Netflix no gana para disgustos en los últimos días. 100 millones de dólares no han sido suficientes para que Kenya Barris (famoso creador de Blackish y #blackAF para el gigante rojo), olvide sus frustraciones al trabajar con la plataforma de streaming: el guionista y productor ha preferido romper el contrato y recuperar su libertad. Tampoco debía estar muy contento John Boyega. En una situación aún más atípica en Hollywood, el actor de Star Wars y Small Axe ha abandonado el rodaje de la película Rebel Ridge de forma repentina.
¿Qué ha pasado para que se produzcan ambas espantadas de la mayor plataforma de streaming del mundo?
Una renuncia millonaria
Hay que remontarse al mes de enero para abordar los orígenes de la última crisis de relaciones públicas de Netflix. A principios de 2021, Barris decidió que ya no quería seguir trabajando con el servicio de streaming, con el que había firmado un histórico contrato de desarrollo en agosto de 2018. El guionista y productor que había conquistado a la industria por su habilidad para hacer una comedia familiar sin renunciar a un espíritu combativo y relevante iba a recibir 100 millones de dólares por tres años de trabajo. “El matrimonio con Netflix había sido imperfecto”, ha explicado ayer Barris en un elocuente artículo de The Hollywood Reporter.
“No sé si mi voz coincide con la de Netflix. Las historias que quiero contar son algo más atrevidas, más cerebrales, más intelectuales. Netflix se ha vuelto la CBS”, aclara el autor en unas demoledoras declaraciones que comparan a la plataforma con la cadena más conservadora de la televisión estadounidense. La primera serie que desarrolló Barris para el servicio de streaming, BlackAF, no triunfó como esperaban en la compañía. “No funcionó como Madres forzosas”, dijo Netflix al autor.
Según fuentes cercanas a la historia, la compañía le pidió que se hiciera cargo de ¡Papá, córtate un poco!, la comedia familiar protagonizada por Jamie Foxx y su hija. Barris se negó. Netflix tampoco parecía interesado en lo que la otra parte del acuerdo le ofrecía, lamentando que a ellos les ofreciera historias de nicho y con un público potencial limitado mientras el guionista sí hacía concesiones comerciales (como El rey de Zamunda) fuera de la casa que le estaba pagando una tarifa solo superada por Shonda Rhimes y Ryan Murphy. La plataforma también vetó un inminente acuerdo entre aquel y Spotify con un mensaje claro: “bueno, nosotros tenemos un pódcast”.
Al darse cuenta de que la asociación no estaba funcionando, Barris acudió a Ted Sarandos, jefe de contenido de la compañía, con la idea de acabar antes de tiempo su colaboración. El creativo recibió una respuesta elegante y comprensiva por parte del ejecutivo. El autor se ha mostrado agradecido en la entrevista por la inversión que la empresa había hecho con él, permitiéndole experimentar con formatos de comedia como Astronomy Club y produciendo un especial de comedia para Dean Cole.
Desde 2021 el guionista ya no desarrolla más contenido para Netflix, pero sigue al frente de los proyectos que ya estaban en marcha, incluyendo una serie dramática con el rapero 50 Cent y actualizaciones de películas de gran éxito como Los padres de ella y Adivina quién viene esta noche. Lo que no saldrá adelante es New People, adaptación de una novela de Danzy Senna de marcado acento racial que la plataforma decidió ignorar a pesar de ser uno de los proyectos más personales de Barris. Esa negativa fue el principio del fin para la relación entre ambos.
Un abandono sin precedentes
La de Barrys no ha sido la única polémica que ha salpicado a Netflix. A principios de junio se producía una situación sin precedentes en la historia reciente de Hollywood. John Boyega, flamante ganador del Globo de Oro y favorito para el Emmy por su papel en Small Axe, abandonaba repentinamente el rodaje de Rebel Ridge. El actor aludió a razones personales para justificar su abrupta marcha, pero un reciente artículo de The Hollywood Reporter apunta a que la estrella de la última trilogía de Star Wars se había ido voluntariamente. Una de las fuentes incluso explica que la producción descubrió que Boyega se había ido al irse a buscarse a su hotel.
En los días previos a su marcha, el inglés había puesto, presuntamente, problemas al guion y a su alojamiento en el rodaje de un thriller que explora las injusticias sistemáticas que tienen lugar en los Estados Unidos a través de la acción, el suspense y el humor negro. Jeremy Saulnier (Green Room) es el máximo responsable de una producción de 25 millones de dólares, una pequeña cantidad para Netflix que, sin embargo, se saldará con millonarias pérdidas. Después de intentar convencer, sin éxito, a Boyega para que volviera al rodaje, tuvieron que retrasar el rodaje indefinidamente y mandar a casa a los trabajadores hasta que encuentren un nuevo protagonista que se ponga al frente de la película.
Si se confirma que las razones del intérprete para dejar la producción a medias son voluntarias, Netflix no podría reclamar a sus aseguradores una indemnización por las pérdidas del proyecto. Informadores de la industria creen que la plataforma nunca demandaría al protagonista de Attack the Block, pero es posible que la prolífica relación entre ambos se resienta si las informaciones se confirman en los próximos días.
“John y Netflix tienen una relación maravillosa que seguirá creciendo en los próximos años, ya sea a través de sus interpretaciones o a través de UpperRoom”, ha insistido el representante de Boyega. La relación profesional entre la compañía y el actor viene de lejos. En marzo de 2020, ambos llegaron a un acuerdo para que la productora del actor, especializada en películas africanas, creara contenido para Netflix. El inglés rodó a principios de año They Cloned Tyrone, una película de ciencia ficción de Netflix coprotagonizada por Jamie Foxx, y en enero se anunció que protagonizará para ellos The Formula junto a Robert De Niro.
El misterio entorno al actor se ha complicado aún más después de que sus seguidores en Twitter descubrieran que Boyega había perdido la verificación y borrado sus publicaciones de los últimos siete meses. Se desconoce si el ingles está detrás de la pérdida del famoso tick azul o ha sido una decisión de la red social del pajarito.
En los despachos de Netflix, la empresa que más titulares protagoniza en 2021 junto a Disney, la expresión “una de cal y otra de arena” parece formar parte de su día a día. Mientras la relación con Kenya Barris y John Boyega se enfriaba, la plataforma cerraba un nuevo acuerdo de colaboración con Steven Spielberg y Jerry Seinfeld. Dios aprieta, pero no ahoga.
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