Ya es más que conocida la peculiar manera que tiene Netflix para promocionar sus estrenos. Desde la sutileza hasta la absoluta provocación, la plataforma juega con dobles sentidos en sus numerosos carteles que se encuentran por las grandes ciudades: estaciones de metro, paradas de autobús o incluso un edifico entero suelen ser los objetivos. Esta vez la polémica está servida con la publicidad diseñada para la nueva temporada de Sex Education.
"Querrás tragártela enterita". Con este obsceno mensaje amanece cualquier ciudadano madrileño que recorre la calle de Alcalá. Justo donde se cruza con la Gran Vía, en el edificio del Círculo de Bellas Artes, una única frase, de forma minimalista, promociona la segunda temporada de la exitosa producción enfocada a jóvenes adolescentes.
Sex Education, que se estrena en Netflix este 17 de enero, presenta a un chaval que no es el alma de la fiesta y que sobrevive como puede en los crueles pasillos del instituto, con su cara llena de granos mientras los populares empiezan a disfrutar del sexo y a gritarlo a los cuatro vientos. Lo novedoso de esta narrativa radica en cómo se reflejan las inseguridades amorosas e incluso el desconocimiento de una juventud que no sabe cómo actuar ante la revolución hormonal.
No ha sido el único eslogan empleado por la plataforma de video on demand. "A veces la realidad supera a la fricción", es lo que los viandantes pueden observar en las paradas de autobús. Asimismo, la ciudad de Cuenca cuenta con uno de los lemas más adecuados y sugerentes: "Cuenca, te vamos a poner mirando a Netflix".
La polémica acerca de si son frases irrespetuosas o no son una continuación de la publicidad que la misma plataforma elaboró para el estreno de Narcos. Fue en diciembre de 2016 y Pablo Escobar, interpretado por Wagner Moura, felicitaba las fiestas con un sutil "Oh, blanca Navidad", haciendo alusión a la cocaína con la que trafica el protagonista.