Dos hermanas adolescentes descubren que sus padres pueden estar detrás de un terrible crimen que ha dejado 23 cadáveres a su paso. En la nueva serie de Netflix hay criaturas extraterrestres, sectas religiosas y puertas a otros mundos. Todo ello sucede en Feria, un pequeño pueblo de Andalucía. Ya no hace falta recurrir a la literatura, el cine o la televisión anglosajona para asistir al encuentro entre lo humano y lo fantástico. La ficción española ha abrazado el género de lleno con la nueva apuesta de Agustín Martínez (La caza) y Carlos Montero (Élite, El desorden que dejas), creadores de la primera gran apuesta de ficción de la plataforma de streaming en 2021, una historia que nace con vocación de continuidad y que transcurre a dos tiempos: 1975, poco antes de la muerte de Franco, y 1995, cuando la proximidad del milenio acercó al mundo al fanatismo.
Si el iMDB no me engaña, empezasteis trabajando juntos en Al salir de clase. ¿Cómo ha sido reunirse después de tantos años?
Carlos: Muy chulo, la verdad. A los dos nos apetecía mucho volver a trabajar juntos. En cuanto tuve mi contrato de exclusiva con Netflix pensé en Agustín para desarrollar una serie con él. Quedamos, aunque no habíamos perdido nunca el contacto y seguíamos viéndonos a pesar de volver a trabajar juntos. Le pregunté si tenía alguna idea que tuviera muchas ganas de desarrollar y me enseñó un primer esbozo de Feria.
Agustín: Nos conocimos desde la facultad. Carlos me dio mi primera oportunidad. Me consiguió mi primera prueba en Al salir de clase, donde él estaba trabajando haciendo las escaletas. Después hicimos juntos Maneras de sobrevivir y ya no volvimos a coincidir porque siempre estábamos haciendo cosas. Feria ha sido un feliz reencuentro.
Agustín, se nota que Feria es una serie importante para ti. Has escrito o coescrito todos los episodios. ¿Cuál era la idea original antes de que Carlos se sumara al proyecto?
Agustín: Lo que tenía sobre todo al principio era el mundo de la secta y el comienzo de la serie. Toda la idea de culto de la luz y la mitología que había detrás. Cuando llega Carlos le dimos un enfoque nuevo y lo desarrollamos todo a partir de las dos hermanas, que era algo que no estaba o yo lo había pensado de una forma muy distinta. He escrito dos episodios con Mikel Santiago, un escritor de novela negra que se estrena en Feria como guionista, y el resto los hice yo.
Habéis hecho cosas muy distintas en vuestras carreras, pero Feria se adentra en el fantástico como pocas series españolas lo han hecho antes. ¿Cómo ha sido desarrollar una serie que, seguramente, hace años no se podría haber hecho en España?
Carlos: Hemos disfrutado mucho. Queríamos estar a la altura de lo que exige el género. Para los dos era muy importante que cada vez que aparecieran los elementos fantásticos que tenemos diera la talla. Ya no vale hacer solo series para España o contentarse con eso de “qué bien está para ser español”. Ya estamos compitiendo en un mercado global y tenemos que hacerlo igual de bien que se hace fuera. Contar con gente como El ranchito para hacer los efectos era fundamental. También hemos descubierto lo laborioso y lo difícil que es. Cada semana había que ir viendo cómo avanzaba toda la parte técnica, y todo eso lo sabe mejor Agustín que yo.
Agustín: Ha sido un proceso muy largo. Parece que las historias de género son una novedad, pero a mí es una cosa que me ha apasionado desde el principio. En otro tipo de historias siempre he intentado explorarlo, pero en las series sí que era muy complicado porque estábamos en un mercado muy generalista. La llegada de Netflix ha abierto las puertas en ese sentido y ha abierto las puertas a un género que no se podía hacer en una cadena generalista como Telecinco o Televisión Española. Al surgir esa oportunidad, nos hemos podido embarcar en Feria, una historia ambiciosa y que encima tiene un peso de efectos importante. Tenías que encontrar a alguien que se atreva a hacer el viaje y lo hemos encontrado en Netflix.
Carlos, Élite apostáis por la deslocalización. Pasa en España como podría pasar en cualquier otra parte del mundo. Feria es todo lo contrario y vemos de fondo hasta la muerte de Franco en uno de los episodios. ¿Estaba claro desde el principio que queríais hacer algo 100% local?
Carlos: Nos apetecía mucho el reto de hacer algo muy fantástico pero que tuviera unas raíces muy, muy españolas. Es una de las cosas de las que más orgullosos estamos, cómo conviven esos dos mundos y creemos que funcionan muy bien. Para nosotros era muy importante el acento andaluz, la tierra y todos esos detalles para que viéramos luego el contraste entre ese universo y los bichos fantásticos de otro mundo. Si hacíamos un universo muy neutro, más internacional a lo Elite, el choque con el mundo de la fantasía iba a ser más impactante.
Agustín: Queríamos abordar el género desde lo local. Hay que creerse que ese género fantástico puede suceder también en España.
Carlos: Pasa una cosa, y es que igual no nos damos cuenta como españoles que somos. Stephen King no puede ser más costumbrista. El cuando está retratando Maine también nos está enseñando sus costumbres. En ese sentido es lo que queríamos hacer nosotros. Construir una mitología de personajes que estuviera muy apegada a la tierra, como se hace en el fantástico americano.
Austin: Faulkner decía siempre que cuanto más local, más universal eres. Lo que no queríamos hacer era un trasunto de una peli americana, sino enfrentarnos al fantástico desde nuestras raíces y nuestras costumbres.
El entorno en La caza y en El desorden que dejas era muy importante. ¿Por qué Andalucía era el mejor lugar para ambientar Feria?
Agustín: Andalucía estaba en el proyecto desde el principio. El pueblo en el que se ambienta siempre fue la imagen de la serie. Fue por varios motivos. En Andalucía hay una conexión muy fuerte con la religión, tenemos muy normalizado ese apego, que era algo que tenía mucho que ver con el fantástico que nosotros planteamos. Eso nos parecía muy realista dentro de Andalucía. También queríamos jugar con ese mundo de luz y oscuridad, esa dualidad que tiene la secta. Buscábamos partir de un pueblo muy blanco, luminoso y radiante como es el pueblo de Feria, e ir jugando con la oscuridad que va apareciendo durante la serie.
Durante muchos años hemos vivido anclados en la nostalgia de los años 80, también en España. Ahora tenemos historias como Paraíso, El año del descubrimiento y Feria que nos llevan a los 90. ¿Qué os daba creativamente esa década?
Carlos: La década de los 90 nos permitía creernos más ese mundo de sectas. Fue un momento en el que proliferaron mucho en España. También nos gustaba que no hubiera internet o móviles. Eso aísla mucho más a los personajes y limita la información a la que tienen acceso. Era algo vital para creernos ese universo. También nos permitía jugar con la música de la época, nos molaba usar esas canciones de grunge que suenan en Feria.
Agustín: Creo que también hay una cuestión generacional de la gente que está escribiendo esas historias. Nuestra adolescencia pasó en los 90 y esos primeros recuerdos nos llevan a esa época. Pero sobre todo, como decía Carlos, nos gustaba esa sensación que había en el ambiente de fin de milenio y que ayudó a que aparecieran muchas sectas y se hicieran suicidios colectivos. No creo que Feria sea una serie que viva de la nostalgia, no estamos sacando detalles de la época por sacarlos. Es el ambiente en el que se mueven los personajes.
Hay imágenes muy poderosas en la serie. Hay escritores que cuentan que escriben desde las imágenes. ¿Fue el caso de Feria?
Agustín: Desde el principio estaba el lago, el suicidio colectivo, un momento en el que algo sale de la boca de un personaje… Había una serie de imágenes que eran fundacionales de la serie. A partir de esos momentos, iban surgiendo ideas de trama.
Carlos: Tuvimos mucha suerte con los directores, Jorge Dorado y Carles Torrens, porque nos entendieron muy bien y conectaron rápidamente con nuestras obsesiones. Compartimos los mismos referentes e inquietudes y todo eso ayudó mucho a poner en imágenes las ideas de la serie.
La pasada semana se publicaba que España era el cuarto país del mundo del que más contenido se consumía en Netflix. ¿Qué crees que ha pasado para que seamos ahora una potencia mundial en ficción?
Carlos: Cuando dices estas cosas siempre pareces muy arrogante, pero creo que en España hemos hecho las cosas muy bien durante mucho tiempo. Nos faltaba tener una proyección internacional para poder contar otro tipo de historias. Estábamos muy vendidos a la tele generalista y te tenías que adaptar. Aprendimos mucho a hacer las series para el público, nos las hemos creído, y cuando hemos tenido la oportunidad de tener más dinero y llegar a otros nichos, nos hemos sabido adaptar muy bien.
Agustín: La televisión tiene una industria muy potente, no solo desde el punto de vista de los creadores de series que han podido por fin el espectro de las historias, pero es que a nivel técnico hay gente muy buena. En dirección, en fotografía... todo el equipo técnico. Nosotros hemos trabajado con El Ranchito en Feria y son unos cracks a nivel internacional. Todo eso ha permitido que ahora podamos hacer series que están al nivel de las producciones inglesas o americanas.
Carlos: También ha influido que estábamos tan constreñidos por lo que se podía hacer que teníamos muchas ganas de poder contar otras historias. Eso explica la explosión que ha habido: ahora nos dejan, vamos a demostrar lo que podemos hacer. Llevamos fantaseando con hacer series como Feria desde que yo conozco a Agustín, pero estábamos a hacer cierto tipo de series de las que estamos orgullosos, aunque de otras no tanto. Todos los que llevamos 20 años haciendo esto estábamos deseando poder tener estas oportunidades.
Y de poder hacer un episodio de la temporada estaba ambientado casi íntegramente en el pasado y rodado en blanco y negro.
Carlos: Precisamente estaba viendo el otro día ese capítulo y llamé a Agustín para decirle: “joder, qué bien está este episodio”. Mira que me lo sé memoria, pero me volví a enganchar. Da mucho orgullo poder hacer este tipo de cosas y que haya quedado tan bien construido.
Agustín: Son esas cosas que siempre veías y te gustaría hacer, como The Leftovers, Watchmen o cosas así. Tiene una libertad de estructura muy grande que se permite en este tipo de historias y nos dimos cuenta de que en Feria se podía hacer algo así. Era arriesgado hacer un capítulo en mitad de la historia que es prácticamente entero un flashback en blanco y negro, pero nos quedamos muy contentos con él.
La temporada acaba por todo lo alto. ¿Estáis trabajando ya en una segunda temporada?
Carlos: Estamos ya con los guiones. Es una serie cara y tendrá que funcionar para que haya una segunda temporada. Pero sí, estamos ya en ello.
La primera temporada de 'Feria' ya está disponible en Netflix.
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