Desde que el destino quiso sentarlas juntas al final de la clase, Las de la última fila se volvieron inseparables y cada año celebran su amistad con un viaje, con un viaje que les cambia la vida un poquito cada vez. Sin embargo, esta vez será diferente porque una de ellas tiene cáncer y empieza su primer ciclo de quimio al final del verano.
De esta manera, tan directa comienza la primera serie de Daniel Sánchez Arévalo (AzulOscuroCasiNegro, Diecisiete) -que llega el 23 de septiembre a Netflix-, donde además se ha atrevido a explorar el universo femenino por primera vez en pantalla. En ella volveremos a encontrar la mezcla de ternura y comedia que tanto caracteriza a su lenguaje audiovisual y que ya identificamos con su manera tan personal de hacer cine.
Con todo el cariño y la empatía que se podía esperar de él, Sánchez Arévalo se embarca en un viaje del que todos querremos formar parte y nos presenta a cinco amigas treintañeras que como siempre se van de viaje todas juntas en verano. Este año las circunstancias son distintas y todas deciden raparse el pelo, marcándose como objetivo principal pasárselo lo mejor posible y disfrutar de todas aquellas cosas que hasta ahora no se habían atrevido a hacer.
Sin caer en la banalidad, el creador de esta historia nos lanza una gran pregunta a los espectadores y a las protagonistas, que reflexionan sobre qué harían si supieran que les queda poco tiempo de vida. Así es como cada una propone un desafío de forma anónima que todas las del grupo tendrán que cumplir durante el viaje.
Algunos de los retos les parecerán una locura, pero “lo que pasa en la caja se queda en la caja” y solo es el pequeño paréntesis que tanta falta les hacía para desconectar de la rutina. Sin embargo, lo que han escrito se convertirá en algo más que un trozo de papel y después de ese viaje su vida no será igual que antes de subirse al coche.
Tal y como ocurre en todas las historias escritas por Daniel Sánchez Arévalo, Las de la última fila también está impregnada de ternura y mimo y es capaz de alcanzar un equilibrio perfecto entre el drama y la comedia que nos mantiene en vilo hasta el final.
Su sello propio hace crecer a todas las historias que escribe y aunque esta misma huella nos haga sentir vulnerables como audiencia por los temas que se tratan, al mismo tiempo, nos querremos quedar, porque Las de la última fila es un lugar seguro que nos encantará haber visitado.
Siguiendo un ritmo muy intenso que se compensa con el humor, la serie nos recuerda constantemente cuál es la razón por la que los personajes hacen el viaje este año, presentando un tema doloroso y complejo de abordar de una manera muy clara y desde una perspectiva que difiere de lo trivial y lo banal.
De hecho, el balanceo constante entre la emoción y la diversión de la miniserie serán el impulso que las protagonistas necesitan para vivir su vida intensamente y para plantar cara a todos los miedos y problemas de los que siempre habían huido.
La receta es perfecta, pero transformarla es otro cantar y Las de la última fila no habría tenido el mismo resultado de no ser por sus actrices protagonistas Itsaso Arana, Mónica Miranda, Maria Rodríguez Soto, Mariona Terés y Godeliv Van den Brandt, que han vivido este viaje tan emocionante casi al mismo tiempo que los personajes a los que interpretaban. Su talento es tan desbordante que traspasa la pantalla y conecta con cualquier espectador a través de las mujeres tan diferentes a las que están interpretando.
Sin este grupo tan ideal de actrices, este retrato tan puro de la feminidad y sus diferentes facetas no habría sido posible y es realmente hipnótico ver la magia que son capaces de crear entre todas y la química que se ha generado entre ellas. Gracias a ellas querremos transportarnos hasta Cádiz para vivir esta aventura, aunque esto implique tener que afrontar quiénes somos en realidad.
Hasta prácticamente los últimos minutos no sabremos cuál de las cinco amigas es la que tiene el cáncer -y de hecho las propias actrices tampoco lo supieron hasta que no tuvieron que rodar el final-, pero este hecho es lo de menos. Lo que importa en Las de la última fila es el trayecto y quiénes lo recorren, porque pase lo que pase, todas llegarán hasta el final y seguirán estando las unas para las otras. Ha sido un placer poder viajar con todas ellas y Daniel Sánchez Arévalo.
'Las de la última fila' se estrena el 23 de septiembre en Netflix.