"Nadie va a tener interés en tu historia después de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro". El tiempo ha demostrado que el productor que le respondió así a Yusra Mardini estaba equivocado, seis años después, Las nadadoras, la película basada en la odisea personal de esta refugiada siria, se ha estrenado en Netflix.
La historia de las hermanas Mardini saltó a los titulares de la prensa internacional en la primavera de 2016, cuando el Comité Olímpico Internacional anunció la creación de una nueva delegación en los juegos que se celebrarían en Brasil: un equipo olímpico de atletas refugiados. Yusra estaba entre los 43 candidatos que aspiraban a una de las plazas que competirían oficialmente ese verano y fue uno de los diez atletas seleccionados.
Varios productores contactaron con ellas, interesados en hacerse con los derechos de su historia para llevarla a la pantalla, ofertas que las hermanas rechazaron una tras otra, porque la nadadora había visto cómo se cumplía un sueño que parecía imposible y necesitaba centrarse en la competición.
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Nadaron para sobrevivir
Cuando la casa de la familia Mardini fue destruida en la guerra civil siria, las hermanas Yusra y Sara decidieron huir. En agosto de 2015 se embarcaron en un viaje de 25 días a través del Líbano, Turquía y Grecia, pasando por los Balcanes y Europa Central, hasta llegar a Alemania.
En ese periplo no solo lograron esquivar a las autoridades fronterizas antes de llegar a su destino para pedir asilo, también la muerte. La embarcación que debía llevarlas de Grecia a Alemania estaba diseñada para acoger a 8 personas, pero a bordo había 18 y debido a la sobrecarga, el motor dejó de funcionar en medio del mar Egeo.
Totalmente a la deriva, las dos hermanas decidieron lanzarse al agua y tirar de la embarcación hasta Lesbos junto a otras dos personas que también sabían nadar. Después de una travesía de tres horas y media, el grupo consiguió llegar sano y salvo a la orilla. Desde allí, Yusra y Sarah viajaron a pie hasta Alemania.
En cuanto se instaló en el campo de refugiados en los alrededores de la capital germana, Yusra preguntó por la piscina más cercana para retomar los entrenamientos que tuvo que interrumpir con el inicio de la guerra civil en Siria. No tardó en llamar la atención de los técnicos del club Wasserfreunde Spandau 04 de Berlín, que la incluyeron en su grupo de entrenamientos.
Unos meses después. Yusra estaba entrenando para competir con en el primer equipo de refugiados en unas Olimpiadas, una hazaña que era impensable cuando estaba en medio del mar nadando por su vida. Yusra Mardini compitió en los 100 metros libres y en los 100 metros mariposa en Río de Janeiro y volvió a hacerlo en los juegos de Tokio, donde decidió volver a competir con el equipo de refugiados a pesar de haber cualificado para la delegación siria.
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Dónde están ahora las hermanas Mardini
Aunque la prensa del momento convirtió a la nadadora olímpica en un símbolo de heroísmo y superación, las hermanas vivieron muchas experiencias xenófobas y de rechazo hasta llegar a donde están ahora, a y reconocen que al principio les costó aceptar la etiqueta de refugiadas porque está asociada a mucha discriminación.
"Esperamos que todo el mundo entienda que es fácil pero necesario ayudar a los refugiados. Hay suficiente espacio en este planeta para todos.
Las hermanas siguieron caminos diferentes después de llegar a Alemania. Sara dejó la natación debido a una lesión en el hombro y regresó a Grecia para ayudar a otros refugiados como activista. Yusra continuó nadando a nivel profesional y se convirtió en la embajadora más joven de la agencia de la ONU para los refugiados.
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La película de Netflix
En Las nadadoras, las Mardini están interpretadas por Nathalie y Manal Issa, hermanas en la vida real, y Yusra sirvió como doble en las escenas de nado de la actriz que la interpreta. Sally El Hosaini dirige y coescribe el guion junto a Jack Thorne (La desaparición de Kiri, The Virtues, La materia oscura).
"La historia de Yusra y Sarah Mardini representa uno de los pocos finales felices entre la comunidad de refugiados sirios, tan marcada por horribles historias de dolor y sufrimiento", dijo la directora de la película en una entrevista en Forbes, en la que revela que introdujo algunos elementos de ficción en la historia para "representar también al 99% de los refugiados que no tienen ese final feliz".