Uno de los estrenos más llamativos que llegan a Netflix en el mes de febrero es Pícaro: El pequeño Nicolás, una serie documental que narra la increíble historia de ascenso y caída del joven de 14 años que puso en jaque al Gobierno la década pasada. La producción está dirigida por Tomás Ocaña y creada junto a Adolfo Moreno y estará disponible en la plataforma a partir del 15 de febrero.
A lo largo de sus tres episodios, se narra la historia de un joven que, con tan solo 14 años, pasó de relaciones públicas en discotecas a codearse con políticos, empresarios, servicios secretos e incluso la Casa Real.
Una vida de negocios, viajes, seducción, palacios, comisiones y fiestas, hasta que se ordena su detención en 2014, según indica la sinopsis. La docuserie abordará incógnitas y narrará, en primera persona y a través de distintos protagonistas y material inédito, los momentos más polémicos de su caso.
Diez años después de que tuviera lugar su primer arresto, Netflix repasa su trayectoria, haciendo uso de imágenes de archivo y declaraciones inéditas de algunas personas relevantes que forman parte de la historia.
Con motivo del estreno de Pícaro: El pequeño Nicolás, analizamos las claves de la producción y cómo aborda este caso tan mediático, que ya forma parte de la cultura popular española.
Orígenes
"Os contaré la historia de la persona que no era nadie y llegó a lo más alto y no debería estar ahí". Con esta declaración comienza a narrar Pícaro: El pequeño Nicolás la historia de ascenso y caída de Francisco Nicolás Gómez Iglesias, a quien después conoceríamos como el Pequeño Nicolás.
Equiparando sus andanzas con el famoso mito de Ícaro, cuyas alas se derritieron por volar demasiado cerca del sol, y jugando también con el término 'pícaro' y la trascendencia de la picaresca española, la serie sitúa el relato en pantalla como si de un juego de mesa se tratara y comienza a narrar lo que ocurrió casi desde el principio.
Contando con la perspectiva de la propia madre del protagonista, las imágenes de archivo reconstruyen los orígenes del pequeño Nicolás, que curiosamente se hace llamar solo Fran en su círculo de confianza, como si toda su vida se basara en una doble identidad que ir alternando.
Poco a poco, la serie documental va enumerando las diferentes polémicas en las que se vio envuelto el Pequeño Nicolás, haciendo del relato una especie de juego que toda la sociedad de un país desconocía hasta el momento en el que toca hacer el recuento para ver quién ha ganado. Y también expone en cierto modo cómo la realidad a veces puede ser un engaño.
Despegue
La docuserie hace muy bien la labor de dosificar la información, analizando a través de personas cercanas a él o terceros cómo era su comportamiento. Y lejos de dorarle la píldora a Francisco Nicolás Gómez Iglesias, se expone su personalidad abiertamente, arrojando luz sobre lo que empezó siendo un afán de protagonismo y terminó desembocando en un narcisismo exagerado.
De una forma progresiva, los episodios desgranan su forma de ser, contando cómo ese don de gentes del que presume el protagonista le acaba llevando de discoteca en discoteca hasta acabar reclutando jóvenes en la Fundación FAES (Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales).
Caída en picado
El tema empezó a llegar demasiado lejos cuando el Pequeño Nicolás pone un pie en Ribadeo y se hace pasar por un cargo relacionado con la Vicepresidencia del Gobierno y la Casa Real -un delito por el que fue condenado a 3 años de cárcel. Quizás es mejor acudir al propio documental para saber qué fue lo que ocurrió allí, pero sí que se puede decir que fue la ficha del dominó que desencadenó su caída en picado y todo lo que ocurrió después.
A partir de aquí es cuando se expone el tipo de relación que Francisco Nicolás Gómez Iglesias dice haber tenido con el economista, empresario, ejecutivo y académico Jaime García-Legaz; se habla también del vínculo que pudo haber tenido con algunos miembros del gobierno entre 2011 y 2018; de su asistencia a la coronación Felipe VI; y de otras causas legales que tiene pendientes. Algo que da pie a la entrada en escena de un personaje clave en la historia.
Se trata del comisario de policía José Manuel Villarejo, que aparece en el documental para dar su versión de lo ocurrido con la supuesta vinculación de Francisco Nicolás Gómez Iglesias con el CNI, comentar todo lo que sucedió después y explicar qué visión tiene él de lo que ocurre en las llamadas "cloacas del Estado".
Por qué ver 'Pícaro'
Aunque es cierto que gran parte del público acudirá a Pícaro: El pequeño Nicolás movido por el personaje y las circunstancias y polémicas varias que le rodean, lo cierto es que también es una serie documental apta para cualquier amante de un drama político o incluso del true crime.
La producción es intrigante y accesible para cualquier tipo de audiencia, combinando diferentes géneros que incluso rozan la sátira para exponer a un personaje del que todo el mundo ha oído hablar alguna vez. Y además de invitar a conocer más a fondo la versión de los diferentes implicados, también propone una reflexión interesante sobre los orígenes de cualquier fraude y hasta dónde estamos dispuestos a llegar con tal de alcanzar o conservar el poder.
'Pícaro: El pequeño Nicolás' está disponible en Netflix.