Gente en las calles contra el gobierno. Altercados, tensión y malestar social. La imagen puede ser del telediario de hoy, pero también puede serlo del de hace 10 años. Los ciudadanos en algún momento explotan. Es un síntoma de que el sistema no funciona, que ha desatendido al pueblo. Es curioso que un relato de hace más de un siglo hable de esto, pero así es como ha enfocado su adaptación de Los favoritos de Midas el director Mateo Gil, que lo ha convertido en una miniserie de seis episodios para Netflix que llegan este viernes.
La historia cuenta cómo un empresario de un grupo de comunicación, interpretado por Luis Tosar, recibe el mismo día de su nombramiento una enigmática carta en la que le amenazan. Si no paga una gran cantidad de dinero morirá un desconocido cada cinco días. ¿Cuáles son los valores del protagonista?, ¿hasta dónde llega su responsabilidad como ciudadano? En el reparto le acompañan Marta Belmonte como una periodista de raza, de esas que escasean, y Willy Toledo, que regresa a la ficción española tras muchos años vetado. Él es el policía que investiga el caso.
El actor confiesa a este periódico que ojalá esto signifique que todo eso ha pasado. “No sé si se habrá acabado, pero desde luego sí que es mi primera oportunidad en muchos años de trabajar en mi país, y creo que era cuestión de romper el hielo de una puñetera vez. De que alguien se atreviera a contratarme para trabajar, y creo que ha quedado claro que se puede trabajar conmigo, que no he prendido fuego al plató”, explica con humor, algo que confirma su director Mateo Gil, que destaca el gran ambiente que imprimía en rodaje.
Para Gil, guionista de las primeras películas de Alejandro Amenábar, la clave del relato de Jack London es que era muy actual y muy corto, lo que permitía adaptarlo y agrandarlo. Tiene la sensación de que “en las dos últimas décadas hay un descontento en Europa que surge en explosiones locales o nacionales, como los chalecos amarillos, que han sido mi principal inspiración, y que están delatando que algo no funciona en el sistema tal cual como está montado en esta Unión Europea.
Uno de los dilemas que plantea Los favoritos de Midas es si un empresario puede tener conciencia social o si en cuanto alguien toca poder pierde cualquier contacto con la realidad. Para Willy Toledo “sí que puede haber empresarios así, pero no creo que estén en el Ibex 35, pero habrá alguno con conciencia social que no explote a los trabajadores, que tenga una empresa ecológicamente sostenible, que gane dinero sin necesidad de aplastar a sus trabajadores# pero para eso creo que la única empresa respetuosa con los derechos y libertades de sus trabajadores es necesariamente una cooperativa”.
Las empresas deben ser propiedad de los trabajadores, que son los que la sacan adelante. Es la única forma humana de tener una empresa y que todos tengan una vida digna
“Creo que las empresas deben ser propiedad de los trabajadores, que son los que la sacan adelante, y eso es una cooperativa y es la única forma humana de tener una empresa y que todos los trabajadores tengan una vida digna, que la empresa sea de su propiedad”, añade.
Para el director es curioso que su protagonista, Víctor Genovés, sea percibido como alguien con “conciencia social”, ya que “lo único que dice es que está comprometido con el Estado de derecho, pero no deja de ser un empresario en busca del beneficio, pero uno que cree en la empresa periodística como valor necesario, pero no es ajeno a lo que pueden ser muchos empresarios de nuestro país. Otra cosa, es que los tiempos estén llevando a que esto sea incluso una excepción”.
Ese es otro de los charcos en donde se mete Los favoritos de Midas. ¿Hay prensa libre en España?, ¿se puede informar de forma objetiva cuando un banco tiene la mitad de acciones de tu grupo? Para Mateo Gil es imprescindible que “el cuarto poder vuelva a serlo para que esto no se desmadre como parece que lo está haciendo”, ya que opina que “frente a una deriva política, moral y económica, las empresas periodísticas independientes, o serias, son una de las principales defensas”.
Más explícito se muestra Willy Toledo, que cree que la prensa “ha pasado a ser probablemente el primer poder, porque se ha difuminado tanto entre las empresas que poseen ese medio de comunicación, ya sea a través de préstamos bancarios, o fondos de inversiones o de la publicidad, porque cómo vas a publicar algo contra una empresa que te da beneficios en publicidad”. “Eso se ha convertido en un primer poder para moldear la opinión pública, que como se dice muchas veces, no es nada más que la opinión publicada”.
“Creo que la prensa, y el periodismo es uno de los oficios más hermosos que existen en el planeta, porque sin unos medios independientes no existe la democracia. Son fundamentales para ello y para eso tienen q cumplir con su función de fiscalizar al poder, de investigarlo y de publicar la corrupción y los abusos que se cometen, y creo que eso, en gran medida, ha desaparecido, y ahora en casi todos los medios se trata de apuntalar al poder y a los poderosos, y eso es incompatible con la democracia”, zanja.
Una miniserie que plantea asuntos espinosos, y que llega a la plataforma en un momento donde todo el consumo de películas se hace desde casa, con las salas agonizando y cerrando por la pandemia. Y es que, como recuerda el actor, “el cine siempre está en crisis, pero ahora se ha sumado una crisis global que nos está poniendo las cosas difíciles, como a cualquier otro sector”. “Afortunadamente estas plataformas se han instalado, pero por otro lado me da miedo que se genere una burbuja, porque el capitalismo es tan voraz que cuando encuentra un nicho lo deja yermo”, comenta a la vez que pide que no descuidemos al cine y a los directores.