Cuando se anunció que Los Bridgerton tomaría un camino diferente a la hora de adaptar las novelas de Julia Quinn, muchos de los lectores se sorprendieron, queriendo confiar en el buen hacer de los creadores y los guionistas de la serie. Pero cuando se confirmó que la protagonista de la tercera temporada de la serie de Netflix sería Penelope (Nicola Coughlan), muchos fans se llevaron las manos a la cabeza.
Hasta ahora, las primeras temporadas habían perpetuado los tropos de las historias románticas, centrándose en la clásica historia de dos personas que empiezan odiándose y que luego se enamoran. Todo ello narrado a través de la perspectiva de Penelope, que se conformaba con ser una mera observadora y otro topicazo: el del patito feo que después se convierte en cisne.
Sin embargo, la serie ha decidido de forma muy inteligente renunciar hasta cierto punto a la manera en la que Penelope era tratada en las páginas de las novelas en los nuevos episodios.
El problema está en que en la saga original, la evolución del personaje de Penelope está profundamente marcado por una pérdida de peso. La autora llega a describir al personaje de una forma ciertamente problemática y gordófoba, romantizando el hecho de que la protagonista adelgace para poder así vivir la historia de amor que no cree merecer por el hecho de estar gorda.
No obstante, la serie ha optado por hacer que la evolución de Penelope y su transformación vaya más allá de su aspecto físico y acierta a la hora de eliminar cosas tan dañinas como la parte en la que decide pierde hasta 14 kilos sólo para que Colin (Luke Newton) se fije en ella.
Cuando se le preguntó sobre esto mismo a la nueva showrunner Jess Brownell en una entrevista con Variety, quiso tranquilizar a todos, dejando claro antes del estreno que habría una visión diferente sobre Pen en la serie.
"Creemos que Penelope es hermosa y no creo que sea realmente parte de su propia historia. Aunque desviarse del material original rara vez es bien recibido, no parece haber dudas en que debíamos transformar el hecho de que la confianza de Penelope en sí misma dependa sólo de su físico. Incluir a Colin en este giro más inclusivo podría hacer mejor a su personaje y el hecho de elegirle implicaría que no se decide por el Colin superficial, sino por el afortunado Bridgerton que se enamoró de su belleza e inteligencia incomparables", añadió.