A Netflix se le acumulan las crisis de relaciones públicas en los últimos meses. La última de ellas, la guerra abierta entre la compañía y parte de su plantilla por el estreno de un controvertido especial de comedia de Dave Chappelle que ha recibido acusaciones de transfobia, ha tenido consecuencias colaterales y reveladoras sobre las métricas de la plataforma. Una filtración de un trabajador de la empresa -despedido de forma fulminante por desvelar información confidencial- a Bloomberg ha sacado a la luz datos internos sobre los visionados de El juego del calamar.
La publicación de los números ha confirmado lo que siempre se intuyó, que Netflix tiene mucha más información sobre el consumo de sus series de las que hace llegar a los medios de comunicación y sus seguidores en redes sociales. El 13 de octubre presumían del histórico lanzamiento de la ficción surcoreana: 111 millones de cuentas habían visto al menos dos minutos de El juego del calamar desde su lanzamiento el 17 de septiembre. Sin embargo, el informe publicado ha dado a conocer los datos reales de consumo a pesar de que un abogado de Netflix dijera a la cabecera que sería “inapropiado” que se hicieran públicos esas informaciones.
La filtración reveló que el 89% de la audiencia había visto al menos 75 minutos de la serie (en otras palabras, más de un capítulo). El 66% de esos 111 millones de cuentas habían terminado ya de ver los nueve episodios en los 23 días que habían pasado desde su estreno. En total, 87 millones de cuentas habían visto íntegramente El juego del calamar, un dato extraordinario que supera incluso el anterior y virtual récord de Los Bridgerton: 82 millones de cuentas vieron dos minutos de la serie durante sus cuatro primeras semanas en el aire.
'El juego del calamar' | Tráiler | Netflix
En total se han visto más de 1.400 millones de horas del thriller creado por Hwang Dong-hyuk. Siempre según datos de Netflix, por supuesto. Los números de Nielsen, el único medidor oficial de las audiencias de streaming en Estados Unidos, llegarán en los próximos días. Otro dato que ha desvelado el informe es que la producción de El juego de calamar solo ha costado 21,4 millones de dólares. La compañía ha estimado que la serie le reportará alrededor de 900 millones de beneficios. Esta cifra no se estima de forma directa, pero refleja el sistema con el que el servicio de streaming determina qué aportación hace a la empresa cada uno de sus contenidos.
A pesar de que los datos del fenómeno cultural asiático son extraordinarios, la opaca política de transparencia sobre el consumo de sus series y películas ha impedido a la compañía dirigida por Ted Sarandos revelar hasta qué punto El juego del calamar ha sido un éxito sin precedentes. Era un secreto a voces que las plataformas tienen mucha más información sobre el consumo de sus contenidos de los que hacen llegar a la opinión pública, pero el polémico artículo ha puesto por fin números a las hipótesis.
La conclusión que deja la filtración es clara: si Netflix, evidentemente, sabe cuántos espectadores van más allá del primer episodio de una serie o qué porcentaje de la audiencia ha terminado una temporada, ¿por qué el criterio público sobre el consumo de sus contenidos se limita a unos irrisorios dos minutos?
'Jupiter's Legacy' fue un fracaso, pero no hay cifras sobre su consumo.
Es más lógico, aunque igualmente debatible, que la compañía se limite a dar exclusivamente información sobre los títulos que han funcionado bien. A día de hoy, la rápida cancelación de la carísima Jupiter’s Legacy es lo más cercano que hay a una confirmación de sus, supuestamente, desastrosos datos de audiencia. Este informe hace aún más difícil de aceptar y entender los datos que comparte Netflix con medios y fans desde años.
A finales de septiembre, la compañía publicaba por primera vez un listado con las series y películas más populares durante su primer mes en la plataforma. Para anticiparse a los problemas que había tenido Disney+ con Scarlett Johansson, Sarandos aprovechó una charla durante la Code Conference para arrojar algo de luz sobre el consumo de sus productos estrella. No ha pasado ni un mes desde entonces para dejar claro que aún queda mucho camino por recorrer.
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