a través de su filtro. El de una persona que tiene su moralidad y su código ético, pero que ha decidido defender a los malos.
Dani de la Torre: Y luego también ahí hay un mundo maravilloso. Un mundo de relaciones públicas y un mundo de vender continuamente cosas. Lo mismo te venden una casa que un Ferrari, que una defensa legal. De hecho, tú entras en Marbella y hay tantos carteles de abogados anunciados como de viviendas. Es un sitio súper peculiar, porque eso no pasa en otros lugares. Es más parecido a Las Vegas o Miami que a cualquier otra ciudad española.
Allí la gente vive de vender cosas, sobre todo gente con dinero, con alto poder adquisitivo. Y al final son relaciones públicas, datos. Tú llegas allí y te venden todo. Al final, el código de Marbella es ese, es el código que tiene César, venderte a ti. Aparte de que te está narrando la historia y está intentando embaucar tanto a la policía como a los narcos, como a su familia, como a su hijastra, quisimos darle una vuelta más, y que intentara vender al público también.
Y, en cuanto a los personajes femeninos, ¿qué podéis contarme? Porque no llegan a ser en absoluto ningún 'accesorio', sino que tienen gran relevancia en la narrativa...
Alberto Marini: Bueno, es que es un reflejo de que vivimos en la sociedad de hoy en día. Esta no es una serie del pasado. La sociedad de hoy es así. Y aunque es cierto que los espacios son muy machistas, también valoramos la opción de que el abogado fuera una mujer, por ejemplo.
Sin embargo, nos dimos cuenta de que por la jerarquía, esta gente no le iba a hacer caso. Por eso quisimos que la mujer mandara y le aconsejara qué hacer y no hacer a los otros personajes. Los personajes femeninos pues tenían que estar ahí y tener el relieve, la misma importancia que tienen en nuestra sociedad.
Y son muy diferentes entre sí, porque por ejemplo, tenemos el personaje de Elvira Mínguez, que es la policía incorruptible, y que ya está un poco cansada de esta gente, de que le tiren las investigaciones por los abogados, de que al final el dinero pueda con todo. Y que lucha y que sigue incorruptible hasta el final, ¿no?
Luego está el personaje de Katy, que es un poco lo contrario, que se dejó anestesiar por la vida marbellí y que vive del cuento. Que se adaptó al sistema. Eso hace que choque con su hija, que es más realista y choca un poco con el sistema de vida que tienen sus padres. Quizá ella es la persona más objetiva y cercana al público. Y unos ojos que están viendo un delirio continuo.
Y luego está también el personaje de Anne, que tiene un secreto muy potente y que en la sombra está manejándolo todo. Son personajes con muchas capas y nada accesorios, todo lo contrario.