El final de The Crown ha supuesto no sólo la despedida de una de las series más icónicas de la ficción británica, sino también de la historia y trayectoria de Netflix. Desde su primer capítulo, la serie se distinguió del resto de ficciones sobre la familia real británica, y lo hizo centrándose en la perspectiva de la reina Isabel II, la monarca más longeva de la corona británica.

La serie nos ha acompañado a lo largo de seis años y a través de tres generaciones de actores diferentes liderados por Claire Foy, Olivia Colman e Imelda Staunton, que ofrecieron una interpretación única de la reina. Sin embargo, también ha tenido que soportar la presión de las críticas externas y los prejuicios que la rodeaban, especialmente en relación a la forma en la que se representaría la trágica muerte de Lady Di.

Además, el fallecimiento de la reina Isabel II en 2022 ejerció incluso más presión sobre el creador Peter Morgan, que desde el minuto uno dejó claro que este suceso le influyó notoriamente en la escritura de guiones de la sexta y última temporada, obligándole a modificar el final.

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Esmerándose siempre en cuidar hasta el más mínimo detalle, The Crown también habla del protocolo conocido como la Operación Puente de Londres, un plan que se lleva a cabo en caso de que tenga lugar la muerte de un monarca. Y que se puso en marcha cuando murió Isabel II.

Un procedimiento real

Aunque la segunda parte de la última temporada de The Crown arranca en 1997, con la muerte de la princesa Diana (Elizabeth Debicki), el episodio final de la serie se centra en Isabel y el príncipe Felipe (Jonathan Pryce) y en cómo ambos reflexionan sobre sus respectivos legados. 

'The Crown'

La monarquía ha cambiado radicalmente desde que Isabel fue coronada tras la muerte de su padre, el rey Jorge VI (Jared Harris). El primer ministro Tony Blair (Bertie Carvel) quiso modernizar el país haciendo énfasis en la política exterior y se reunió con Isabel para discutir asuntos de importancia para la nación. Es a partir de este momento cuando la monarca se da cuenta de que sus asesores están empezando a pensar en su posible fallecimiento y lo que ocurrirá después.

Además, Felipe le recuerda en un momento dado la existencia de la Operación Puente de Londres, un nombre en clave que hace referencia a la muerte de un monarca. Esta operación traza el protocolo oficial que se debe seguir los diez días posteriores a la salida del trono y detalla el procedimiento y cómo llevar a cabo el funeral de Isabel.

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Aunque con Felipe de Edimburgo se utilizó un plan similar, la posible muerte de Isabel requiere una infraestructura mayor, teniendo en cuenta que de ello depende la sucesión al trono. Esto implica que se informe al público de inmediato y que el hijo de Isabel, Carlos (Dominic West), la suceda en el trono. 

Por otro lado, se desarrollan otras alternativas dependiendo del lugar donde muera la reina, ya que el procedimiento es diferente en otro país al que ocurriría en suelo británico. De hecho, la Operación Puente de Londres exige que el ataúd de la reina permanezca en el Westminster Alley una semana antes de su funeral oficial de estado.

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Después, el funeral implica una procesión desde la Abadía de Westminster hasta el Arco de Wellington, a lo largo de The Mall, y requiere la asistencia de los miembros restantes de la Familia Real. Posteriormente, se lleva a cabo un funeral privado para los miembros de la familia más inmediata. 

El legado de Isabel II

En la serie, Isabel se da cuenta de la importancia de este protocolo cuando ve a Felipe preparando su propio funeral, y llega un momento en el que descubre que sus responsabilidades como monarca son más importantes que su miedo personal a la muerte.

Fotograma de 'The Crown'

El fallecimiento de su hermana, la princesa Margarita (Lesley Manville) y de la reina madre (Marcia Warren), le recuerdan también que la muerte es inevitable, y aunque esto podría ser un tono pesimista para concluir la serie, The Crown decide usarlo para despedir a Isabel dejando que sea ella quien decide cómo se la recuerda.

Esto se consigue a través de las elecciones que hace en relación a su funeral, como el hecho de que pida que su gaitero real toque Sleep, Dearie Sleep cuando se anuncie su muerte. 

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Y aunque es cierto que The Crown no muestra las consecuencias inmediatas que tuvo la muerte de Isabel, sí que habla de cómo la Operación Puente de Londres afectó a las decisiones que tomó la monarca durante sus últimos años.

Por ejemplo, de cómo después de años de súplicas, acabó permitiendo que Carlos se casase con Camilla para que el futuro rey no "viva en pecado". Porque más allá de sus deberes oficiales como líder, Isabel se da cuenta de que lo mejor para ella es hacer feliz a su hijo y garantizar el futuro de la Corona.