Puede que ver a una persona trabajar limpiando baños públicos no parezca algo interesante o la trama de una película que a un espectador medio le apetece ver. Pero si el que encuadra una historia así es un director como Wim Wenders, automáticamente se despierta el interés de cualquiera.

Esto es lo que ocurre con Perfect Days, la inspiradora película que se estrenó en cines a principios de año tras una gran acogida por el público y la crítica desde su primera proyección en el Festival de Cannes. Y que además fue nominada a Mejor película extranjera en los Oscars.

Protagonizada por Koji Yakusho (Memorias de una geisha), la película muestra cómo es la vida de un hombre de clase trabajadora. Concretamente la de un limpiador de baños llamado Hirayama, que se despierta y comienza todos los días de la misma manera. Al levantarse de la cama, se pone su uniforme, riega sus plantas y sale por la puerta, sonriéndole al sol que acaba d salir. Hirayama disfruta de su tranquila vida en soledad, le encanta sumergirse en la belleza natural que le rodea y pasa el tiempo libre montando en bicicleta y leyendo libros.

Un día, su sobrina Niko (Arisa Nakano) aparece en su vida y Hirayama se propone  transmitirle su optimismo. Ambos disfrutan de los placeres simples de la vida en una película que poco a poco va revelando algunos detalles más del pasado del protagonista.

Tras su paso por el Festival de Cine de Cannes, Perfect Days ha sido elogiada de muchas maneras, tanto por la interpretación de Yakusho, como por la dirección de Wim Wenders y la inspiradora historia que se narra en ella. Por eso, su estreno en plataformas es una excusa ideal para recuperarla después de su estreno en cines.

Un regreso a lo grande

Tras varios años de películas que no alcanzaron la unanimidad entre la crítica y el público, Wim Wenders ha vuelto con una gran película capaz de poner a todos de acuerdo. Se trata de un filme muy refrescante que, aunque no tenga una trama aparente, sí que muestra una realidad rutinaria con la que el público puede conectar.

La vida del protagonista es repetitiva y monótona, pero se narra de una manera tan hermosa que parece trascendental y alejada del mundo real. El director de Perfect Days encuentra la manera de llegar hasta lo más profundo a través de lo común.

Hasta los espectadores más escépticos con el cine extranjero se sentirán interpelados con esta película, y también se conmoverán con su estética minimalista. La de Hirayama es una realidad que podría ocurrir en cualquier otra parte del mundo y puede que por eso haya llegado tan lejos y sea una película que sobrevivirá el paso del tiempo.