Teniendo en cuenta la escasa promoción que reciben algunos títulos de Netflix, resulta sorprendente el éxito de películas como Bailarina, un thriller coreano que tiene la venganza en el centro de la trama y que se ha convertido en la película de habla no inglesa más vista por segunda semana consecutiva.
Se trata de un largometraje con una vibra similar a la que desprende el universo de John Wick -que tiene previsto estrenar una película con el mismo título y protagonizada por Ana de Armas en 2024-. Y aunque parezca mentira, llama la atención por la presencia escénica de su protagonista Jang Ok-ju (Jun Jong-seo), una mujer que, desde que aparece por primera vez, deja claro que es mejor que nadie se interponga en su camino.
Un día, Ok-ju se encuentra con Min-hee (Park Yu-rim), una vieja amiga de la escuela y una bailarina que además parece su contraste perfecto. De hecho, será la inesperada muerte de Min-hee lo que llevará a Ok-ju a emprender un camino de venganza. El cual tendrá, por cierto, un giro final sorprendente.
De qué va
Cuando los espectadores conozcan a Ok-ju por primera vez, verán que es una persona decaída y una mujer de pocas palabras, incluso a pesar de la adrenalina que debe suponer quitarse de en medio a un grupo de ladrones. Come sola en su piso y la oscuridad inunda su vida hasta que se reencuentra con su amiga Min-hee.
Al enterarse del fallecimiento de su amiga, pone en marcha un plan de venganza y se abre camino entre sus enemigos para investigar la muerte de Min-hee. De la que sabremos algo más a través de distintos flashbacks protagonizados por ambas. Y poco a poco descubriremos que el vínculo que compartían era fundamental para Ok-ju.
De hecho, es esta amistad tan tierna lo que diferencia a Bailarina de otros thrillers similares, que normalmente suelen caer en darle prioridad a las relaciones románticas o los lazos familiares de los personajes. Y también se diferencia por su perspectiva femenina, que tampoco suele verse en películas del género.
El secreto del éxito
Además de centrarse en el vínculo que seguía manteniendo a Ok-ju con los pies en la tierra, Bailarina también resulta muy satisfactoria por el hecho de que ella esté en el centro de la trama.
Su forma de actuar y la furia que irradia hacen del personaje alguien magnético para el público, que se anima a seguirla a cualquier lugar, aunque tenga que derramar un poco de sangre por el camino.
Sin ánimo de desgranar completamente la historia en favor de un mayor disfrute, sólo quedaría nombrar la última razón por la que Bailarina es un disfrute: porque tiene un desenlace inesperado y satisfactorio.
Y si lo anterior no era suficiente para convencer a la audiencia de quedarse, es posible que acabe siendo algo irremediable y que acaben haciéndolo igualmente, al menos para ver a qué lugar acaba llegando la protagonista.