La muerte de la princesa Diana ha sido el tema central de la sexta temporada de The Crown hasta ahora. Los primeros cuatro episodios transcurrieron en el verano de 1997 y mostraron el desarrollo de su relación con Dodi Al-Fayed, las circunstancias que derivaron en el fatal accidente de coche en París y la respuesta tardía de la familia real a su fallecimiento.
El cuarto episodio de la serie de Netflix muestra a la Reina Isabel II aislada con su familia en Balmoral (Escocia) en un intento, como dijo después, de proteger a los príncipes William y Harry de los focos mediáticos.
Peter Morgan (el creador de la serie) retrata a la reina con una postura estoica y reticente a romper el protocolo porque tras su divorcio, Diana había dejado de formar parte de la familia y ya no debía recibir el tratamiento reservado a los miembros de la realeza, mientras el príncipe Carlos la presiona para que se haga un funeral de estado y la Casa Real rompa su silencio públicamente.
"¿Qué quiere la gente de mí?", se pregunta el personaje interpretado por Imelda Staunton. "Que seas la madre que la nación necesita", le responde su hijo con la voz suplicante de Dominic West. "Has visto las imágenes en la televisión. Diana dio a la gente lo que necesitaba. Por todo el mundo, por miles. Y la adoraban por ello".
Al final, la familia al completo viaja a Londres y la reina se dirige a la nación británica en directo por televisión en un discurso centrado en la pérdida de la princesa y su legado, pero ¿cuánto tiempo pasó en realidad desde el fallecimiento de Diana hasta la respuesta oficial de Isabel II?
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Cronología de la respuesta de la reina
Tras la repentina muerte de la princesa el 31 de agosto de 1997, la nación británica esperaba con impaciencia los comentarios de la familia real. El silencio y el hecho de que la bandera no estuviera ondeando a media asta en el palacio de Buckingham se tomaron como una muestra de falta de sensibilidad y de respeto.
La opinión pública, tal como reflejaban los medios británicos, apostados a puertas del palacio mientras centenares de personas lloraban y dejaban flores no ocultaba su enfado. Según se informó en ese momento, una de las cosas que más molestó fue que el féretro de Diana estuviera en el Palacio de St. James de Londres mientras la Familia Real se encontraba en otro lugar.
Finalmente, el 5 de septiembre, cinco días después del fallecimiento de la princesa, la Familia Real al completo llegó a Londres. La monarca hizo que se detuviera el coche oficial a las puertas del palacio de Buckingham para acercarse a la gente que se había reunido para rendir homenaje a la difunta princesa y para contemplar las numerosas coronas, flores y regalos depositados en memoria de Diana.
Unos minutos después se dirigió a la nación en un discurso televisado en directo por BBC en el que dijo: "En primer lugar, quiero rendir homenaje a Diana. Era un ser humano excepcional y dotado. En los buenos y en los malos momentos, nunca perdió su capacidad de sonreír y reír, ni de inspirar a los demás con su calidez y amabilidad. La admiraba y respetaba por su energía y compromiso con los demás, y especialmente por su devoción a sus dos hijos".
También explicó la razón de su ausencia y silencio. "Esta semana en Balmoral, todos hemos tratado de ayudar a Guillermo y Harry a superar la devastadora pérdida que ellos y el resto de nosotros hemos sufrido".
Sus palabras llegaron en medio de una gran expectación y serían analizadas con lupa por su tardanza. La reina no solo ofreció el consuelo que el pueblo británico esperaba sino que rindió homenaje a la memoria de la princesa y al impacto que Diana tuvo en el mundo. "Nadie que conociera a Diana la olvidará jamás", dijo.
"Millones de personas que nunca la conocieron, pero sintieron que la conocían, la recordarán. Por mi parte, creo que se pueden extraer lecciones de su vida y de la extraordinaria y conmovedora reacción a su muerte. Comparto su determinación de atesorar su memoria".
Un importante gesto simbólico
Al día siguiente, el 6 de septiembre de 1997, se llevó a cabo el funeral de la princesa Diana, en la Abadía de Westminster de Londres.
Según destacó The Washington Post y varios medios que televisaron en directo ese momento, la monarca rompió el protocolo por primera y única vez al hacer la reverencia al paso del féretro de Diana. Un simbólico e importante gesto de respeto que no pasó desapercibido, porque son todos los demás quienes se inclinan ante la reina, y no al revés.
En una aparición en Today en septiembre de 2022, el ex primer ministro Tony Blair habló de la reacción de la reina a la muerte de Diana, diciendo: "Al final, ella lo entendió, porque siempre su deber fue lo primero".
"Tuvo que responder a esta extraordinaria efusión de dolor por la princesa Diana... una sensación de que había ocurrido algo que no debería haber ocurrido, y de que la princesa había sido arrebatada a personas que realmente la querían", dijo.
Según Blair, la Reina era consciente de que debía dirigirse a la nación y, aunque no lo hizo inmediatamente, lo hizo de forma muy emotiva y le dio a su pueblo lo que necesitaba: "Cuando respondió, respondió perfectamente", afirmó.