A diferencia de otras producciones que hablan sobre el mismo tema, El negocio del dolor sí que tiene un espacio para el humor. Concretamente protagonizado por Chris Evans, que sorprenderá a los que vean la película de Netflix vestido de botella de spray de fentanilo mientras rapea una canción. La cual, por cierto, está basada en otra canción que existe en realidad.

El negocio del dolor es una película dirigida por David Yates (Harry Potter y la orden del Fénix) que presenta a Liza Drake (Emily Blunt), una madre soltera que se acaba de quedar en paro y está con el agua al cuello. O eso cree hasta que conoce a Pete Brenner (Chris Evans), representante comercial de una farmacéutica, y empieza una buena racha económica.

Pero también emprende un camino éticamente cuestionable y acaba implicada en una peligrosa trama criminal. Ante un jefe (Andy García) cada vez más desquiciado, los problemas de salud de su hija (Chloe Coleman) y la certeza del daño que está haciendo su empresa, Liza empieza a buscar alternativas.

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Puede que la historia ya se haya contado en otras ocasiones, pero el drama dirigido por David Yates a partir de un guion escrito por Wells Tower incorpora un prisma diferente, que está protagonizado por Emily Blunt, Chris Evans, Andy García, Chloe Coleman, Catherine O'Hara, Jay Duplass y Brian d. 'Arcy James.

Yates produce la película junto a Lawrence Grey, Blunt, Mark Moran, Yvonne Walcott-Yates, Lewis Taylor y Ben Everard como productores ejecutivos.

El trasfondo de la canción

La película de Netflix está basada en hechos reales y aunque los nombres de los personajes se modificaron, como el nombre de la empresa Insys, que pasó a llamarse Zana o el nombre del medicamento, Subsys, se cambió por el de Lonafen, el medicamento al que se hace referencia sigue siendo un aerosol de fentanilo que existe.

Y de esto mismo se disfraza el personaje de Chris Evans en la película, rapeando sobre cómo aumentar las dosis de sus pacientes, mientras un grupo de baile con sudaderas con capucha bailan detrás de él.

Se supone que esta escena en la que rapea no es un momento precisamente álgido del personaje, pero sí que está inspirado en un vídeo de rap real que grabaron los empleados de Insys Therapeutics, incluyendo el vicepresidente de ventas Alec Burlakoff, que fue quien inspiró parcialmente al personaje de Evans, y que aparece cantando una parodia de la canción de A$AP Rocky, F–kin' Problems.

En el videoclip, Burlakoff se jacta de aumentar la dosis de este medicamento altamente adictivo. Además, como curiosidad, este vídeo se mostró en el juicio a la compañía, acusada de sobornar a médicos para que recetaran sus medicamentos a pacientes que no los necesitaban.