Es la historia de nunca acabarse. Cada vez que alguien sugiere el nombre de Idris Elba como candidato para suceder a Daniel Craig como James Bond, es fácil encontrarse en las redes sociales o en la sección de comentarios de turno una variación del siguiente comentario: “El agente 007 es blanco. A mí me parece bien que hagan una película con un espía negro, pero… ¿Tiene que ser James Bond? ¿No pueden crear su propio personaje?”. Con Lupin, el primer gran estreno europeo de 2021, Netflix ha conseguido la cuadratura del círculo: usar como reclamo una de las marcas más rentables de la cultura pop francesa desde una nueva perspectiva, la del hijo de un inmigrante negro y pobre obsesionado con las aventuras de Arsène Lupin, la respuesta del país vecino al fenómeno coetáneo de Sherlock Holmes.
Más de cincuenta películas, series de televisión, cómics, videojuegos y obras de teatro habían adaptado en el pasado las peripecias delictivas del personaje creado a principios del siglo XX por Maurice Leblanc. Ninguna de las versiones se había atrevido a retratar a Lupin como un personaje negro, una decisión del showrunner George Kay (creador de Criminal, el experimento internacional de Netflix en varios países de Europa) que va más allá del reclamo promocional de contar con una estrella como Omar Sy (Intocable) para interpretar al popular ladrón de guante blanco.
A pesar de su engañoso título, la nueva Lupin es en realidad la historia de un hombre obsesionado con el suicidio de su padre, un inmigrante senegalés que fue acusado injustamente de robar a su millonario jefe un collar que había pertenecido a María Antonieta. 25 años después del incidente que cambió su vida para siempre, Assane Diop tiene una nueva oportunidad de hacer justicia. Para llevarla a buen puerto, se inspirará en el último regalo que le hizo su progenitor antes de morir: una copia de Arsenio Lupin, caballero ladrón que le acompaña desde entonces.
En el primer episodio de la serie (de un total de diez; los cinco primeros ya están disponibles en Netflix desde el viernes), Kay presenta al personaje a través de un espectacular robo que en realidad es más vistoso por el entorno -una subasta en el Louvre- que por los trucos que se reserva en la manga Assane Diop. Lupin nunca llega a ser tan sofisticada en sus engaños como Sherlock o La casa de papel. A cambio, tampoco deja el rastro de confusión y aturdimiento que a veces acompañaba las aventuras de Benedict Cumberbatch y Martin Freeman, ni exige un constante salto de fe como los planes del profesor. La serie francesa plantea una conspiración de la que surgen misiones resultonas (infiltrarse en una cárcel, secuestrar a un implicado en el caso de su padre) que no caen en el espíritu autoconclusivo del famoso anime Lupin III. Si la serie funciona (lo hará), Netflix podría contar fácilmente una nueva misión de Assane en una hipotética segunda temporada. Por el momento, parece determinada a cerrar las heridas que dejaron 25 años la separación de un padre y un hijo.
El fuerte de esta adaptación descansa en el extraordinario carisma de su protagonista, un Omar Sy que se lo pasa en grande y traslada ese entusiasmo al otro lado de la pantalla, y la habilidad de Kay para acudir al material original cuando le viene bien sin olvidarse nunca de lo que quiere contar en realidad. La estructura de la serie se desarrolla a dos tiempos (contando el plan del Assane adulto y recurriendo a adolescencia como huérfano cuando la historia así lo requiere), siguiendo el esquema que ya utilizaba The Good Doctor en su primera temporada. Aunque Assane y Sy son las estrellas de la función, el resto de personajes son un eficaz completamente al universo del ladrón: ese primer amor que nunca se fue, el amigo del instituto que le ayuda en sus misiones, el policía que detecta desde el principio los paralelismos con Lupin y al que nadie hace caso…
El francés Louis Leterrier -un nombre con experiencia en las historias de atracos con Ahora me ves- es el encargado de presentar el sofisticado, aunque no demasiado original, estilo visual de la serie: es una apuesta solvente y efectista (especialmente en ese primer atraco que derrocha buena parte del presupuesto de la producción de Netflix) que, sin llegar a estar a la altura de la inteligente revisión del personaje, cumple su objetivo: terminar de envolver un atractivo, entretenidísimo y resultón misterio que te arreglará el fin de semana.
'Lupin' está disponible desde el 8 de enero en Netflix.
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