El mes de julio está a punto de terminar y Netflix tiene pensado despedirlo a lo grande, con el estreno de Un cuento perfecto, la tercera adaptación de Elísabet Benavent después de Valeria y Fuimos canciones. Está protagonizada por Anna Castillo y Álvaro Mel y ya está disponible en la plataforma el 28 de julio.

En esta nueva serie, conocemos a Margot (Anna Castillo, Fácil, Girasoles silvestres), la heredera de un importante imperio hotelero; y David (Álvaro Mel, La fortuna), que subsiste con tres trabajos y durmiendo en el sofá de sus mejores amigos.

Cuando la casualidad hace que sus caminos se unan, descubrirán que tienen en común más de lo que ellos creen y forman equipo para ayudarse mutuamente a recuperar sus exparejas.

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Con motivo del estreno de la serie, SERIES & MÁS habló con Elísabet Benavent y los protagonistas Anna Castillo y Álvaro Mel sobre los personajes de esta historia, el universo de la autora y los dos finales posibles que tiene la serie.

Los protagonistas

"Cuando la veo, la veo tal cual la imaginé. Los espectadores se van a encontrar una adaptación súper fiel, un viaje a Grecia espectacular, y a dos personas con una química en pantalla increíble. Creo que es una adaptación divertidísima, súper romántica y que nos va a hacer a todos soñar, al menos, con unas vacaciones en Grecia", adelantó Elísabet Benavent.

Teniendo en cuenta su testimonio, sólo queda conocer a los protagonistas, que también fueron descritos por los propios actores que los interpretan. "David es como un cachorro de perro. Es un poco hiperactivo, está poco atento a las cosas. Tiene unos horizontes diferentes a los de Margot y va muy por libre. Es bastante inmaduro, tiene otras aspiraciones, pero creo que le falta un poco de mundo. Es un niño pequeño", expresó Álvaro Mel.

"Margot es una señora mayor. Es una chica con mucha presión, con unas expectativas muy altas puestas en ella misma, muy responsable, muy prudente, muy contenida, con miedo a defraudar, con mucha necesidad de que la quieran y la validen. Y eso hace que en un momento dado se ahogue. Y ahí es cuando conoce a David", describió Anna Castillo.

Un mismo universo

A la hora de ver Valeria y Fuimos canciones, es posible que algunos espectadores se imaginen qué pasaría si los personajes creados por Elísabet Benavent formaran parte de un universo compartido. De hecho, esto mismo se mencionó durante la conversación con la autora sobre su nueva serie.

"Pues es que yo soy una señora que trabaja en pijama y en casa. Entonces a mí todo esto me sorprende", bromeaba Benavent al respecto. "Soy la primera sorprendida de que esté pasando todo esto y me parece tan grande la expresión 'un mismo universo'... Al final tienen la misma mamá, pero ya te digo que, sin romanticismo ninguno, fue la misma mamá la que las ideó [las historias] con un moño, en pijama, con su ordenador portátil".

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"Creo que tiene muchas cosas en común, porque yo bebo de las mismas referencias siempre y tengo las mismas musas, que son mis amigas. Y la realidad supera siempre a la ficción, son maravillosas y modelos a seguir. Pero es cierto que respiran algo y tienen algo muy mío", añadió.

Los dos finales 

Una de las cosas que diferencia a Un cuento perfecto de otras adaptaciones de Benavent es que es una serie con dos finales diferentes. "Para mí es mucho más fácil hacer una historia donde rompes con los tópicos, porque se acerca mucho más a cosas que yo he podido vivir o a experiencias propias. Es mucho más natural y mucho más real hacer este tipo de historias, incluso aunque puedan no terminar con un final feliz", opinaba Anna Castillo.

El hecho de incluir un final alternativo a la historia que viven los protagonistas, esta adaptación contribuye a eliminar el tópico de 'vivieron felices y comieron perdices'. Sobre esto mismo, la autora quiso hacer autocrítica también, reconociendo: "echando la vista atrás, creo que se perpetúan algunas cosas de las primeras novelas, ciertos clichés que ahora mismo estamos poniendo en duda".

"Para mí es muy importante ver cómo las adaptaciones actualizan este concepto del amor, deconstruyéndolo en muchos casos y dando una visión de un amor sano. Creo que nos ven nuevas generaciones, nos ve gente muy joven que está construyendo sus propias imágenes sobre el amor y creo que es importantísimo reforzar la parte más sana de todo lo que hay y darles esa visión de que el amor romántico no es el centro de la vida", concluyó.