Hace 20 años el cine mundial conoció a Julio y Tenoch, los dos ‘charolastras’ que poblaban aquella obra maestra de Alfonso Cuarón llamada Y tu mamá también. O mejor, conocían a dos actores llamados Diego Luna y Gael García Bernal. Su frescura, carisma y talento llegaron para quedarse. Dos décadas después su amistad sigue intacta, y ambos siguen carreras que de vez en cuando se unen.
Diego Luna, por ejemplo, ha llegado a protagonizar una película de la saga Star Wars y hasta prepara una serie sobre su personaje de Cassian Andor. Pero ni sus coqueteos con Hollywood le apartan de su México, sitio al que ha regresado para rodar su primera serie, creada y dirigida por él. Se llama Todo va a estar bien, se puede ver en Netflix y es una comedia con toques dramáticos. O un drama con toques de comedia, como uno prefiera. Una serie en la que desprende ingenio como creador abordando el fin de una relación entre una pareja moderna y que usa para analizar las nuevas masculinidades y las dinámicas sentimentales.
¿Cómo surge la idea de Todo va a estar bien?
Primero fue un guion para cine que no terminó de agarrar forma. Era una reflexión sobre la familia y de alguna manera siento que entonces no estaba listo para contarla. Todo lo que he hecho como director refleja el momento personal en el que estaba y las reflexiones que tenía, y una sobre la familia requería más tiempo, que me pasaran más cosas para poder hacerla en el tono en que me lo propuse.
Precisamente sorprende un tono cercano a la comedia, un tono complejo.
Siempre fue un tono complejo, sí. No diría que es una comedia, pero sí es un drama que tiene mucho humor y que, por momentos, sobre todo por los ojos de la niña, casi tiene un tono de tintes fantásticos. Es difícil encontrar esa mezcla y eso sí me llevó tiempo. Nace de querer reflexionar sobre la familia, de esa que han ido formando mis amigas y amigos, de la que vengo y de la que yo también formé. La figura de la familia parece ya no encajar con esta modernidad que estamos viviendo.
Es una serie que habla de cómo están cambiando las estructuras sociales y cómo las que había no valen.
Tiene que ver con que estamos definitivamente dándonos cuenta que no todas las estructuras nos ajustan a todas y a todos, que deberíamos en términos de libertades ser libres de construir la familia en el formato que nos acomode, y eso para mí es vital. De alguna forma siento que yo, obviamente con mil tropiezos y demás, lo he logrado. He llegado hasta este punto en el que estoy feliz de estar donde estoy y de tener lo que tengo y de ser padre de quien soy padre y familia de quien soy familia. Nos corresponde cuestionarlo.
El tema de la ruptura de pareja, de cómo sobrevivir a eso ha sido muy cinematográfico, ¿por qué sigue interesando tanto?
El tema de las despedidas, de las rupturas, es un tema durísimo, dramático, y por eso perfecto para el cine o la literatura. Crecemos con estas expectativas de la relación idílica, la relación que casi nos sobrevivirá a nosotros mismos y, de pronto, te das cuenta de que no nos enseñan a despedirnos, a decir adiós. No hay ninguna educación emocional al respecto y es la única certeza emocional que tenemos, carajo.
Desde que nací me he dedicado a decirle adiós a gente y a cosas que he amado y sigo amando. Le dices adiós a una etapa de tu vida, a una novia, a una escuela, a una mascota, a familiares, a gente cercana, le dices adiós a unos ideales. Si es lo único que tenemos seguro en la vida, por qué no aprender a hacerlo con amor, con empatía y con respecto. En nombre del adiós nos permitimos que salga lo peor de nosotres. Siento yo que nos toca todo un trabajo en términos de educación, de no construir expectativas que nos pesen y no nos dejen disfrutar de lo que tenemos.
El personaje protagonista muestra cómo hasta en aquellos que creen ser ‘aliados’, hay comportamientos machistas que cuestan erradicar, a pesar de los cambios y la lucha del movimiento feminista...
Ese personaje fue una gran herramienta para reflexionar sobre las masculinidades, de las relaciones laborales y sentimentales y de la necesidad de crear nuevas dinámicas. Todo pasa por saber que tenemos que hacer esa reflexión y por aceptar que lo que nos vamos a encontrar cosas que nos van a apenar muchísimo y que son confrontativas y nos toca entrarle, porque todos hemos normalizado una serie de dinámicas que no están bien, y punto. Hay que replanteárselas.
Qué profunda pereza me da esa gente que sigue diciendo que no es momento. Es que es ya. Y cada quien con sus herramientas y la gente que les rodea. Yo tengo la maravillosa herramienta del cine y de poder hacer personajes muy lejanos a mí, pero que me permiten reflexionar sobre mí, Creo que todos depositamos en este personajes nuestras preguntas y nuestros miedos. El cambio da miedo cuando las cosas han funcionado bien para ti, el miedo al cambio es egoísmo puro.
No nos enseñan a despedirnos, a decir adiós. No hay ninguna educación emocional al respecto y es la única certeza emocional que tenemos, carajo
Se cumplen 20 años del estreno de Y tu mamá también, la película de Alfonso Cuarón que marcó a una generación, ¿qué ha significado para ti?
Hacía el final de la serie hay unos guiños y unos bonitos homenajes a Y tu mamá también. Es una cosa que ha ido creciendo, no solo la película, también porque muchas de las relaciones que hice ahí, que han sido fundamentales en mi vida. Por ende, va creciendo el significado de la película conforme pasan los años. Todo lo que pasó alrededor de esa película es imposible de terminar de definir. Fue muy importante para mucha gente y eso es recíproco. Los que la hicimos también vivimos un proceso profundamente aleccionador, divertido, difícil y riguroso en términos de trabajo. Fue muy gratificante. Pocas películas celebran sus cumpleaños, eso es una cosa muy chingona.
Te dan un premio Platino a toda tu carrera, ¿lo sientes como un punto de inflexión o como una muestra de madurez?
Es interesante la concepción de qué hace una carrera exitosa. Siempre he dicho que la gente que tiene una muy buena película ya es de una importancia supina. Un director que hace una película que te mueve, te cambia y te transforma, ya para mí es alguien que es importante. No entiendo muy bien por qué me dan el premio, pero me da muchísimo gusto. Las carreras no son de tiempo, sino de qué haces con tu tiempo. Yo empecé hace mucho tiempo, tenía seis años y ya llevo más de treinta trabajando en esto. También creo que hay una tendencia, un interés de hacerme sentir viejo, pero no lo van a conseguir.
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