La chica de nieve es todo un éxito en Netflix. Después de convertirse en un fenómeno literario, las páginas escritas por Javier Castillo cobraron vida en pantalla y también lograron cautivar al público, batiéndo incluso un récord y convirtiéndose en el mejor estreno de una serie española en la plataforma con 31,83 millones de horas vistas.
Introduciendo algunos cambios en la trama para aportar una mayor veracidad a la historia, los que hayan leído la novela notarán que la serie viaja desde Nueva York a Málaga, optando por situar la historia en la ciudad andaluza.
Una vez allí, comienza la narración en la noche más mágica del año, durante la cabalgata de los Reyes Magos. Sin embargo, para la familia Martín acabará tornándose en pesadilla cuando su hija Amaya desaparezca entre la multitud.
Miren (Milena Smit), una periodista en prácticas, comienza una investigación paralela a la de la inspectora Millán (Aixa Villagrán) que despertará aspectos de su pasado que habría deseado olvidar. Con la ayuda de su colega periodista Eduardo (José Coronado), Miren no parará hasta encontrar a la chica.
Una de las cosas que más confianza generó a los lectores cuando se anunció la adaptación televisiva fue que el propio Javier Castillo supervisaría el proyecto, aunque fuera sin inmiscuirse en las labores creativas más directas y sin influir en el trabajo de los actores.
De hecho, la propia Milena Smit reconoció que "no trabajaron juntos para la construcción del personaje". La actriz quiso recalcar que "al ser una adaptación de la novela de ficción, hay muchas cosas que son diferentes en la serie y que obviamente el espectador se dará cuenta".
"Había varias cosas que teníamos que hacer más realistas en cuanto a ficción, al personaje, y eso lo trabajamos más con el equipo de directores de la serie", concretó la actriz, queriendo enfatizar en el verdadero papel del autor en el proceso.
"Sí que es verdad que de vez en cuando nos encontrábamos en el rodaje y aprovechábamos para sentar las bases, de dónde viene el personaje, a dónde va, cómo va a cambiar, etc. Yo le preguntaba algunas dudas y él también me daba bastante información para luego usarla a favor del rodaje".
Milena Smit también supo ver la importancia que tiene interpretar a un personaje como el de Miren, una mujer que intenta aprender a vivir con el estrés postraumático y que encuentra algo de motivación y una vía de escape en su trabajo. Al final, ayudar a encontrar a Amaya puede servir a la protagonista para ayudarse a sí misma.
"Desde el punto de vista del actor, ha sido un reto maravilloso. Siempre es muy agradecido para un actor contar este tipo de historias, darles visibilidad, poder utilizar todas las herramientas y técnicas posibles para perderse en un universo oscuro, empatizar con los traumas del personaje, vivirlos en su propia piel y poder dar al espectador una imagen lo más realista y lo más cercana a la experiencia real posible", describía Smit sobre el trabajo de interpretar a la protagonista de la serie.
"Siempre desde el respeto, ya no solo hacia las personas que pueden haber pasado por eso, sino también porque estás tratando con un personaje que ha sido escrito por alguien, ya sea Javier Castillo o un guionista. Al final, es alguien que ha estado mucho tiempo dedicándole una parte de su imaginación a construir un personaje con ciertos valores, con una personalidad concreta, con unas características muy específicas", añadió.
La actriz opinó que todos los personajes tienen sus luces y sus sombras y que "lo mágico de esta historia es que puedes empatizar con todos los personajes, hasta con el secuestrador".
"En un momento dado, la inspectora Millán le dice a mi personaje 'si traspasa ciertas líneas, iré a por ti'", especificó la actriz, conectando la ficción con la realidad. "He visto muchas veces que hay víctimas que se convierten en verdugos por querer tomarse la justicia por su mano y este tipo de historias muestran que, al final, ni los buenos son tan buenos y los malos son tan malos".