"No digo que seas Cleopatra, pero de alguna manera compartes su historia y estás conectada a ella". Con estas palabras comienza a narrar Tina Gharavi (I Am Nasrine) el que fue su viaje hasta embarcarse en la dirección de La reina Cleopatra, un docudrama que se estrenará en Netflix el próximo 10 de mayo y que llega a la plataforma envuelto en polémicas.
En él se cuestiona el hecho de que una actriz negra como Adele James pueda interpretar a la que fue la mítica faraona de Egipto del siglo I a. C., alegando que este personaje histórico no era de origen africano.
"El verano pasado, vivía en Venice Beach y había decidido, debido a la persistencia de un amigo, visitar a un adivino. Siempre he sido una escéptica, pero acepté ir y lo que me dijo me hizo poner los ojos en blanco", contaba la directora nominada en Sundance y los BAFTA, recordando en exclusiva para Variety la conexión que estableció entre ella y la faraona de Egipto.
La cineasta cuenta que, menos de un mes después, le llamó la productora que estaba rodando Reinas de África: Njinga junto a Jada Pinkett Smith y que la "contrataron para dirigir cuatro episodios de un documental dramático sobre la vida de la controvertida líder".
"Recuerdo cuando era niña y vi a Elizabeth Taylor interpretar a Cleopatra. Me cautivó, pero incluso entonces, sentí que la imagen no era la correcta. ¿Era su piel realmente tan blanca? Entonces, con esta nueva producción, ¿podría encontrar las respuestas sobre la herencia de Cleopatra y liberarla del yugo que Hollywood había puesto sobre su imagen?", se preguntaba Tina Gharavi.
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La fase de documentación
"Nacida en Irán, soy persa, y la herencia de Cleopatra se ha llegado a atribuir a los griegos, los macedonios y los persas. Los hechos conocidos son que su familia de origen griego y macedonio -el linaje ptolemaico- se casó con la dinastía seléucida de Asia occidental, y que estuvo en Egipto durante 300 años", quiso situar Gharavi.
"Cleopatra estaba a ocho generaciones de estos ancestros ptolemaicos, lo que hace que la posibilidad de que fuera blanca sea poco probable. Trescientos años después, podemos decir con seguridad que Cleopatra era egipcia. No era más griega o macedonia que Rita Wilson o Jennifer Aniston", declaraba.
"Investigando, me di cuenta del acto político que sería ver a Cleopatra interpretada por una actriz negra. Para mí, la idea de que la gente se había equivocado tanto antes -desde [las interpretaciones de] Theda Bara hasta Monica Bellucci, y recientemente, con Angelina Jolie y Gal Gadot compitiendo para interpretarla- significaba que teníamos que hacerlo mejor", opinó la directora.
"Comenzó el proceso de encontrar a la artista adecuada para llevar a Cleopatra al siglo XXI", siguió diciendo. ¿Por qué Cleopatra no puede ser una hermana melanizada? ¿Y por qué algunas personas necesitan que Cleopatra sea blanca? Su proximidad al blanco [de la piel] parece darle valor, y para algunos egipcios parece realmente importante", agregó.
Escogiendo a la actriz
"Después de muchas discusiones e innumerables audiciones, encontramos en Adele James a una actriz que podía transmitir no sólo la belleza de Cleopatra, sino también su fuerza. Lo que los historiadores pueden confirmar es que es más probable que Cleopatra se pareciera a Adele que Elizabeth Taylor".
"A medida que se acercaba la fase de rodaje, me di cuenta de la magnitud y la naturaleza política de este trabajo. Era importante hacer las cosas bien, pero también encontrar una manera de contar la historia con humanidad y muchos matices: lo último que necesitábamos era otra Cleopatra divorciada de su feminidad y con un poder sexualizado", quiso señalar Gharavi.
"Roma, la serie de HBO, retrató a una de las mujeres más inteligentes, sofisticadas y poderosas del mundo como una drogadicta sórdida y disipada, pero a Egipto no pareció importarle. ¿Dónde estaba entonces la indignación? ¿Pero retratarla como negra? Bueno...", observó.
"No es solo que haya dirigido una serie que retrata a Cleopatra como negra, sino que les he pedido a los egipcios que se vean a sí mismos como africanos, y están furiosos conmigo por eso. Y yo estoy bien con esto", declaró.
"Durante el rodaje, me convertí en el objetivo de una gran campaña de odio en Internet. Los egipcios me acusaron de "blanquear" y "robar" su historia. Algunos amenazaron con arruinar mi carrera, lo cual era ridículo. Ya lo estaba arruinando muy bien por mí misma".
¿Era Cleopatra negra?
"Entonces, ¿Cleopatra era negra? No lo sabemos con certeza, pero podemos estar seguros de que no era blanca como Elizabeth Taylor. Necesitamos tener una conversación interna sobre nuestro colorismo y cómo Hollywood nos ha adoctrinado y hemos interiorizado la supremacía blanca", continuó diciendo.
"Sobre todo, debemos darnos cuenta de que la historia de Cleopatra trata menos de ella que de quiénes somos [nosotros]. Es casi como si no nos diéramos cuenta de que la misoginia todavía tiene un efecto sobre nosotros hoy en día".
"Necesitamos liberar nuestra imaginación y crear un mundo en el que podamos explorar nuestras figuras históricas sin temer a la complejidad que conlleva su representación. Estoy orgullosa de estar detrás de La reina Cleopatra, una Cleopatra reimaginada. Reimaginamos el mundo de hace más de 2000 años donde una vez hubo una mujer excepcional que llegó a gobernar".
"Me gustaría trazar una línea directa entre ella, las mujeres de Egipto que protagonizaron los levantamientos árabes y mis hermanas persas que hoy se rebelan contra un régimen brutal. Nunca antes había sido tan importante tener mujeres líderes: sean blancas o negras", concluyó.