Netflix desembarcaba este finde semana con uno de sus grandes éxitos, The Crown. La serie es, sin duda, la joya de la corona y la mejor ficción que producen actualmente. Todo el mundo estaba pendiente de esta cuarta temporada, que contaba con el morbo añadido de ver en acción a Lady Di y Margaret Thatcher. Una tanda de episodios que está al nivel de excelencia que siempre tiene la ficción creada por Peter Morgan, y que todos daban por hecho que se convertiría en la serie más vista de la plataforma desde el día de su estreno.
Sin embargo, dos fenómenos se han puesto en su camino y han impedido que se haga con el oro en los primeros días. Uno ha sido la miniserie Gambito de Dama, la producción sobre una joven genio del ajedrez y su lucha contra sus adicciones que es la sorpresa de este otoño en Netflix. Para ella ha sido la plata, pero el oro se ha quedado en España, donde la serie Los favoritos de Midas ha superado todas las expectativas situándose en primer puesto desde su llegada.
La inteligente campaña de promoción, jugando al misterio en lonas y redes sociales, y su atraciva propuesta, han logrado que esta miniserie basada en un relato de Jack London y creada por Mateo Gil -guionista de Tesis y las primeras obras de Alejandro Amenábar- se convierta en un éxito instantáneo. Un thriller muy actual, que además llega en el momento perfecto, ya que habla de las crisis, del estatus quo y de cómo el poder nunca permite que el sistema se rompa.
Todo el mundo se ha puesto a ver esta serie escrita junto a Miguel Barros que cuenta la historia de Víctor Genovés (Luis Tosar), un empresario con cierta conciencia social al que ascienden a director de un gran grupo de comunicación. Según llega recibe una misteriosa carta firmada por Los favoritos de Midas. O paga 50 millones de euros o un desconocido morirá cada cinco días. ¿Están sus principios morales en venta? Todo ello en el marco de unas revueltas en la calle que materializan el malestar de la sociedad contra las élites.
Poder, corrupción, 'fake news', injerencia en los medios… todo eso está en la serie y esas son las claves de esta ficción, que también cuenta con Willy Toledo en el reparto en lo que supone su regreso a la televisión en España tras una ausencia de diez años y el bloqueo de muchas productoras a trabajar con él por las polémicas surgidas por sus declaraciones. El actor explicaba a este periódico que esta era su “primera oportunidad en muchos años de trabajar en mi país, y creo que era cuestión de romper el hielo de una puñetera vez. De que alguien se atreviera a contratarme para trabajar, y creo que ha quedado claro que se puede trabajar conmigo, que no he prendido fuego al plató”.
Parte de ese éxito está en el poder del material original, ese cuento que ahora suena más actual que hace un siglo. Para Mateo Gil la clave del relato de Jack London es que era muy actual y muy corto, lo que permitía adaptarlo y agrandarlo. Tiene la sensación de que “en las dos últimas décadas hay un descontento en Europa que surge en explosiones locales o nacionales, como los chalecos amarillos, que han sido mi principal inspiración, y que están delatando que algo no funciona en el sistema tal cual como está montado en esta Unión Europea".
Los favoritos de Midas funciona como thriller, pero acierta en plantear muchos temas actuales, entre ellos la libertad de expresión y si es posible que un medio lo sea debido a los intereses económicos. ¿Hay prensa libre en España?, ¿se puede informar de forma objetiva cuando un banco tiene la mitad de acciones de tu grupo? Se pregunta la serie. Para Mateo Gil es imprescindible que “el cuarto poder vuelva a serlo para que esto no se desmadre como parece que lo está haciendo”, ya que opina que “frente a una deriva política, moral y económica, las empresas periodísticas independientes, o serias, son una de las principales defensas”.
Una miniserie que culmina con un final abierto que tiene a todo el mundo hablando y comentando, y que de momento no parece que vaya a tener continuación. Pero, quién sabe, quizás el haber dado la sorpresa hace que estos favoritos de Midas regresen para seguir dando guerra.