Crítica: ‘El silencio’, un thriller donde brillan Arón Piper y Almudena Amor pero que no aporta nada nuevo
Analizamos sin spoilers la nueva miniserie de Aitor Gabilondo tras el éxito de 'Entrevías', que se estrena hoy en Netflix.
Evocando una sensación similar a la que sintieron los espectadores cuando vieron bajar a Clarice Starling por las escaleras para encontrarse con Hannibal Lecter, Netflix acaba de estrenar El silencio, una miniserie de seis episodios creada por Aitor Gabilondo y protagonizada por Arón Piper, uno de los fenómenos juveniles tras su trabajo en Élite y El desorden que dejas.
El actor español-alemán da vida a Sergio Ciscar, un joven que es puesto en libertad seis años después de asesinar a sus padres, cuando todavía era menor de edad. Desde entonces, Sergio no ha dicho ni una sola palabra ni ha colaborado con la justicia, por lo que tanto las motivaciones del crimen como sus actuales intenciones son un misterio.
Por eso mismo, cuando por fin sale del encierro en el que estaba, se convertirá en un caso que analizar detenidamente. La encargada de hacerlo será Ana Dussuel (Almudena Amor), una joven psiquiatra que junto a su equipo tratará de determinar su potencial peligro para la sociedad.
Para ello, se dedicarán a observarle en secreto día y noche, como si fuera un animal. Lo que no saben es que, aunque comienza siendo un experimento, el hecho de saber lo que hace en cada momento acabará convirtiéndose en una obsesión, al menos para la coprotagonista.
Y todo ello narrado con un telón de fondo como el de la ciudad de Bilbao, que en esta serie adquiere un aspecto mucho más oscuro y se convierte en un lugar ideal para que el claroscuro campe a sus anchas y los personajes puedan mimetizarse más fácilmente.
Esta crítica no contiene spoilers y se ha escrito tras ver los 6 episodios facilitados por Netflix.
Contando con una ambientación como esta, el guion consigue supurar incluso más suspense e intriga, dos elementos que embelesarán a los espectadores desde el minuto uno, especialmente a aquellos que vean la serie por otras razones ajenas al reparto que la encabeza. El que por cierto lidera Arón Piper, un actor que se ha ganado a pulso su lugar en otras ficciones tras salirse de un molde exhibicionista como Élite.
La ausencia de diálogo que caracteriza a su personaje -especialmente al inicio-, encaja a la perfección con el estilo interpretativo del actor, capaz de dar lo mejor de sí mismo para perfilar la complejidad de Sergio a través de sus propias vivencias.
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Su trabajo en El silencio es formidable y se complementa a la perfección con el del resto de miembros del elenco, donde destaca la labor de Almudena Amor (El buen patrón), que deslumbra con su carcomido personaje; e incluso la de Cristina Kovani y Manu Ríos (Élite), que también han cumplido.
Sin embargo, en una ficción donde reina el antagonismo también hay que subrayar la labor de papeles más secundarios como el de Ramiro Blas (Vis a vis), un actor que domina el arte de convertirse en villano y la habilidad de sembrar el odio en sus personajes y sacar de quicio a la audiencia. Su participación en esta miniserie le añade valor y calidad a la misma, e incluso un grado mayor de angustia a la trama cada vez que interactúa con el personaje de Arón Piper.
Aun así, y a pesar de contar con una historia intrigante y un reparto impecable que la respalda, El silencio también parece ser una serie hecha a partir de una fórmula y una creación que no aporta nada que no hayamos visto antes.
Y en parte se debe a un elemento lleno de fuerza como el silencio en el que vive encerrado el protagonista, del que la producción escapa demasiado rápido, sin darle oportunidad a los gestos y las miradas de poder expresar lo suficiente -o de elegir no hacerlo en absoluto-.
Es cierto que la ausencia de diálogo va de la mano con lo que se quiere contar y con el estilo interpretativo del actor protagonista, pero se echa de menos que se insista más en ella, algo que era esperable de la serie teniendo en cuenta su título. De hecho, que este silencio se difumine y se erradique tan pronto no ayuda al proceso de humanizar al protagonista, y sólo le da más importancia a las obsesiones insalubres del resto de personajes.
Aunque no sea la mejor serie creada por Aitor Gabilondo, que ha firmado grandes títulos como Patria y está detrás del éxito abrumador de Entrevías, El silencio es una sucesora muy digna y que encaja dentro de las propuestas patrias más entretenidas de Netflix.
Este thriller tan inquietante sigue cumpliendo con la promesa de entretener a los espectadores, generando la tensión e inquietud necesarias para que se queden frente a la pantalla y devoren los seis episodios. Y además, no deja de ser un viaje que dura lo justo y que merecerá la pena, especialmente por su final, que les dejará boquiabiertos.
A favor y en contra
Te gustará si:
- Eres fanático de las historias intrigantes y alguien que maneja bien los niveles de tensión.
- Disfrutaste de otras series como 'El desorden que dejas' o 'Entrevías'
- Buscas una serie de pocos episodios para maratonear el fin de semana.
No te gustará si:
- Quieres una propuesta que te sorprenda a través de su historia y los personajes.
Nota: 3/5